Los Secretos de Amor de la Séptima Ola y Una Escuela en el Fondo del Mar
Los Secretos de Amor de la Séptima Ola
y Una Escuela en el Fondo del Mar
Enrique
E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
Ha sido un sentimiento humano permanente
saber los secretos que nos guarda el mar, explorar sus profundidades y
disfrutar de las playas que el mismo crea y consiente.
El mundo sin el mar y sus playas no
sería posible: es abiertamente inconcebible tal absurda consideración. Amar al
mar y respetarlo en su integridad y en la inmensa y rica biomasa que encierra es un mandato de los
dioses, de obligatorio cumplimiento por todos los humanos.
El mar, por solo estar ahí, con su
eterno murmurar, con sus relajantes susurros y con su ir y venir trayendo sus armónicos
rumores, está en la vida física y espiritual, en la cotidianidad de la vida de muchos, por lejos que se encuentren de sus
orillas. En él se originó la vida y es fuente de sustento para la fauna y flora
marinas, que él mismo acoge en su seno y es de crucial importancia en la
generación de sustento para toda la población mundial. Además, el mar con sus
multifacéticas hijas, las playas, brinda momentos gratos para la recreación y el disfrute de
todos, independiente de la edad.
El mar también trae a sus playas, con
sus nada tímidas olas, repletas de coquetería y en abierto celestinaje,
mensajes lindos, encriptados para ser abiertos sólo por corazones repletos o
añorantes del más puro amor; mensajes que llegan en la séptima ola, tal como lo
dijo el cantor:
¡Mírala como viene, mira
cómo te besa!
la séptima ola de mi mar tropical,
mira cómo viene, mira cómo te besa
la séptima ola, la invitación a amar.
Ella, la sétima ola del amanecer, como
todas las demás, son olas coquetas que mojan la arena en playas del amor; son
olas de pasión mensajera que bañan esbeltos y anhelantes cuerpos e iluminan
amorosos corazones. La séptima ola es
una ola coqueta que baña anhelantes cuerpos e ilumina cada amoroso corazón. Así,
otro cantor pudo decir:
Sobre la arena mojada y bajo el viejo muelle
la besé con onda pasión.
Porque era un amor perdido,
perdido en la playa, perdido en la bruma del mar.
Perdido en la playa, morena, perdido en la bruma del mar,
recordando tu cariñito, recordando tu corazón.
Perdido en la playa, morena, perdido en la bruma del mar
Si tú vuelves mi cariñito, yo te doy mi corazoncito
(Canción «Lamento
Náufrago»: https://rb.gy/cfb7og).
A cuatro voces el poeta cantó: «Playa,
brisa y mar es lo más lindo de la tierra mía»; de ese modo, las playas y su mar
forman parte de la inspiración amorosa, de tantos y muy numerosos cantos,
incluidos los de la pena que deja el amor perdido, cuando de por medio se
interpone un inmenso mar.
Se va, se va la lancha,
se va con el pescador.
Y en esa lancha que cruza el mar,
se va también mi amor.
Quién sabe hasta cuándo
la lancha no volverá.
Y yo me quedo cantando aquí
Se va, se va, se va.
(Canción «Se
va la Lancha» https://rb.gy/fms9l6)
Bañado e iluminado por tan prodigiosa
séptima ola y teniendo de testigo a Selene, la diosa de las noches, un
inspirado y muy distinguido vate, con profunda inspiración, le cantó con sublime
añoranza a un amor lejano:
Noches de Cartagena que fascinan,
por el suave rumor que tiene el mar
porque la brisa cálida murmura
toda una serenata tropical.
Allí es donde quisiera estar contigo,
con la luna y la arena y ese mar,
Y que juegue la brisa con tu pelo,
y las olas te vengan a arrullar.
(Canción «Noches
de Cartagena»: https://rb.gy/y9uhi4).
La séptima ola convida a las demás
para que con su ir y venir revelen a las almas escogidas los secretos abisales;
esos que Poseidón con sus indomables 12 corceles, manifestación del muy
superior poder de los mares, ha escondido desde los ya muy viejos años de la
Grecia clásica. Secretos que deposita en las caracolas para que quienes puedan
entender los mensajes ahí encriptados, que
con tono suave y susurros delicados se pueden escuchar. Tienen éxitos aquellos que respetan al poder y majestuosidad
del mar, y los que aman su belleza, bondad y generosidad.
También con sus potentes oídos, con
los que pueden escuchar todos los sonidos, aun de las bajas longitudes de
ondas, todos los niños del mundo pueden oír
el clamor del mismo mar y de todas las criaturas que alberga en sus aguas, para
que los protejan, los cuiden, no le arrojen basuras y cantidad de materiales
tóxicos; es decir, para que muchos humanos suspendan sus destructores comportamientos
al considerarlo como un depósito de
desechos, como si el mar no fuese
también sujeto de derechos. Las caracolas seguirán enviándoles mensajes
de agradecimiento y el mar, devolviéndoles dichas, riquezas y amor a todos.
En su alegría los niños de todo el
mundo podrán cantar (https://rb.gy/mvhmee):
Hay una escuela en el fondo del mar,
donde los peces van a estudiar,
bancos de perlas, pupitres de coral
y un viejo barco para poder jugar.
Es la maestra una sirena
y guarda el orden un gran tiburón,
y un pez espada afila su punta
para escribir en el pizarrón.
Un calamar un delfín y una tortuga,
un cangrejito y un padre bigotón,
una ballena y un pulpo enorme,
todos atentos escuchan la lección.
Hay una estrella en el fondo del mar,
donde los peces van a estudiar.
Van con témperas lápices de coral
y un viejo barco para poder jugar.
Hay una escuela en el fondo del mar,
donde los peces van a estudiar.
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