Las Letras Nos Han Permitido Vivir Como Especie Humana
Las Letras Nos Han Permitido Vivir Como Especie Humana
Enrique E.
Batista J,. Ph. D.,
https://paideianueva.blogspot.com
Para los necios, las palabras son de aire y van al aire. Pero, las
palabras del sabio son de la razón y van al corazón.
Con las letras creamos
conocimientos, abren el camino a la libertad, al pensamiento aut[onomo;
sin ellas, enfrentamos la esclavitud servil.
La dicha de escribir y de leer es
un don precioso que tiene su origen en
la afortunada invención de las letras, del abecedario (letras a, be, ce y de) o alfabeto (letras alfa y beta de la lengua
griega), como conjunto de símbolos de codificación abierta que, en hilazón armónica, llevaron a la
creación de la escritura y al inmodificable poder de facilitar y transformar, para bien, la
comunicación entre humanos. Crucial avance, sin el cual no se hubiese podido
consolidar la especie humana como la conocemos hoy.
El abecedario y la escritura se constituyen en los más importantes
avances en la historia completa de la humanidad. La escritura, bien se ha
reiterado, es el invento tecnológico más sobresaliente. Sin ella, no hubiese
sido posible la variedad de tecnologías que conocemos y empleamos hoy,
incluidas aquellas que han permitido la sanación de enfermedades y la
prolongación de la vida. Estamos vivos por las letras. Con ellas, plasmadas en
fluida escritura, llegamos a los más sobresalientes eventos para que, como
especie, hayamos sido capaces de
aprender, crear, transformar a la naturaleza y transformarnos a nosotros
mismos.
Con el invento de las letras, se incrementó la riqueza léxica, el
vocabulario. O sea, que ellas contribuyeron a enriquecer nuestras habilidades
comunicativas. El abecedario, y la
estructuración lógica de su contenido, también fue otro evento que transformó
sustancialmente la naturaleza de los seres humanos y la habilidad para comunicar e intercambiar pensamientos,
sentimientos, ideas, conceptos y teorías. El abecedario resultó de un consenso para organizar las
letras que pudiesen después unidas, juntas,
construir palabras y con el paso
de los años edificar abstracciones. Se avanzó en el pensar para comunicar y
comunicar para ser y trascender.
Todo empezó de manera sencilla: un símbolo gráfico pudo representar
un sonido, una cantidad, una palabra, una orden o un sentimiento simple. Se inició este avance
humanizador de la especie humana con los pictogramas. Con sucesivas adiciones
se alcanzó la complejidad de la escritura, todavía creciente, que conocemos y
empleamos hoy. (https://rb.gy/uk12dr).
Los sumerios, habitantes en el Medio Oriente, unos 30 siglos antes de
Cristo, inventaron la llamada escritura cuneiforme; símbolos en forma de cuñas
que representaban ideas o conceptos. Más tarde, en la Grecia antigua se crearon
las letras, en donde cada una de ellas representaba un sonido. A partir de
entonces, con la unión de ellas se formaron las palabras. Los griegos antiguos
habían adoptado las letras del alfabeto fenicio, el cual tenía influencia
hebreas y egipcias. Con el nuevo alfabeto se produjo una inmensa ganancia,
la que se obtuvo del simple, pero
significativo hecho, de que resultó más
fácil tanto escribir como leer. Tal avance se generalizó para la creación de
otros alfabetos, cada uno de los cuales definió sus letras como desearon las
diferentes culturas. Con ellos, se escribían palabras y se creaban muchas
nuevas más con las que se podía hacer
referencia a ideas, conceptos, a la
expresión de variedad de sentimientos humanos o a consignar por escrito
pensamientos, relatos e historias.
Las letras, el abecedario y las palabras escritas permitieron mejorar la posibilidad de expresar ideas o
conceptos más complejos, pasar de expresiones orales simples a la comunicación de abstracciones, con las que se enriqueció la posibilidad de
explicaciones de hechos y fenómenos de la naturaleza física y humana. Facilitaron
ellas, el desarrollo del potencial del cerebro humano con sus redes
neuronales y, con ello, la creación de
hechos u objetos no visibles, sin existencia física, de poder explicar lo que
directamente no se ve o se puede observar; se pasó del mundo de lo enteramente empírico,
de la realidad palpable, de lo aparente,
a un mundo de abstracciones que posibilitaron mejorar nuestra
comprensión del mundo y de sus
fenómenos.
En el fondo, fue la gran transformación en la comunicación humana y la
base para la creación de conceptos, de hipótesis, teorías y ciencias, además
de otros productos humanos, como la codificación literaria de cantos, relatos
e historias de los pueblos. Los prodigios que se produjeron en la capacidad de
poseer una más elaborada precisión en la
comunicación contribuyó a que los grupos humanos se consolidaran como
una especie sociable.
De las letras surgió la poesía y la rica literatura que disfrutamos. Así
mismo, permitieron enriquecer la
comunicación humana con un sin número de figuras literarias con las que se
sacan a los intercambios verbales entre personas de la simpleza expresiva, del
lenguaje plano e insípido a uno lleno de riqueza comunicativa, a uno de
intercambios verbales calurosos llenos de rico sabor.
Con las letras se inventó la
vida social y se construyeron
sociedades más complejas. Por virtud de las letras, se enriqueció
nuestra habilidad y capacidad de pensar, de ser más inteligente. Se nutrió con
significado a muchos hechos o eventos que sin ellas no hubiese sido posible
identificarlos, reconocerlos y explicarlos. Cómo en los primeros días de
Macondo, antes de las letras y de las
palabras se carecía de lenguaje para denominar objetos físicos cotidianos y,
con más razón, no se disponía de
recursos en el hablar para construir o referirse a abstracciones o a los sentimientos humanos
que estuviesen llenos de lo sublime. Se
identificaban a los objetos con las señas. Por eso, bien se dice que las letras
nos permitieron inventar las abstracciones.
Sin los conceptos no hay comunicación sólida, ni explicación posible de los fenómenos
naturales, sociales o psicológicos. Serían las mentes y corazones humanos
campos yermos, vacíos, sin modos efectivos de compartir realidades,
descubrimientos, intuiciones o el significado de los momentos de epifanía.
En efecto, bien se ha dicho que
la historia humana empieza con la escritura, lo anterior a ella es prehistoria.
Con la escritura se empezó a dejar constancia perdurable de acontecimientos: la
historia misma. Con las letras, además, se crea, se fundamenta y se
desarrolla la cultura.
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