Sólida Formación Escolar de Niños y Jóvenes. Con Pantallas o Sin Ellas, Esa no Es la Cuestión
Sólida
Formación Escolar de Niños y Jóvenes. Con Pantallas o Sin Ellas, Esa no Es la
Cuestión
Enrique E. Batista
J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
No, No. Suecia no ha
prohibido el empleo de las pantallas. Suecia
no va a prohibir el uso de pantallas en las aulas. Aunque muchos medios de
comunicación publicaron que así sería, la realidad es otra: el país escandinavo
revisará su Plan de Digitalización para mejorar la comprensión lectora de los
estudiantes. (https://rb.gy/gniad, https://rb.gy/3mw3j).
En un artículo
publicado el 21 de mayo de 2023 en el
periódico «Le Monde», se tituló literalmente que: «Suecia considera a las
pantallas las responsables del descenso del nivel de los alumnos y quiere
volver a los libros de texto» y, se agregó, que basado en criterios de
expertos, «el gobierno de centroderecha quiere reducir el tiempo que los
estudiantes pasan frente a las pantallas y traer los libros de texto de vuelta
a las aulas». La ministra de educación, conocida por su posición
adversa a la digitalización que ella califica
como experimentación", suprimió una política de educación digital formulada, pocos
meses antes en 2022, por el gobierno previo. (https://rb.gy/bcpuz). Su decisión, más política que educativa o pedagógica, se basó
en los resultados de comprensión lectora de los alumnos de cuarto grado en la prueba PIRLS
de 2021. Bien se conoce que esta prueba, conjuntamente con la de PISA, está
sometida a severas críticas sobre su valía para medir y contribuir a mejorar la
calidad de la educación.
El hecho es que el titular en el artículo de «Le Monde», cual
onda expansiva, se regó por todo el mundo resaltando que Suecia había prohibido
el uso de las pantallas. En efecto, se
pudo leer en muchas publicaciones: «Suecia prohíbe el uso de pantallas en
las escuelas», «No más pantallas en las escuelas y más libros de texto»,
«¡No más pantallas en las escuelas!». Si bien la postura adversa
abiertamente conocida de la Ministra de Educación sobre la digitalización de
las escuelas, ella reconoce que «la digitalización puede ser fantásticamente
buena para los estudiantes, pero hay que usarla con sensatez». (https://rb.gy/qfgg1).
Así, se le puede
recordar a la ministra de educación de Suecia sus propias palabras:
«la digitalización puede ser fantásticamente buena y hay que usarla
con sensatez». Pero a la vez, las decisiones gubernamentales no se toman a
la ligera acompañada de la impropia predicción de que los niños sufrirían un analfabetismo
funcional. Con base en los mismos resultados que ella invocó, se muestra que sus estudiantes de cuarto grado están muy lejos de esa condición; se precisa
recordarle, así mismo, que serían muchísimo
más grave un analfabetismo digital y los déficits de aprendizaje en las muy
necesarias habilidades digitales y socioemocionales que ellos requerirán para su desempeño como ciudadanos
globales, de su país y también en el mundo social y laboral en el que estarán
inmersos en muy poco tiempo.
Algunos de mis lectores inquirieron mi opinión sobre la supuesta
prohibición de las pantallas y del regreso (sic) a los libros. Les di una
respuesta corta que es la siguiente, la cual complemento en el resto de este artículo:
La enfermedad no está en las sábanas. Es el vetusto modelo educativo el que
está enfermo. Se puede «regresar» a los libros, pero no existirá mejoría alguna
si la enseñanza no promueve un aprendizaje activo, prescriptivo y situado, y una sólida autonomía cognitiva y moral. Hoy
los estudiantes de cuarto grado allá, y en cualquier otro lugar del mundo,
están apenas empezando a leer, no es la oportunidad de estigmatizarlo a partir de
resultados en pruebas que ellos no entienden y
a las cuales no le ven
significación alguna.
Se le puede recalcar a la ministra que las transformaciones que requiere
la educación en su país, como en el resto del mundo, no se cristalizan a partir de impulsos momentáneos,
ni mucho menos con acabar de un tajo, las propuestas educativas de gobiernos
pasados, ya que esas decisiones políticas de momento y de oportunidad son malas consejeras. En
Suecia, hoy, y en muchos otros países, en lugar de una transformación de fondo
del modelo educativo vigente, el cual es improductivo para las necesidades formativas
de este siglo XXI, han asumido, con pensamiento mágico, que las pantallas enseñaban y que los alumnos tendrían, en
consecuencia, logros académicos altos. El temor por tener «una generación de analfabetos funcionales en Suecia», puede más bien demostrar que hay líderes políticos que están inmersos en
una generación de analfabetas digitales y que, por ello, promueven o fantasean regresar
a sus viejos tiempos, a «enfocarse en los
métodos tradicionales de enseñanza». O sea, el progreso hacia atrás, la añoranza de lo que en el pasado pudo
funcionar, pero que para las generaciones actuales, y las condiciones
particulares del mundo en que vivimos, han dejado de ser métodos y metas apropiadas.
Los niños y jóvenes reclaman una educación para ellos, para su mundo, el actual
y el futuro. Con ese modelo retro, niños y jóvenes no tendrán, con o sin
pantallas, el futuro que ellos requieren y desean. (https://rb.gy/9yb4l).
Desde un punto de vista
técnico, es importante resaltar que los alumnos de cuarto
grado en 2021 ocuparon el octavo puesto en un ranking mundial basado en la
prueba PIRLS, con un
puntaje 544 puntos. Causó la reacción
gubernamental el hecho de que con respecto a 2016 la comparación mostró
11 puntos. Es importante recordar que el grupo de 2016 era, como es apenas
obvio, diferente (prepandémicos); no sólo fueron diferentes los alumnos, sino
también el contenido de la prueba, lo
que estaba midiendo según los diseñadores internacionales de la misma, mas no necesariamente
el énfasis particular de comprensión
lectora que se impulsa en las escuelas de Suecia. No es viable, ni deseable,
homogeneizar la formación escolar en
toda la Unión Europea y menos con base en las muy cuestionadas pruebas estandarizadas internacionales.
Acabarán los maestros a ser forzados,
para tranquilidad de los ministros, a formar
a sus alumnos para los exámenes, y no
para la vida.
Desde la psicometría,
es preciso recordar que los puntajes en dichas pruebas son estandarizados. En términos de percentiles
(posición relativa con respecto al resto de personas que tomaron la prueba), en 2016 el percentil fue de 71, mientras que
en 2022 fue de 67, una diferencia de apenas cuatro puntos, casi seguro dentro
del margen de error de la medición. No hay medición de ninguna índole sin
errores y son mayores en el campo
educativo. No se puede olvidar que la pandemia del coronavirus causó en los
estudiantes de todo el mundo, un retraso en su progreso escolar, entre otras
áreas, en las habilidades de comprensión lectora y en las cognitivas en general.
(https://rb.gy/q67229).
Podrán regresar las políticas estatales a viejos tiempos, pero los jóvenes no regresarán, ya que tienen una visión distinta de la valía de la educación que poseemos los adultos
El cerebro digital de ellos funciona, como lo ha
demostrado la investigación científica, de manera distinta al de nosotros. Vivimos en mundos paralelos, pero con divergencia
y disconformidad aceleradas, las cuales preparan para un choque de aspiraciones y de
mentalidades. No se puede educar a los
niños hoy con las creencias y principios
pedagógicos de antes no sustentables hoy. Niños y jóvenes tienen percepción distinta
de la valía de la educación y de la naturaleza del futuro en el que vivirán.
Tienen, así mismo, otra forma de percibir cómo se les debe valorar el progreso
escolar y como personas.
No está exenta Suecia de dificultades que afectan la calidad
y pertinencia de la educación. Es el país que más ha crecido en desigualdad entre
ricos y pobres desde 1980, con una concentración,
se ha resaltado, de los ingresos de capital que ha creado tal condición. En el
mundo, es el decimoquinto país más desigual del mundo,
por debajo de Filipinas y Nigeria.
(https://rb.gy/y2r8x, https://rb.gy/ynp2g, https://rb.gy/lzzna). En ese país hay un déficit de maestros, la
UNESCO y la OIT han indicado que en Alemania y
Suecia, más del 70% de los maestros de primaria, tienen más de 40 años. (https://rb.gy/9u2ib), y que 19.9% de los jóvenes menores de 25 años están desocupados. (https://rb.gy/7h91e). Los jóvenes, además, han sido guiados para experimentar una vida en
soledad. (https://rb.gy/tsuet).
Se
hace evidente que la calentura no está en las sábanas, está en el termómetro
descalibrado y descalabrado de la prueba PIRLS, en el modelo educativo que, si bien fue
exitoso en el pasado, requiere innovación constante para las nuevas
generaciones con aspiraciones distintas, inmersos en los nuevos tiempos y
circunstancias. Requieren, para su
formación personal, ciudadana y laboral
apoyo, en la diversidad de tecnologías digitales y en la variedad amplia, bien conocida, de otros
recursos para apoyar sus procesos formativos escolares. Entonces, no son los
niños los que están mal. El modelo educativo es distópico y alienante.
Es más fácil para los gobiernos prohibir que construir e
innovar. Sienten que se les escapa el poder de controlar a las nuevas
generaciones, se interponen en la libertad y autonomía cognitiva y moral de los
alumnos. Ellos tienen manera de sobreponerse a semejantes mordazas. La nueva
generaciones siempre triunfan.
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