Día Internacional de la Mujer: Signado por Compromisos para Alcanzar la Igualdad de Géneros
Día Internacional de la Mujer: Signado
por Compromisos para Alcanzar la Igualdad de Géneros
Enrique E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
A lo largo de la historia ha existido una cultivada visión
en donde las mujeres han sido consideradas inferiores a los hombres, acompañada
de exigencias de sumisión a estos y a una vida marcada por la castidad, la virtud
y el recato. Por años, han sido excluidas y discriminadas en el acceso a cargos
de alta responsabilidad en los dominios públicos y privados. Por centurias, se
les negó ser ciudadanas y hacer valer sus derechos como el de poder elegir y
ser elegidas a cargos públicos. Un hecho concreto es que ellas han estado
sometidas al poder masculino, consideradas como el sexo débil, porque la
fortaleza, se ha estimado, corresponde sólo a los hombres.
Ha sido perdurable la creencia de que ellas carecen de
estabilidad emocional y que intelectualmente son inferiores a los hombres. La
inteligencia se ha asumido como un atributo masculino, asunto que, muy
posiblemente, esté en la base de que devenguen salarios inferiores al de los
hombres en los mismos trabajos, cargos e iguales exigencias laborales. Se ha
estimado que el 90% de los hombres participan de la fuerza laboral, cuando sólo
lo hace el 60% de las mujeres. En 2019, ellas ganaban la mitad de los ingresos
que tenían los hombres. Esto no es un asunto solo de separación y
discriminación de tipo laboral, sino de cambio en muchas otras condiciones
necesarias para una vida digna, como lo es el acceso a una educación de calidad,
a los avances tecnológicos, a la salud y tratamiento médico oportuno, a la superación
de la pobreza, a la seguridad alimentaria, así como a la reducción de la
mortalidad materna. Acabar con estas adversas condiciones facilitarían el
crecimiento económico y la superación de la pobreza en muchos partes del mundo.
(https://shorturl.at/xzGNQ, https://shorturl.at/apMUX).
Hace 2500 años, Platón señaló que las mujeres tenían el
derecho a la igualdad con los hombres, porque poseían las aptitudes tanto para
el gobierno como para la defensa de los territorios. Unas décadas después, en
el viejo imperio romano, el cónsul Marco Porcio Catón manifestó su temor de conceder la igualdad a
las mujeres; intentarán de todo una vez tengan éxito y se convertirán en superiores
a los hombres, señaló. Esta es una indicación de que la misoginia ha estado presente a lo largo de los siglos y que, por igual,
la búsqueda de la igualdad tiene ya un extenso recorrido medido en miles de
años.
(https://shorturl.at/kqD13).
En educación, por centurias, también fueron a excluidas
de las profesiones y la formación escolar de ellas, segregada de los hombres,
se centraba en la preparación para la vida doméstica, para la maternidad, la
crianza de los hijos y para mantener un comportamiento sumiso ante los mandatos
del esposo, como bien lo exigía la sociedad. Se lee en Efesios 5: 22 -24: «Esposas,
sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su
esposa…. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben
someterse a sus esposos en todo». Las mujeres, entonces, aparte de tener
que mostrar obediencia a esposos y padres, debían estar al servicio de ellos y
cumplir con sus deseos.
Se ha reconocido que para lograr la igualdad de género se
precisan acciones desde las estructuras políticas de los Estados que sean
efectivas y que lleven a eliminar las barreras, en apariencia inamovibles, que
impiden la superación de las desigualdades de género basadas en las creencias,
prejuicios sociales y económicas. (https://shorturl.at/hBCK5).
El concepto de «mujeres desaparecidas»
lo estableció Amartya Sen en 1990 para referirse a todas las que deberían estar
vivas, pero que se le excluyó por: el incremento
de los abortos selectivos de fetos femeninos y el trato discriminatorio a las
niñas, que ha llevado a que la edad de cinco años la tasa de supervivencia sea
mayor entre los niños. Un caso particular se dio con la política china de
permitir un solo hijo a cada pareja, (norma vigente hasta hace menos de una
década), la preferencia cultural por los hijos varones llevó al aumento de los
abortos de fetos femeninos y a un superávit de hombres con
respecto al número de mujeres. Por la política de poder tener un solo hijo, surgió
la tragedia de concebir a una niña en China. (https://t.ly/gMyZY, https://t.ly/OJURQ).
La Ohio
Education Association publicó copia de una norma de 1920 que ordenaban a las maestras apegarse a un
código de conducta abiertamente restrictivo y, hoy, patentemente abusivo y
violador de muchos de sus derechos. Entre los comportamientos desmedidos
estaban: Permanecer
solteras mientras fuesen maestras (negación del derecho a la procreación y
posible origen del porqué a las maestras se llamaba «señoritas»); no salir a la
calle entre las 8 de la noche y las 6 de la mañana del día siguiente (o sea,
toque de queda permanente para ellas); sólo en las relaciones profesionales
podían establecer relaciones con hombres que no fuesen de su familia; no debían
usar maquillaje, joyas llamativas; tenían que usar vestidos conservadores y
presentables; no podían tener otras ocupaciones laborales; tenían que ser
ejemplos de virtud, moralidad y sanos modelos para la sociedad; no montar en coches o automóviles
con hombres, excepto con padres o hermanos; no salir de la ciudad sin permiso
de la autoridad educativa superior; no teñirse el pelo; usar al menos dos enaguas; no vestirse con colores
brillantes; la vestimenta no podía estar más arriba de dos pulgadas de los tobillos; no fumar ni ingerir licor. Este documento circuló ampliamente en las
redes sociales, atribuyéndose a países como España, Argentina y Colombia. La
norma, con más seguridad, es de Ohio. (https://t.ly/lWKDo, https://tinyurl.com/2e3zhsry.)
El «Manual de Urbanidad y Buenas Maneras», escrito por el venezolano Manuel Antonio Carreño hace más de 170 años, fue de obligatorio uso como texto escolar en las escuelas de muchos países de las Américas. Eran normas que debían ser memorizadas y aplicadas. En la versión como texto escolar se lee que: La mujer encierra en su ser todo lo que hay de más bello o interesante en la naturaleza humana…. Pero la naturaleza no le ha concedido este privilegio, sino, en cambio, de grandes privaciones y sacrificios y de gravísimos compromisos con la moral y con la sociedad; la más leve mancha resalta defectos que en el hombre pudieran pasar inadvertidos. Fueron creadas por Dios para la virtud, con un corazón, nacido para hacer la felicidad de los hombres; sólo deben buscar aquellos atractivos que se hermanan bien con el pudor y la inocencia. En la mujer, las reglas de la urbanidad adquieren, mayor grado de severidad que cuando se aplican a los hombres. Estas reglas son acaso más importantes para la mujer que para el hombre, por cuanto su destino la llama al gobierno de la casa y a la inmediata dirección de los asuntos domésticos. Ya hemos dicho, seguía resaltando Carreño, que las reglas de la urbanidad son más severas cuando se aplican a la mujer; pero no podemos menos de llamar aquí, especialmente, la atención del bello sexo, hacia el acto de escupir y hacia el todavía más repugnante de esgarrar. La mujer que escupe produce siempre una sensación extraordinariamente desagradable, y la que esgarra eclipsa su belleza, y echa por tierra todos sus atractivos. En cuanto a la mujer, en quien debe lucir siempre mayor compostura que en el hombre, ya se deja ver que su desaliño dentro de la casa dará muy mala idea de su educación. Ellas, en sus vestimentas, no deben mostrar el tobillo. (https://t.ly/MWdfr).
No
es un día que se extingue en pasajeros regalos, sino que es recordatorio del
esfuerzo de todos, mujeres y hombres, para el respeto, promoción y afianzamiento
de los derechos de la mujer, entre ellos: el de la igualdad, la no
discriminación, el acceso a la educación, a la cultura, a la ciudadanía plena,
al empleo y remuneración justa, a los avances científicos y tecnológicos, y al
camino libre para el desarrollo pleno y sano de personalidad.
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