El Derecho de los Niños a la Dignidad
El Derecho de los Niños a la Dignidad
Enrique E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
¿Y si formamos a los niños en
el derecho a la dignidad? Todos nacen con dignidad, la cual, como derecho vital
y esencial, les debe ser reconocida y, a
la vez, aceptada y promovida ante el resto de la humanidad.
Se puede afirmar que la organización
de la sociedad civil para una vida en armonía, y con plena vigencia de los
valores de la democracia, se sustenta en los siguientes valores: a la vida, la
libertad, la justicia y la dignidad. De hecho, tanto en las declaraciones de
independencia de los Estados como en las constituciones que fueron redactadas
para organizar sus propias formas de gobierno, tienen a la dignidad humana como
el elemento que articula o enlaza el conjunto de principios y de valores que
asegurarían una vida igualitaria para todos, en plena libertad para el
ejercicio de sus derechos y deberes como ciudadanos, regidos por los principios
claros de la vida en libertad recorrida por la justicia. No habrá sociedad justa, con
ciudadanos libres, sin el reconocimiento de la dignidad humana de sus miembros
y de los valores esenciales que de ella se derivan.
Muchas de las
declaraciones de independencia de las naciones también se basaron en los
valores de la igualdad y la dignidad humanas como principios fundamentales. No
existirá un Estado democrático que no se constituya y desarrolle fundamentado
en el valor supremo de la dignidad humana porque: «La dignidad es una parte
inherente de nuestra condición de ser humano. Hay muchas cosas que nos
diferencian: etnias, religiones, colores de piel, géneros, políticas, fronteras
y estatus. Pero la dignidad es el gran igualador. Se antepone a todas las
divisiones y nos une en torno a la humanidad que compartimos». (https://t.ly/QALbD).
Así, la dignidad es el fundamento de
la consolidación de los países democráticos, en los cuales los ciudadanos
aseguran la vigencia plena de los demás derechos y su supremacía por encima de los
gobernantes que deben trabajar por el bien común. No podrá existir la vigencia
de tales derechos por fuera de la garantía de una vida digna. Si todos los
ciudadanos tienen derechos, la dignidad humana es el valor pivote de la
organización social democrática.
Por ello, el preámbulo de la «Declaración
Universal de los Derechos Humanos» de 1948 tiene como primera consideración
concisa y fundamentada del resto del texto que: «La libertad, la justicia y
la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca
y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia
humana». (https://t.ly/JzHPe). La suprema jerarquía y vigor del valor
supremo de la dignidad humana brota claramente en dicha Declaración,
en la que se establece en su primer artículo que "todos los
seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos".
Así recalcado: igualdad de derechos, fundada en el valor de la dignidad humana,
concepción suprema que se vuelve a enfatizar en la «Convención Internacional
sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial» (https://t.ly/Ng7LO), donde se reafirma
el principio de que «todos los seres humanos son iguales en dignidad y
derechos y están dotados de razón y conciencia»; conciencia de la valía de
la vida humana, de la libertad, de la justicia, de la igualdad. Es una
proclamación que fundamenta la condición esencial de la existencia de la
dignidad de cada ser humano desde que nace, y aún antes, tal como se reconoce
en la «Declaración de los Derechos de los Niños».(https://t.ly/9JmjL).
Se han propuesto
diversas maneras de proteger la dignidad humana basadas en algunos principios y
un conjunto de actitudes derivados de ellos. Esos principios son: el respeto, que consiste en tratar debidamente
a cada una de las personas con las que convivimos o interactuamos; el de la buena
voluntad, para que en cada acción evitemos dañar a los demás y, por el
contrario, favorezcamos su buen vivir; el del doble efecto, que
significa cuidar nuestras acciones para evitar que tengan efectos negativos sobre
las demás personas; el de la integridad, el cual nos lleva a comportarnos
con honestidad y con lealtad, apegados a normas éticas y al servicio de los
demás sin intereses egoístas; el de la justicia, tratando a los demás
como seres humanos en igualdad y sin discriminación; y el de la utilidad, el cual nos lleva
a que nuestras acciones e intenciones con respecto a los demás siempre produzcan
un beneficio amplio para el mayor número de personas. (https://t.ly/mN0uC, https://t.ly/KUsPO).
Se ha precisado
que la dignidad comienza cuando reconocemos en nosotros mismos, y en los demás,
ese valor fundamental. Esa es la puerta
que abre el sendero para construir culturas de dignidad apoyadas en los
principios que consolidan a una sociedad, países y naciones como justas,
abiertas y pacíficas. Los principios de la dignidad se expresan de cuatro
maneras: Con el reconocimiento de
nuestra propia dignidad inherente; por reconocerla en los demás como valor
fundamental que también les es inherente; con la unión de nuestra humanidad individual ligada a la de todas los
demás seres humanos; y mediante la construcción de culturas de dignidad en
escuelas, lugares de trabajo y en la
variedad de espacios sociales en los que interactuamos a diario. (https://t.ly/mN0uC).
Entre los adultos, la dignidad se
expresa, entre muchas otras maneras, con la posesión de un trabajo estable, con
adecuada remuneración y seguridad social garantizadas; en el mantenimiento de principios
éticos y morales; en la debida
consideración del bienestar físico y mental de los demás; en la formación ciudadana para
el ejercicio pleno de la ciudadanía en un Estado Social de Derecho en el que se
asegure el cumplimiento y protección de los derechos fundamentales y en la
obligación del ciudadano de cumplir con los deberes inherentes, también
esenciales para ser dignos.
En el caso de los niños, la
manifestación de su dignidad implica que
los formemos para que entiendan el valor universal de la igualdad, del respeto a
las diferencias que se tienen con otros seres
humanos y en la riqueza humana que se expresan desde otros grupos culturales o
naciones. (https://t.ly/0liVH). La apreciación
de la dignidad a los niños se reconoce
con una educación de calidad, con seguridad alimentaria, física y
psicológica, con el acceso a recursos
y apoyos para aprender y
progresar de manera continua, con el acceso a servicios de salud, la superación de la pobreza,
convivencia pacífica, medio ambiente sano, y en poder expresar y
compartir afectos y logros con los seres queridos, adultos significativos en su
vida y con distintos grupos sociales más próximos.
Para finalizar, aquí algunas frases célebres para
reflexionar sobre el valor supremo de la dignidad humana (https://t.ly/JKreH):
«Las cosas tienen un precio y estas
pueden estar a la venta, pero la gente tiene dignidad, la cual es invaluable y
vale mucho más que las cosas». (Papa Francisco).
«Tan solo la moralidad en nuestras
acciones puede darle belleza y dignidad a la vida». (Albert Einstein).
«La posesión más lujosa, el tesoro
más valioso que todo mundo tiene, es su dignidad personal». (Jackie
Robinson).
«Cuando hablamos de dignidad
humana, no podemos hacer concesiones». (Angela Merkel).
«La dignidad de uno puede ser
agredida, vandalizada y cruelmente escarnecida. Pero no puede quitarse a menos
que se entregue». (Michael J. Fox).
«Solucionar la pobreza no es un gesto de caridad. Es un acto de justicia.
Cualquier hombre o institución que trate de despojarme de mi dignidad,
fracasará»
(Nelson Mandela).
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