Nuevos Umbrales Históricos Ante la Inminencia de una Nueva Identidad Como Especie Humana
Nuevos
Umbrales Históricos Ante la Inminencia
de una Nueva Identidad Como Especie Humana
Enrique
E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
Los
orígenes del universo, de la Tierra, el surgimiento de la vida, las extinciones
masivas, la agricultura, la preservación del fuego, la escritura, la creación
artística y filosófica, la formación escolar de niños y jóvenes, la imprenta,
los descubrimientos geográficos con la expansión de los horizontes, el
surgimiento de las ciencias, las revoluciones industriales, la urbanización,
las formas de gobiernos, la esclavitud de muchos, guerras, el consumismo
exagerado de los recursos naturales renovables o no, el calentamiento global,
la revolución digital y la inteligencia artificial, son algunos de los hitos
resaltables para una historia de la
humanidad.
Esos y
muchos otros eventos han marcado y
están presentes en la identidad con la
que nos reconocemos como especie viva . Cabrán siempre las preguntas, no
respondidas, sobre nuestros
orígenes: por qué estamos y cómo llegamos aquí; por qué en la
Tierra y no en otros lugares, en el inmenso universo. A la vez, surge la pregunta
sobre cómo llegamos a configurarnos como especie humana y llegar, con cierto
nivel presuntuoso, a autocalificarnos
como «Homo sapiens», llenos de sabiduría, aunque nuestra historia y
realidades actuales nos muestran que carecemos mucho de ella para vivir en
armonía con nosotros mismos y con la naturaleza.
Algunos
buscan vida inteligente en otros espacios del universo, para resolver, por lo
menos en parte, las incógnitas de quiénes somos y de si venimos de algún lugar
ignoto en las profundidades de los millones de galaxias que existen. Es obvio
que si existieran otras formas de vida no serán «Homo sapiens». ni
tendrán una inteligencia como la nuestra, la cual es resultado de genes de aquí
y de la interacción con la naturaleza única de los ambientes terrestres. No se
puede presumir que, en ambientes sustancialmente distintos, esas especies hayan evolucionado igual que nosotros y menos que serán antropomorfos o
con figura corporal como la nuestra. Si dentro de nuestras diferentes culturas,
el concepto y demostración de comportamiento inteligente varía, con igual o más
razón, si hay vida «inteligente» más
allá, será muy diferente a la nuestra. Importa reconocer que buena parte de
nuestros comportamientos como especie no es, ni ha sido, inteligente,
recorridos por el olvido de que vivimos en
esta nuestra Tierra, la cual es
una pequeña pelusa de polvo cósmico
dando vueltas en un muy pequeño rincón de la vía láctea, una pequeña, entre
millones, de galaxias existentes.
El profesor David
Christian, hace unos pocos años, señaló ocho umbrales (thresholds) que
se han dado desde el origen del universo hasta hoy, los describió alrededor de lo
que él denominó como la «Gran Historia».(El
lector puede obtener un resumen aquí: https://rb.gy/q75y). El primer umbral se dio hace 14.000
millones de años con el hipotético «Big Bang», momento en que, de la nada, se dio la «Gran Explosión»
que dio origen a todo lo que existe en
el cosmos, al espacio, al tiempo, a la materia y a la energía. A partir de ahí,
el espacio continuó expandiéndose para
que, hace 13.600 millones de años, se
diera la concentración de la materia y la energía y surgieran las primeras
estrellas con toda su potencia energética y gravitatoria (umbral 2).
Ellas se agruparon en grupos para formar
galaxias, cúmulos, supercúmulos, nebulosas y sistemas planetarios; surgieron
los primeros átomos simples de hidrógeno y helio. Hace unos 13.500 millones de
años surgieron nuevas formas de la materia
con la formación de 90 elementos químicos
adicionales al hidrógeno y al helio (aunque estos seguían predominando en
cantidad), entre ellos lo que son indispensables en la vida terrestre como el
carbono y el oxígeno, además del hierro, productos de las estrellas que
explotaban, creando las supernovas, (umbral 3).
Mucho más adelante en el tiempo, hace
unos 4500 años, el profesor David Christian identifica el umbral 4, caracterizado
por la aparición de nuevos elementos químicos y su combinación en nuevas
moléculas. Se da el surgimiento del sistema solar nuestro con la Tierra, otros
planeta con sus, satélites, cometas y abundantes escombros cósmicos. De la
materia y la energía surgieron, hace 4000 millones, de años los organismos
vivos en la Tierra, el cual es un planeta con ciertas condiciones para la forma
de vida que aquí se desarrolló: no muy cerca del sol para tener una temperatura
favorable, abundancia de agua y suficiente energía para activar las necesarias
reacciones químicas que darían origen y mantenimiento de la vida (umbral 5).
Hace 200.000 años, tras un largo
proceso evolutivo, iniciado 2.2 millones de años atrás, surgieron las especies humanas, entre ellas el «Homo sapiens»,
momento que el profesor David Christian llama umbral 6, una especie con
habilidades lingüísticas que facilitaron el aprendizaje colectivo, con un
cerebro grande con capacidad para idear
y usar herramientas, además de la conciencia
de poder de pasar los conocimientos a las nuevas generaciones.
El umbral 7 empezó hace sólo 10.000
años, con humanos poseedores de la habilidad para crear tecnologías más
avanzadas, extraer recursos y usar energía, abriendo paso a lo que el profesor
David Christian denomina «uno de los desarrollos tecnológicos más
importantes para el Homo Sapiens: la revolución agrícola. Con esta
gran transformación se consiguen alimentos y recursos tan grandes que se
generan excedentes energéticos capaces de sustentar formas de organización
social cada vez más complejas». (https://rb.gy/q75y). Es un umbral que permitió el uso de
campos fértiles para el desarrollo de la
agricultura, la domesticación de una variedad de animales, la creación de sociedades sedentarias y ya no recolectores nómadas. La producción de
excedentes dio comienzo a la historia del poder político y social, al
surgimiento de grandes ciudades, al crecimiento demográfico acelerado, a los
dominios territoriales y a grandes
imperios, con conquistadores imponiendo lenguas, práctica culturales y
religiones.
El octavo umbral se inició hace
poco, unos 200 años, con la revolución industrial, nuevas formas de globalización, creación y uso intensivo de nuevas
clases de energía, nuevas maquinarias y
materiales que mejoraron e hicieron mucho más eficiente la producción. Se da intercambio
intenso de ideas, entre grupos poblacionales y culturas. Los ecosistemas y la
biodiversidad son puestos en riesgo
debido a la industrialización y al uso intensivo de los recursos
naturales por los humanos; así, se ha creado el Antropoceno como un nuevo
período geológico.
Se puede observar que los umbrales
enumerados se suceden cada vez más en tiempos geológicos cortos, los primeros
en millones de años, mientras que el octavo cubre apenas dos siglos. Concurren
y desembocan esos umbrales de la «Gran
Historia» de David Christian en
consideraciones sobre nosotros como especie humana y en el avance hacia una nueva identidad antropológica, lo que
lleva implícitas reflexiones sobre qué es ser humano y hacia dónde vamos, ya no
resultado de la evolución, selección natural y transformación genética de la
especie, sino por las fuerzas antropogénicas que destruyen al planeta, a los
mismos humanos y a las demás especies,
llevando al peligro de la ya muy mencionada sexta extinción masiva de la que
seremos parte también nosotros como especie humana. Se da un olvido egoísta, y
nada solidario, con una débil concepción de identidad antropológica, de que somos una especie relativamente débil, esa que
un minúsculo virus, que no alcanza a ser una especie viva, puede acabar con
todos los humanos.
Los umbrales siete (iniciado hace
10.000 años) y ocho (que comenzó hace doscientos años) del profesor e
investigador David Christian, son una descripción muy condensada. En realidad,
se han producido muchos más umbrales desde entonces. Marcaron umbrales distintos,
y claramente diferenciables: la migración desde África de los primeros humanos
y el surgimiento, mezcla, mestizaje genético o extinción, de algunas especies
humanas. También han sido umbrales distintivos la invención de la escritura,
desarrollo tecnológico con el que se inician los períodos puramente históricos
de la humanidad, la invención de la imprenta, los grandes descubrimientos
geográficos de los siglos XV y XVI, con
los que se inició una nueva forma de globalización y cambios en la concepción
no sólo del planeta sino de la identidad antropológica. Además, son umbrales
independientes y de visibles efectos sobre la vida humana y las sociedades, el
inicio de las ciencias, las cuatro revoluciones industriales (más no sólo la
primera), el surgimiento de la educación formal, los grandes imperios colonizadores, el
nacimiento de los Estados nacionales, entre otros que podrían configurar una
más completa «Gran Historia».
Los siguientes umbrales en nuestra
historia serán: 1- La gran singularidad tecnológica, la cual podrá darse dentro de muy pocas décadas; en ella,
hombre y máquinas serán una unidad, o el humano estará controlado por máquinas
superinteligentes, con lo que se creará una nueva especie humana, otra clase de
ser, con una identidad antropotecnológica diferente. 2. El descubrimiento posible de formas de
vida extraterrestres, lo que afectará
nuestra concepción como humanos y nuestro sitio en el cosmos. 3. También será
un umbral de inmenso impacto sobre
nuestra concepción como especie humana si se validase la hipótesis de que existen
universos, muchísimos de ellos como postulan algunos científicos, distintos al
nuestro; será una ruptura como lo fue la antropología geocéntrica de Ptolomeo
que, con la teoría heliocéntrica de
Copérnico, nos sacó de la
creencia de que éramos el centro de todo lo creado.
Podemos concurrir con el profesor David
Christian (https://rb.gy/q75y) sobre la importancia del desarrollo
sostenible y de asegurar que seamos humanos
con capacidad para conservar los
ecosistemas y gozar de un mejor vivir entre todos y con la totalidad de las especies vivas.
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