El Multiverso: Encrucijadas Existenciales para los Humanos
El Multiverso: Encrucijadas
Existenciales para los Humanos
Enrique
E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
Hollando en terrenos algo
abstrusos, un par de mis lectores me indagaron sobre la diferencia entre metaverso
y multiverso. Dada la complejidad de lo segundo avanzo consideraciones
generales sobre las diferencias por la vía de la exposición simple y sencilla.
En artículo anterior destaqué posibles consecuencias o riesgos adversos de los
metaversos. En este resaltaré algunas consecuencias de la posible existencia de
otros universos físicos más allá del nuestro.
Consecuencias que con seguridad nos llevarán a
consideraciones sobre el destino último de todo y el sentido mismo de lo humano
y de la humanidad, con implicaciones filosóficas y antropológicas sobre el significado de la trascendencia, de
la autonomía, de la libre voluntad y de la libertad humanas.
En términos sencillos, metaverso,
es un concepto informático, que se refiere a la creación de mundos virtuales, a
la manera de los videojuegos, en los que cada persona puede entrar usando hardware de realidad aumentada. El
metaverso es una simulación, un universo digital, paralelo al mundo físico en
el que se pueden llevar a cabo múltiples tipos de e interacciones con un
avatar, el yo informático alterno, que cada uno define. Algunos predican
que en el corto plazo se crearán
simulaciones digitales con mundos que no se distinguirían de la realidad física.
Pero siempre con presencia en este universo, no en otros.
El concepto de multiverso, por el
contrario, es de los campos de la cosmología y la astronomía. Se refiere, en
términos sencillos, a la posibilidad de que existan otros universos físicos,
reales, miles de ellos, distintos a este en el que habitamos. Más allá de la
ficción científica, la hipótesis del multiverso la sustentan muchos destacados
científicos en los campos de la astronomía, la cosmología, la física y las
matemáticas. Esa hipótesis sostiene que el universo en el que vivimos, con
todas sus galaxias, estrellas, planetas,
formas de energía y masas es apenas uno
de millones más de universos, los que coexisten como se podría ilustrar con el símil de la gran
cantidad de burbujas independientes que se mueven en una bebida gaseosa. Cada
burbuja sería un universo independiente; nosotros habitamos en uno de esos universos según la
comparación.
Así, el metaverso es una
evolución de los juegos informáticos; el multiverso es una hipótesis
científica. Los metaversos podrán borrar de momentos la distinción entre el mundo real y el mundo
digital, pero en la hipótesis del multiverso todo sería real.
Desde siempre, mirando a la inmensa
vastedad del cielo, los humanos han cavilado sobre otros mundos, pero referidos a la existencia de
otros espacios habitables en nuestra galaxia, la Vía Láctea o en otras más
allá, seguramente con vida y seres extra
terrestres poseídos de inteligencia superior.
En la literatura de ficción científica también se relatan historias fantásticas, no de universos
paralelos sino en otros espacios en nuestro propio universo, usualmente mundos fantásticos y otros distópicos, nada
amigables y llenos de eventos y
experiencias aterradoras. Bien conocidas son las obras de Julio Verne, Isaac
Asimov, Aldous Huxley
y H. G. Wells. Sin embargo, muchos años antes de la era cristiana escritos
sagrados en la India se referían a la existencia de otros universos. El término
«multiverso» fue introducido por el filósofo y psicólogo William James a
finales de los años 1800. (https://rb.gy/7ow1lu).
En la inspección visual directa o
con telescopio, en la ficción científica
o en la muy incipiente exploración espacial, parece residir la fantasía
humana de trascender, de saber qué hay más allá, de establecer sí estamos solos
o incluso a dónde ir cuando las condiciones de vida en la tierra se agoten. Es
una búsqueda legítima de la unión entre lo que hemos sido, lo que somos y lo
que podríamos ser en el futuro, es una manera de superar la angustia de no
saber sobre el más allá y del destino que espera a almas y cuerpos. Son válidas reflexiones sobre el futuro del mundo,
aunque no se refieren a otros universos paralelos al que estamos inmersos, sino
a uno, a este en el que vivimos.
La hipótesis del multiverso propone que
existe un número inmenso de otros universos cuya naturaleza está establecida
de manera singular y específica por su
propia evolución; por ello, no es prudente esperar que sean mundos como el
nuestro; abundarán ellos variaciones que
nos resultaría a todos muy difícil de comprender o de explicar con nuestras
concepciones, creencias, conceptos y teorías científicas. El mismo concepto de
vida podría ser muy diferente.
Cosmólogos,
astrónomos, físicos, matemáticos y
filósofos se encuentran entre el
número grande de científicos que sustentan e investigan la existencia de los
mundos paralelos. Para referirse a ellos se han empleado denominaciones
como «universos cuánticos», «universos paralelos», «omniverso» y «mundos
paralelos». Contrario a los escritos de
la ficción científica, la existencia de
los multiversos no responde a un conjunto de fantasías, a augures o a ideas sueltas y malabares de los
adivinos de la suerte. Es más bien una fundamentada hipótesis formulada por una
parte de la comunidad científica, pero que, como es común en el campo de los desarrollos
científicos, no tiene plena acogida entre los científicos.
La prueba científica de la
existencia de múltiples universos sería el descubrimiento más importante de la
humanidad con serias implicaciones en nuestra propia concepción como seres
humanos y en el concepto mismo de la vida y de la eternidad. Tendría amplias
implicaciones en muy distintos campos entre ellos el de la teología.
De amplio impacto será la
verificación de la posibilidad que señala una de las teorías del multiverso de que existirán réplicas exactas de cada uno de
nosotros en cada uno de ellos; o sea, que se afectará también nuestra propia
identidad singular, convertidos en seres «multiversados». Esto porque,
más allá de nuestra lejana comprensión como legos del lenguaje, preciso, abstruso
y superespecializado de los
científicos de la física: «Si el
espacio-tiempo se extiende por siempre en algún lugar empieza a repetirse
porque sólo hay una manera finita en que las partículas puede ser arregladas en
el tiempo y en el espacio; de ese modo se consigue que más allá en esos otros
universos existen figuras exactamente iguales a nosotros» (https://rb.gy/i1vqrd).
Reconectando las ideas de
metaverso y multiverso entra en juego la proposición de que aquí en la tierra no
somos más que una animación, participantes en un mundo de videojuegos
controlado por inteligencias muy avanzadas, en donde cada uno de nosotros no es más que un avatar, otro yo de un ser
extraterrestre. Si es así, el juego continuará
hasta que se les acabe la batería a los extraterrestres o hasta cuando
aburridos apaguen el juego y, por lo tanto, se cierre nuestra existencia en
este planeta. Idea que ha sido presentada por Elon Musk, físico, empresario de
los viajes espaciales y dueño, entre otras compañías, de SPACEX. (https://rb.gy/xzlehj).
Por ahora, recordar que estamos todavía en el campo de
lo hipotético. Mientras tanto, será preciso esperar los avances que los
desarrollos científicos nos muestren con esta interesante y también muy estremecedora
y tremebunda hipótesis. En ese entonces,
otra vez de manera aún más severa, dejaremos de ser el centro del universo para ser simplemente
uno entre millones y millones de ellos, lo que se siguen creando.
El muy reconocido científico de
la física, Max Tegmark escribió en su
libro de 2014 «Our Mathematical
Universe» que: «Nuestro universo entero puede ser solo un elemento –
como si fuese un átomo – en un ensamblaje infinito; un archipiélago cósmico, a
veces llamado omniverso». (https://rb.gy/ukb5xm). Caben sobre ellos preguntas adicionales: ¿Existirá
algo que se denomine ética o moral, propiedad, democracia, amor, lenguaje,
civilización o paz? Entre los filósofos surgirán más y más
preguntas sobre la naturaleza humana y muchísimas más que formularemos el resto
de nosotros.
¡Ah, sí! Por ahora, salvemos la
vida en nuestro planeta tierra.El Multiverso: Encrucijadas
Existenciales para los Humanos
Enrique
E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
Hollando en terrenos algo
abstrusos, un par de mis lectores me indagaron sobre la diferencia entre metaverso
y multiverso. Dada la complejidad de lo segundo avanzo consideraciones
generales sobre las diferencias por la vía de la exposición simple y sencilla.
En artículo anterior destaqué posibles consecuencias o riesgos adversos de los
metaversos. En este resaltaré algunas consecuencias de la posible existencia de
otros universos físicos más allá del nuestro.
Consecuencias que con seguridad nos llevarán a
consideraciones sobre el destino último de todo y el sentido mismo de lo humano
y de la humanidad, con implicaciones filosóficas y antropológicas sobre el significado de la trascendencia, de
la autonomía, de la libre voluntad y de la libertad humanas.
En términos sencillos, metaverso,
es un concepto informático, que se refiere a la creación de mundos virtuales, a
la manera de los videojuegos, en los que cada persona puede entrar usando hardware de realidad aumentada. El
metaverso es una simulación, un universo digital, paralelo al mundo físico en
el que se pueden llevar a cabo múltiples tipos de e interacciones con un
avatar, el yo informático alterno, que cada uno define. Algunos predican
que en el corto plazo se crearán
simulaciones digitales con mundos que no se distinguirían de la realidad física.
Pero siempre con presencia en este universo, no en otros.
El concepto de multiverso, por el
contrario, es de los campos de la cosmología y la astronomía. Se refiere, en
términos sencillos, a la posibilidad de que existan otros universos físicos,
reales, miles de ellos, distintos a este en el que habitamos. Más allá de la
ficción científica, la hipótesis del multiverso la sustentan muchos destacados
científicos en los campos de la astronomía, la cosmología, la física y las
matemáticas. Esa hipótesis sostiene que el universo en el que vivimos, con
todas sus galaxias, estrellas, planetas,
formas de energía y masas es apenas uno
de millones más de universos, los que coexisten como se podría ilustrar con el símil de la gran
cantidad de burbujas independientes que se mueven en una bebida gaseosa. Cada
burbuja sería un universo independiente; nosotros habitamos en uno de esos universos según la
comparación.
Así, el metaverso es una
evolución de los juegos informáticos; el multiverso es una hipótesis
científica. Los metaversos podrán borrar de momentos la distinción entre el mundo real y el mundo
digital, pero en la hipótesis del multiverso todo sería real.
Desde siempre, mirando a la inmensa
vastedad del cielo, los humanos han cavilado sobre otros mundos, pero referidos a la existencia de
otros espacios habitables en nuestra galaxia, la Vía Láctea o en otras más
allá, seguramente con vida y seres extra
terrestres poseídos de inteligencia superior.
En la literatura de ficción científica también se relatan historias fantásticas, no de universos
paralelos sino en otros espacios en nuestro propio universo, usualmente mundos fantásticos y otros distópicos, nada
amigables y llenos de eventos y
experiencias aterradoras. Bien conocidas son las obras de Julio Verne, Isaac
Asimov, Aldous Huxley
y H. G. Wells. Sin embargo, muchos años antes de la era cristiana escritos
sagrados en la India se referían a la existencia de otros universos. El término
«multiverso» fue introducido por el filósofo y psicólogo William James a
finales de los años 1800. (https://rb.gy/7ow1lu).
En la inspección visual directa o
con telescopio, en la ficción científica
o en la muy incipiente exploración espacial, parece residir la fantasía
humana de trascender, de saber qué hay más allá, de establecer sí estamos solos
o incluso a dónde ir cuando las condiciones de vida en la tierra se agoten. Es
una búsqueda legítima de la unión entre lo que hemos sido, lo que somos y lo
que podríamos ser en el futuro, es una manera de superar la angustia de no
saber sobre el más allá y del destino que espera a almas y cuerpos. Son válidas reflexiones sobre el futuro del mundo,
aunque no se refieren a otros universos paralelos al que estamos inmersos, sino
a uno, a este en el que vivimos.
La hipótesis del multiverso propone que
existe un número inmenso de otros universos cuya naturaleza está establecida
de manera singular y específica por su
propia evolución; por ello, no es prudente esperar que sean mundos como el
nuestro; abundarán ellos variaciones que
nos resultaría a todos muy difícil de comprender o de explicar con nuestras
concepciones, creencias, conceptos y teorías científicas. El mismo concepto de
vida podría ser muy diferente.
Cosmólogos,
astrónomos, físicos, matemáticos y
filósofos se encuentran entre el
número grande de científicos que sustentan e investigan la existencia de los
mundos paralelos. Para referirse a ellos se han empleado denominaciones
como «universos cuánticos», «universos paralelos», «omniverso» y «mundos
paralelos». Contrario a los escritos de
la ficción científica, la existencia de
los multiversos no responde a un conjunto de fantasías, a augures o a ideas sueltas y malabares de los
adivinos de la suerte. Es más bien una fundamentada hipótesis formulada por una
parte de la comunidad científica, pero que, como es común en el campo de los desarrollos
científicos, no tiene plena acogida entre los científicos.
La prueba científica de la
existencia de múltiples universos sería el descubrimiento más importante de la
humanidad con serias implicaciones en nuestra propia concepción como seres
humanos y en el concepto mismo de la vida y de la eternidad. Tendría amplias
implicaciones en muy distintos campos entre ellos el de la teología.
De amplio impacto será la
verificación de la posibilidad que señala una de las teorías del multiverso de que existirán réplicas exactas de cada uno de
nosotros en cada uno de ellos; o sea, que se afectará también nuestra propia
identidad singular, convertidos en seres «multiversados». Esto porque,
más allá de nuestra lejana comprensión como legos del lenguaje, preciso, abstruso
y superespecializado de los
científicos de la física: «Si el
espacio-tiempo se extiende por siempre en algún lugar empieza a repetirse
porque sólo hay una manera finita en que las partículas puede ser arregladas en
el tiempo y en el espacio; de ese modo se consigue que más allá en esos otros
universos hay figuras exactamente iguales a nosotros» (https://rb.gy/i1vqrd).
Reconectando las ideas de
metaverso y multiverso entra en juego la proposición de que aquí en la tierra no
somos más que una animación, participantes en un mundo de videojuegos
controlado por inteligencias muy avanzadas, en donde cada uno de nosotros no es más que un avatar, otro yo de un ser
extraterrestre. Si es así, el juego continuará
hasta que se les acabe la batería a los extraterrestres o hasta cuando
aburridos apaguen el juego y, por lo tanto, se cierre nuestra existencia en
este planeta. Idea que ha sido presentada por Elon Musk, físico, empresario de
los viajes espaciales y dueño, entre otras compañías, de SPACEX. (https://rb.gy/xzlehj).
Por ahora, recordar que estamos todavía en el campo de
lo hipotético. Mientras tanto, será preciso esperar los avances que los
desarrollos científicos nos muestren con esta interesante y también muy estremecedora
y tremebunda hipótesis. En ese entonces,
otra vez de manera aún más severa, dejaremos de ser el centro del universo para ser simplemente
uno entre millones y millones de ellos, lo que se siguen creando.
El muy reconocido científico de
la física, Max Tegmark escribió en su
libro de 2014 «Our Mathematical
Universe» que: «Nuestro universo entero puede ser solo un elemento –
como si fuese un átomo – en un ensamblaje infinito; un archipiélago cósmico, a
veces llamado omniverso». (https://rb.gy/ukb5xm). Caben sobre ellos preguntas adicionales: ¿Existirá
algo que se denomine ética o moral, propiedad, democracia, amor, lenguaje,
civilización o paz? Entre los filósofos surgirán más y más
preguntas sobre la naturaleza humana y muchísimas más que formularemos el resto
de nosotros.
¡Ah, sí! Por ahora, salvemos la
vida en nuestro planeta tierra.
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