La Universidad Deseada: Cambio Imperioso o Desaparecer
La Universidad
Deseada: Cambio Imperioso o Desaparecer
Enrique E. Batista
J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
Viven las universidades alrededor
del mundo una serie de complejas situaciones y problemas para los cuales no
tienen una única salida: el cada vez más agudo
problema del menor número de alumnos, el incremento de las dificultades
financieras y la desvalorización de los títulos universitarios entre los
jóvenes. Les ha llegado el momento de
repensarse como instituciones educativas, sociales, centros de cualificación de
talento especializado y creadoras de ciencias y tecnologías. Por la reciente
crisis sanitaria mundial, la educación superior en el mundo se convirtió en una
inesperada incubadora gigante para la transformación digital (Dx). Les ha llegado, por una variedad de
circunstancias, la oportunidad y el reto de rehacer el camino, reconstruir su
propia identidad y enfatizar su valía para la inclusión social, cultural y
académica. Se vive hoy, con intensidad suma, una situación de cambio
inminente que obliga a todas, so pena de
desaparecer.
La empresa EDUCAUSE (https://www.educause.edu/), basada sobre
el súbito impacto de la digitalización en el mundo universitario, ha planteado
10 perspectivas, cuestiones o problemas, con los consecuentes desafíos, sobre «la educación
superior que merecemos».
Desde esas perspectivas se enfatiza que no habrá un regreso a lo que se conoció
como normal, sino que más bien se dará una redefinición de los valores, modelos
de negocio y de la cultura universitaria.
En lugar de trabajar con la ilusión de regresar al conocido mundo
pasado, conviene tomar la oportunidad
para su reconceptualización y diferenciación, ya que hoy son en extremo
homogéneas en identidad y modelos formativos, valores y cultura; precisan pasar
del mundo estrecho que ellas han configurado a uno de equidad y de abiertas
oportunidades para construir un futuro mejor con el criterio de «creatividad
radical» y con la muy clara y tajante opción: evolucionar o extinguirse.
(El lector puede obtener el texto de EDUCAUSE aquí: https://rb.gy/w91igh).
Es preciso aprender de la crisis
(Cuestión 9) y no fiarse del espejo de la supuesta normalidad anterior. Todos
deben admitir, estén listos o no, que la crisis sanitaria mundial transformó a
sus instituciones, entre otras evidencias porque muchos alumnos encontraron las
habilidades para aprender de modo remoto y los profesores para conducir sus cursos del mismo modo. Muchas
instituciones alcanzaron ganancias en la participación de los alumnos, equidad,
acceso, creatividad. Aquellas instituciones
que puedan garantizar acceso completo y
equitativo serán las que tendrán más oportunidades de sobrevivir.
En el contexto de transformarse o
quedar extinta (Cuestión 2), la
transformación digital (Dx) de ellas ha
ocurrido por la fuerza impelente de las circunstancias y no, en general, por un
diseño planeado con criterios de innovación, eficiencia y efectividad. El
trabajo híbrido (en el campus y en el hogar) requiere cualificación especial de
todos para administrar, comunicar, colaborar y trabajar en ese ambiente dual;
se precisa quebrar la regla del conocido
«triángulo de oro» que dice que sólo se pueden maximizar dos de los tres
resultados deseables: costo, velocidad y
calidad.
Se ha pasado de la escasez a la
abundancia digital (Cuestiones 5 y 6),
lo que ha implicado la necesidad de asegurar a los estudiantes formación en
habilidades informáticas y el acceso
completo y equitativo a herramientas tecnológicas y conectividad. En este
contexto, se precisa un campus híbrido para el trabajo tanto físico como
digital y la creación de una variedad de ambientes de aprendizaje. Lo cual
abre algunas opciones: Rediseñar los
ambientes físicos, estimular a sectores administrativos para que laboren de
modo remoto y así usar los espacios liberados para actividades académicas que apoyen el
aprendizaje y la investigación. Tener menos estudiantes en el campus puede
resultar en la reducción del interés de estos en eventos y actividades formativas
en las instalaciones físicas; mientras que los profesores han deseado mantener
sus oficinas en el campus.
Se requiere la creación de un
ecosistema digital para la reconfiguración de los fines misionales de las
instituciones de educación superior; ecosistema con dotación tecnológica
robusta para que los profesores, con fluidez digital, rehagan sus cursos de
manera creativa e innovadora para facilitar el compromiso y vinculación
efectiva de los alumnos en los distintos procesos formativos. El éxito de estos
se considerará sobre la retención, finalización, asequibilidad, empleabilidad y
aprendizaje. Acciones que serán de permanente urgencia dadas la velocidad de
los avances digitales y la lentitud en
la toma de decisiones que caracteriza a las instituciones de educación
superior. La crisis ha llevado a la necesaria construcción de un futuro mejor
con sistemas tecnológicos que estén más
centrados en el estudiante, así como en
las condiciones de equidad. (Cuestiones 3 y 4).
Una alternativa abierta, con
potenciales beneficios para reducir los costos, es la computación en las nubes,
ya que puede liberar el empleo de algunos recursos existentes y pagar sólo aquellos que efectivamente se usen,
reduciendo costos en software y hardware. Esta opción requiere una
administración efectiva de los contratos y un adecuado manejo de los
proveedores. Algunas universidades para preservar su autonomía, mitigar riesgos
financieros y aumentar la ciberseguridad han desarrollado su propio servicio en
las nubes. En uno y otro caso, se
precisa valorar los riegos inherentes ya reconocidos por muchos. (Cuestión 8).
Otro de los desafíos es la
omnipresente preocupación por la ciberseguridad, la cual tiene que ser
considerada como una prioridad, pero que se agrava con los costos adicionales
para las universidades y por la carencia de suficiente fuerza laboral
disponible para tan esencial propósito. A esto se suma la necesidad de educar a
profesores, alumnos y demás personal sobre sus respectivas responsabilidades en
cuanto a la ciberseguridad. (Cuestión 1).
El proceso de transformación
frente a las nuevas realidades implica
una «creatividad radical» (Cuestión 10) para ayudar a los alumnos
a que alcancen una preparación adecuada para sus futuros mediante herramientas
y ambientes de aprendizaje que promuevan
prácticas creativas y colaborativas, frente a requerimientos, entre otros, de
los inmensos desafíos que les plantea la Cuarta Revolución Industrial con
desarrollos como la inteligencia artificial y la automatización acelerada de los
puestos de trabajo, aunado todo ellos a la queja de los sectores productivos
sobre la carencia de personas formadas para sus apremiantes necesidades, para
los trabajos de hoy y frente al hecho de los trabajos en el futuro cercano
serán más demandantes.
La «creatividad radical»
necesita espacio y tiempo. Las universidades hoy con sus profesores, personal
administrativo y estudiantes carecen de
ambos. Así mismo, se reconoce que más
allá del viejo y desueto currículo, que no cambia, aún con los golpes de
realidades emergentes, el énfasis en la creatividad y el emprendimiento, aunado
con el conjunto de las habilidades socioemocionales, son elementos
constitutivos para la transformación requerida. El trabajo creativo, como el
que se facilita con los «maker spaces», las herramientas de creación,
creatividad visual, realidad mezclada, automatización robótica y software de
programación para la creatividad tecnológica
están en la ruta inmediata de la actualización de los procesos
formativos universitarios, innovaciones que resaltan los necesarios énfasis en
la abierta disyuntiva de transformarse o desaparecer. (Cuestión 10).
Sobrevivirán aquellas
universidades que reformulen su identidad, misión y estrategias, acojan el
pensamiento divergente, creen alianzas con socios destacados, aceleren sus
ciclos de planeación, ejecuten con eficiencia sus planes y midan con precisión
sus impactos. (Cuestión 7). Sobrevivirán las que incorporen las tecnologías
como el aprendizaje adaptativo y la realidad aumentada con miras a la remoción
de barreras y la apertura de nuevas oportunidades para el aprendizaje. No lo
harán las que regresen a los modos anteriores de funcionamiento, aquellas para
las que los cambios radicales les resultan amenazantes y desgastadores, tal
como se destaca en el documento de EDUCAUSE.
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