Tendencias de la Educación Superior: El Horizon Report de 2024
Tendencias de la Educación Superior: El Horizon Report de 2024
Enrique
E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
Las
universidades, por doquier, se encuentran en encrucijadas que amenazan incluso
su propia permanencia como institución social, cuya vigencia se remonta a la Edad
Media. O se transforman o desaparecen,
se ha dicho con reiteración. La misma concepción y estructura envejecida y mantenida,
en su amplia a zona de confort, enfrenta una inmensa variedad de presiones y de
nuevas y variadas circunstancias que han afectado, desde fuera, su
funcionamiento.
En el caso de universidades privadas, se
llegó al límite de los altos costos de matrículas impagables, y a la reconocida
dificultad para recuperar la inversión tras obtener un título universitario, el
cual ha empezado a perder la vigencia o la declarada y reconocida importancia
que en el pasado se le asignó al mismo.
Existe, en paralelo, el desconcierto y desafecto de los jóvenes con las
opciones de formación y de vida que les ofrecen las instituciones de educación
superior. Reconocen los jóvenes, además,
que el título universitario no les garantiza empleabilidad y tampoco salarios
dignos.
A las circunstancias y hechos anteriores, se
suma la reducción en el número de matriculados y la dificultad creciente para
conseguir financiación adicional externa. Desde los gobiernos se reconoce y
resalta las inadecuaciones que presentan las instituciones de educación
superior para que contribuyan a la solución de problemas sociales, al
mejoramiento de la producción y a la competitividad de las diversas economías. De
vieja data es la separación entre la academia y el sector real de la economía.
Aparte de la reducción en el número de
matriculados y en la correspondiente estrechez financiera, están presentes las altas
tasas de deserción y las presiones para incrementar la pertinencia y calidad de
los programas. Simultáneamente, con los déficits que empiezan a acumularse y
con un horizonte financiero bastante oscuro, deben las instituciones de
educación superior recurrir a fuertes inversiones para cumplir con los
criterios de acreditación de calidad de sus programas y la adquisición de
nuevas tecnologías, siempre costosas y desuetas en muy corto tiempo. Situaciones
que son agravadas, en algunos casos, por la ilusión de figurar en los rankings
mundiales que, para muchas universidades, representan, en lo fundamental, la
consolidación de su imagen para atraer nuevos estudiantes y posiblemente
también a profesores e investigadores de más alto nivel. También se ha
presentado el hecho de que nuevos desarrollos en ciencias y tecnologías pueden tornar
obsoletos, incluso a los nuevos programas en un tiempo muy corto.
La consolidación de la educación como un
derecho fundamental ha apuntalado cada vez más el reclamo de una educación
universitaria gratuita, o de matrícula cero como también se le denomina, lo
cual ha llevado a que muchos de los estudiantes que antes podían recurrir a la
educación privada hoy lo hagan a las instituciones públicas, las que a su vez están
impropia y débilmente financiadas.
Miramientos y hechos como los anteriores son
considerados en el Horizon Report de 2024. Este informe presenta siete
macrotendencias que han surgido y que continúan emergiendo en la educación
superior. Se identifican siete; cada una de ellas centrada sobre
el impacto en tres campos: Fuerza laboral, cultura y tecnologías. (El lector podrá encontrar una versión breve
y la extensa aquí: https://shorturl.at/klp25, https://shorturl.at/cjlLM).
1.
Creciente
necesidad de seguridad de los datos y protección contra las amenazas a la
privacidad personal. Amenazas como el
phishing (engaños para acceder a información confidencial), el ramsonware
(secuestro extorsivo de datos) y las exigencias crecientes de la ciudadanía
sobre la seguridad y privacidad de la información personal, ha llevado a que,
en algunas instituciones, en ambientes cada vez más complejos, se hayan creado comités y grupos especializados, que antes no eran
necesarios, para la seguridad informacional. De ahí se han derivado cambios en
la cultura institucional, la necesidad de
cualificación de diversos grupos en las respectivas comunidades
educativas, elaboración de planes estratégicos con énfasis en ambientes de cero
confianza y la implementación de redes DMZ (cual zonas desmilitarizadas) para la
protección de sus propias redes internas. Todo esto
implica procesos amplios de cualificación laboral, a la vez que costos
adicionales, entre otros, como la actualización permanente de tecnologías
frente a inminentes y cada vez crecientes riesgos que corre la información y el
patrimonio institucional.
2. Las demandas
para arreglos de trabajos con las metodologías híbridas y remotas. Hoy muchas instituciones
han tenido que recurrir a la programación de cursos y emplear parte de su nómina
de empleados para el trabajo flexible, híbrido y remoto, buscando, a la vez, mantener
o incrementar la productividad y satisfacción de los empleados, en especial en
aquellos campos laborales en los que es difícil conseguir personal cualificado.
Así, se han desarrollado nuevas políticas y reglamentos para encontrar puntos
de equilibrio frente estrategias laborales y para la enseñanza y el aprendizaje,
en las que las universidades han carecido de experiencia. Siguen todas ellas con
el reto de encontrar el debido y propio balance, frente a las tensiones que el
súbito cambio ha creado, para asegurar resultados óptimos. Concurre también la necesidad de adoptar las tecnologías
apropiadas para los ambientes de trabajo híbridos y remotos, y el rediseño de
ambientes de aprendizaje y de enseñanza que consoliden estas opciones laborales
y de estudio.
3. Más apelaciones a la toma de decisiones y a
informes basados en datos. Existe, en general, en el mundo laboral la presión para la toma de
decisiones apoyadas en la analítica de datos, lo cual en los contextos
universitarios ha llevado al surgimiento de nuevos liderazgos y nuevos roles y
puestos de trabajo, creando presión
adicional sobre el presupuesto e intensificación de los reclamos de los
directivos universitarios para alcanzar mayor efectividad institucional en la
toma de decisiones, informadas y mejoradas, que produzcan un impacto positivo
en los logros de los estudiantes y se incremente la eficiencia y, en general,
los resultados institucionales. Se complementan estas decisiones con el mismo
proceso continuo de actualización de la infraestructura tecnológica que permita
tener sistemas y herramientas apropiadas y amigables para la enseñanza y el
aprendizaje en las modalidades presencial, híbrida y en línea.
4. Mayor
atención al bienestar y la salud mental de todos en la comunidad
universitaria. Las
modificadas vertientes de la gestión universitaria han llevado a que en las instituciones
se ponga mayor énfasis en la salud mental y el bienestar general de todos, con
ampliación de los servicios prestados, no sólo referidos a la salud física,
sino también a la mental. Se crea una cultura en donde el bienestar
institucional es parte esencial de la vida universitaria, incrementando la
conciencia sobre la importancia de esta. Hoy, para muchas instituciones, esta
es una meta muy importante, pero que en el presente representan apenas una
opción necesaria de difícil cumplimiento debido a los costos que implica, entre
otros, la vinculación de personal en ambientes de estrechez presupuestal.
5. Mayores esfuerzos para crear entornos y
experiencias equitativas e inclusivas. No han sido ajenas las
instituciones universitarias para instituir ambientes y experiencias que
favorezcan la inclusión y la equidad, apoyando la diversidad cultural y crear
una cultura que las favorezca, consideración que se extiende a los contenidos
programáticos en los cursos. Algunas tecnologías se han empleado para alcanzar
las metas correspondientes.
6. Esfuerzos
crecientes hacia la transformación digital y la resiliencia institucional. Como bien
puede inferirse de lo expuesto hasta ahora, los esfuerzos de transformación
digital para una resiliencia institucional son de alta prioridad. En el
contexto actual, los profesionales de tecnologías de la información tienen un
papel más amplio y continuo para esa transformación, para la resiliencia institucional
y la creación de una cultura que, con el apoyo de tecnologías apropiadas, fomente
la eficiencia y la promoción de la innovación de modo que las instituciones
universitarias permanezcan ágiles y competitivas.
7. Mayor
atención para mejorar el aprendizaje híbrido y en línea. La vigencia e importancia de esta
tendencia se puede observar en las seis mencionadas arriba, en especial en la
segunda. La ampliación o redefinición de roles laborales dentro de las universidades
ha sido un resultado de la crisis de la pandemia del COVID – 19 y, con ella,
del empleo de estrategias y de plataformas digitales para la enseñanza remota y
el crecimiento de los ambientes de aprendizaje flexibles. Esta situación, de
aparición súbita, ha implicado, e implicará, para muchas universidades, la
necesidad de invertir recursos monetarios y humanos adicionales para mantenerse
dentro de la tendencia con sistemas informáticos actualizados que permitan
asegurar procesos de enseñanza y de aprendizaje efectivos en cualesquiera de
las modalidades.
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