La Generación de los Pandemials con Grandes Riesgos y Serios Desafíos
La Generación de los Pandemials con Grandes Riesgos
y Serios Desafíos
Enrique E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
Para referirse a un
grupo determinado de personas que comparten algunas características
esenciales y comunes, usualmente de edad,
y que además tienen la condición de que viven y crecen de manera continua en un
mismo espacio geográfico y ambiente cultural, se han empleado términos como
cohorte, camada, progenie, grupo etario y generación. Históricamente una
generación fue concebida compuesta por ciclos de 20 a 30 años, aunque otros la limitaron
al rango de 15 a 20. Se admite la aparición de una nueva generación, más allá
de la edad, sólo si hay cambios sustanciales en algunas facetas sociales y en
variedad de circunstancias culturales acompañadas con el surgimiento de nuevos
valores, nuevos derechos, nuevos roles sociales o la reconfiguración de los
antiguos. La nueva generación implica siempre variedad de rupturas sociales,
culturales, políticas, económicas y laborales.
El surgimiento de
nuevas generaciones crea una condición especial en los modos de convivencia en el hogar, las
escuelas, los sitios de trabajo y en la sociedad en general; a la vez, se
presenta una fuente potencial de conflictos y de mal entendimientos, en
especial cuando por la invocación de autoridad la vieja generación insiste
sobre la nueva en su visión y valores de la familia, de la sociedad, de la
educación y del mundo en general.
En las últimas décadas las sociedades y
culturas han cambiado de modo acelerado; el mundo y sus valores se han vuelto cada vez más
globalizados, diversas tecnologías han introducido cambios sustanciales en los
modos de convivir, de aprender, de socializarse, en la naturaleza del trabajo, en creación nuevas condiciones de vida, de
interacción social, aculturación y
diversas formas de sincretismo en las variadas formas de concebir al mundo, sus
culturas y sociedades.
El surgimiento de una
sociedad informatizada llevó a que se estableciera una distinción amplia entre
dos generaciones: los «Nativos digitales» y los «Inmigrantes
digitales». Los primeros referidos a los que nacieron en un ambiente
digital, con abundancia y facilidad de acceso a recursos informáticos, grupo
generacional para quienes las tecnologías digitales y el acelerado cambio de ellas es un asunto normal, cotidiano, nada
raro ni extraño; de otra parte, los inmigrantes digítales son el resto de las personas nada duchos en los
avances tecnológicos a los que consideran de valía residual, ajenos a ellos e innecesarios para sus
necesidades vitales, condiciones y ambientes laborales.
Bien se ha resaltado
que los acelerados avances en ciencias y
tecnologías han creado nueva formas sociales y modos diferentes de interacción
entre las personas y las culturas. Esos
avances crearon, entre otros, un desfase en los modos de educar y de aprender
entre los nativos digitales y muchos de sus maestros, inmigrantes digitales, y expatriados
por la fuerza incontenible de las nuevas generaciones de ese mundo de
aprendizaje ubicuo creado alrededor de múltiples adelantos; se configuró un ambiente
cultural y escolar novedosos que muchos han
persistido en ignorar.
En el pasado se han reconocido otras
denominaciones de generaciones como la de la «Nueva ola» (asociada al
movimiento musical inicial del rock and roll), la «Ye yé» (de origen en
Francia, también de carácter musical), de los años 60 y 70 del siglo pasado y,
más reciente, la de los «YouTubers». Sin embargo, las más reconocidas
denominaciones, con lapsos de duración de 15 a 20 años, han sido las siguientes:
1. La silenciosa entre 1928 y 1944, que siguió a la primera guerra mundial; 2. la
de la explosión de natalidad (o «baby
boomers»), entre 1945 y 1964,
surgida al finalizar la segunda guerra mundial, (con ese nombre por el
crecimiento de la tasa de natalidad para compensar las pérdidas humanas de la
guerra); 3. la generación X, entre 1965 y 1980; 4. los «millennials»
(también llamada generación Y) entre
1981 y 1996 y 5. la generación Z, entre 1997 y 2018. El inicio y terminación
de las generaciones X, Y y Z varían algo
entre los autores. En la web se encuentra abundante caracterización de estas generaciones (por ejemplo, https://rb.gy/qy7gdf, https://rb.gy/zurrq2, https://rb.gy/iiyorl).
En la caracterización de tales
generaciones se precisa reconocer que las peculiaridades de cada una de ellas
dependerá de los ambientes sociales y culturales específicos y de los factores
que afectan la cotidianidad de los miembros de los diferentes grupos etarios
que ellas abarcan. Los miembros de una determinada generación muestran, dentro de sí mismas y entre ellas,
variaciones que responden a la naturaleza de los ambientes físico, social y cultural. Por ello, se precisa evitar
el riesgo que se corre con una caracterización global de cada generación más
allá de sus sentidos particulares e identidad conscientemente construida y
afectada por los contextos regionales y culturales en que viven. (https://rb.gy/wvttvf).
A las generaciones mencionadas le seguirá
la de los «pandemials», que se inicia en 2019, signada ella por
profundos cambios sociales, culturales, educativos, económicos, laborales,
ambientales, sanitarios y políticos que les ha producido y producirá, con sus
efectos a largo plazo, la pandemia. Será una generación, como ninguna de la
anteriores, que enfrentará de manera simultánea desafiantes retos en cada uno y
tan variados campos de la vida diaria. O sea, que afrontarán un mundo con mayor
complejidad y riesgos, en particular en los primeros años cuando haya que
atender los efectos postraumáticos, la elaboración de duelos por la muerte de
tantos, la superación de la desnutrición y de la pobreza, el acceso a servicios de salud, incluidos los
psicológicos, y la imperiosa transformación de las escuelas con nuevos modelos
que sean sensibles a sus especiales necesidades y a las del mundo social,
económico y laboral al que serán forzados a enfrentar.
Así, resulta muy
importante acompañar a esta generación para que, aparte de reconocer la
existencia de valores nuevos, fundamenten
una visión positiva de la vida y de la sociedad en la
importancia que tienen los valores perennes. Cambiarán sus actitudes frente
a la organización social, la política, el medio ambiente, la ética y la
tecnología; crecerán en un sentido de independencia con deseos y
manifestaciones expresas para controlar su propia ruta vital. Combatirán la inequidad,
promoverán la garantía de los diversos derechos, serán mucho más sensibles al
medio ambiente y a las políticas de salud que eviten el sufrimiento que produjo
la pandemia del coronavirus. Lucharán
por políticas sociales que les aseguren trabajos dignos y estables con adecuada
seguridad social. En el largo plazo, el menor nivel
de escolaridad, producto de la alta deserción y el atraso académico, cognitivo
y emocional, puede reducir la disponibilidad de
talento humano, aumentar la pobreza e incrementar el malestar social, comprometiendo
así el bienestar y el crecimiento económico colectivo.
Será preciso
reconocer en los «pandemials» que
sus expectativas sobre la educación y sus diversas prácticas será muy distinta
de la que se ofrece ahora y de la que padecieron las generaciones pasadas. También será necesario aceptar, para el bien
de todos, que no será una generación callada, ya que crecerá abrumada por los
muy duros y perdurables efectos de la pandemia del coronavirus, los que
marcaron su vida durante ella y comprometieron su futuro por décadas. Los lazos
familiares perdidos generarán en ellos vulnerabilidad, labilidad y desapego emocional.
(https://rb.gy/nralfs).
Esperemos que con nuestra
comprensión solidaridad y seguro acompañamiento sea una generación más feliz y
pacífica y solidaria. Como señala el
académico Orlando Arenas: «Debemos
tener un profundo conocimiento de la crisis a la que están expuestos nuestros
niños y la negra perspectiva de la sociedad de mañana. Si no atendemos
prontamente a salvar a quienes hoy sienten todos los estragos de la pandemia, podrían
levantarse en medio de carencias y traumas que los harán infelices, mediocres y
fracasados para salvar la sociedad».
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