Día del Idioma Español: Mantenerlo Fuerte y Vivo Ante Algunos Riesgos de la Inteligencia Artificial Generativa
Día del Idioma Español: Mantenerlo
Fuerte y Vivo Ante Algunos Riesgos de la Inteligencia Artificial Generativa
Enrique E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
En el campo de la informática se crean a diario nuevos conceptos que por su
cantidad y omnipresencia llegan, en su conjunto, a considerarse como una lengua
universal paralela a las demás. Con su intrusiva permanencia en la vida diaria,
puede afectar de manera sustancial la gramática, la sintaxis, la semántica y la
fonética, de los idiomas que hablamos. Si bien, es preciso aprender el bagaje
idiomático de la informática, es más cierta la necesidad de preservar la
integridad de la lengua propia, la materna, la de la cultura en la que hemos
crecido y hemos vivido, esa en la que hemos adquirido y diseminado
conocimientos y compartido experiencias. Con ella pensamos, sentimos, ideamos,
amamos, construimos y desarrollamos nuestro cerebro. Somos por el idioma que
hablamos seres sociales, inteligentes y creativos con autonomía cognitiva y
moral.
Los avances de la
inteligencia artificial generan desde ya textos de manera autónoma, legibles,
con alto grado de credibilidad, lo cual tiene implicaciones sociales,
pedagógicas y éticas. Quienes diseñan los algoritmos mediante los cuales
funciona dicha inteligencia pueden generar normas propias e imponerlas a todos,
para un uso comunicativo estandarizado, anulando el enriquecimiento que cada
comunidad cultural hablante del español aporta.
La generación de textos
autónomos mediante inteligencia artificial puede de manera forzosa crear un
nuevo idioma, el idioma de la IA y no el idioma de los abuelos, la lengua de la
madre, el idioma con el que creamos valores culturales y comunicamos el amplio
acervo de sentimientos de amor, amistad, cooperación paz y solidaridad.
El español ya no sería el
mismo; perderemos autonomía para seguir enriqueciéndolo. Esas normas nos dirán
qué comunicar, qué palabras emplear, y hasta cómo consentir y cortejar. Se creará
un nuevo modo de escribir y hablar y hasta un nuevo género literario, una nueva
literatura, ya no bajo la inspiración de los poetas, novelistas y demás
escritores. La interacción literaria será con las máquinas autoras y no con los
humanos. La lengua materna ya no
será la de nuestra madre, esa con la que aprendemos a comunicarnos, esa que es
crucial mantenerla y enriquecerla como un patrimonio de la humanidad; lengua
con la que se promueve y protege la diversidad cultural.
Será, entonces, la madre inteligencia artificial la que ha de señalar los
modos supuestamente correctos de escribir y de pronunciar y que, más allá de
nuestra autonomía afectiva, señale cuándo y cómo hay precisión y expresión
significativa en nuestras comunicaciones; procesos que, como las tareas en las
líneas de producción, estarán totalmente automatizados. Será una comunicación
robótica y no humana. Estaremos en un mundo lleno de comunicación robotizada
con amplia soledad debido a la pérdida de la diversidad lingüística y de las
correspondientes riquezas culturales.
Podemos acabar forzados a cumplir con las normas del «nuevo idioma»
que impongan inicialmente quienes programan con sus algoritmos a los robots de
IA. Pero, en la medida en que las máquinas aprendan solas y ganen autonomía
frente a sus diseñadores, empezarán, sin vislumbrarse un fin satisfactorio, a
señalarnos las nuevas e inflexibles normas acompañadas con el manual del debido
comportamiento comunicativo. Así, acabaremos homogeneizados sin el potencial de
continuar enriqueciendo, desde diversos ámbitos, nuestro idioma y la
consolidación de nuestra identidad cultural.
Se dará un control de pensamientos y de sentimientos, lejos del nativo idioma
propio en el cual construimos las relaciones de afecto, de amor, de convivencia,
se idealizan mundos con la escritura, se componen rítmicas canciones a esa
estrella que se ama, se crea y se recrean realidades, construimos ciencias y
otros saberes, creamos piezas en variedad de artes y edificamos y aseguramos la
identidad y la evolución biológica como especie. Es el idioma con el que
enseñamos y aprendemos, con el que enraizamos el sentido de pertenencia, le
damos estabilidad dinámica a nuestras expresiones creativas y construimos
nuestra historia.
En el «Día del Idioma», se presenta la
oportunidad para adquirir mayor conciencia de que estamos en el riesgo de
perder nuestra lengua, en un ámbito inédito e insoportable donde, además, se
nos impondrán significados diferentes, se perderá el sentido rico de la
polisemia y el don de las figuras literarias, labradas con finuras por tantos
seres humanos creativos; quedarán ellas enmarcadas en la rigidez de lo que
pueda determinar una u otra máquina en su ganada autonomía y liberación del
control humano. Este escenario se agravará debido a que varias de ellas pueden
estar concurriendo y compitiendo para una escritura y comunicación oral o
escrita autónoma. Así, se generaría un proceso amplio de confusión frente al
uso propio y debido del idioma español y de los demás idiomas vigentes en el mundo,
acrecentando el peligro de aquellas lenguas que hoy están en riesgo de
desaparecer.
Se calcula que el 40% de la
población mundial no tiene acceso a una educación en la lengua que habla o
comprende. Existen en el mundo unas 7.000 lenguas habladas, pero muchas
lenguas, cerca del 40%, están en peligros de desaparecer: 191 en Estados Unidos,
190 en Brasil, 143 en Indonesia y 131 en Rusia, y más en otros países. Al menos 228 ya han desaparecido. (https://tinyurl.com/wetak5sx, https://tinyurl.com/5cpza8ez).
Los redactores de los algoritmos de la IA pueden, además, incluir una
variedad de sesgos de diversa índole que pueden crear o exacerbar prejuicios,
discriminaciones y exclusiones. No estamos en presencia de un asunto de poca
monta, se precisa prestarle especial atención al potencial y, a la vez,
inminente peligro. La IA generativa puede, incluso, rescribir la historia.
Un paso inicial muy importante lo ha dado la «Real
Academia Española – RAE» y el
gobierno de España con la creación del proyecto «Lengua Española e Inteligencia Artificial – LEIA», que tiene por fin mejorar el empleo del español en el
campo de la inteligencia artificial, en lugar de a la inversa, y así facilitar
en todas partes un mayor y mejor empleo del español en los ambientes digitales.
Se ha proyectado la creación de un sello digital de la «RAE», mediante
el cual se certificará si las herramientas informáticas y la inteligencia
artificial emplean el español de manera correcta. La meta última de proyecto «LEIA»
es lograr que las máquinas hablan bien el español. Y nosotros los humanos también. (https://tinyurl.com/3ywknr9n).
La «RAE» también ha firmado un acuerdo
con Microsoft para un propósito similar: Fortalecer el uso del buen
español en las aplicaciones de la inteligencia artificial y, en general, de
todos los entornos digitales; se formularán normas para el buen uso del español
en esos ambientes digitales y emplear el gran potencial positivo que tiene la
inteligencia artificial para el desarrollo de herramientas que efectivamente
faciliten que las personas empleen correctamente su propio idioma.
Ese acuerdo, enmarcado dentro del proyecto «LEIA», tiene como
objetivo: «Reforzar y promover un uso correcto del español en el
universo digital y garantizar la unidad de un idioma con todas sus variedades
que hablan alrededor de 600 millones de personas».
Para ese propósito, la «RAE» entregará
su «Diccionario de la Lengua Española» que Microsoft empleará en sus
diversas aplicaciones, entre ellas «Copilot» y «todos aquellos
productos orientados a mejorar la revisión ortográfica y gramatical o crear
modelos de traducción y transliteración automáticas basados en tecnologías de
Inteligencia Artificial». (https://tinyurl.com/3cw9kwuu). Este es un avance pionero entre muchos más que deben darse con los gigantes
tecnológicos.
Recordemos en el «Día del Idioma»
que es preciso enseñar a las máquinas a hablar bien el español, en
lugar de que ellas nos digan cómo hablar correctamente. Y por el necesario camino
de la insistencia y perseverancia: Hablemos y escribamos bien el español y
enseñemos a todos a que también lo hagan y a que reconozcan la importancia de
preservar la valía personal y cultural de la lengua materna.
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