El Gran Reinicio O Gran Reseteo: Hacia Una Sociedad Más Equitativa y Más Justa en la Postpandemia
El Gran Reinicio O Gran Reseteo: Hacia Una Sociedad Más
Equitativa y Más Justa en la Postpandemia
Enrique E. Batista
J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com
El presidente ejecutivo del Foro
Económico Mundial Karl Schwab y Thierry Malleret publicaron en septiembre de
2020 el libro titulado «COVID – 19:
El Gran Reinicio», para referirse, con lenguaje informático, a un «Gran
Reseteo» de todas las facetas de la vida: gobiernos, economía, cultura,
relaciones inclusivas y equitativas entre humanos y países, la vida diaria y la
laboral, la educación y la salud, la
geopolítica, ciencia, tecnología, ética y cultura, medio ambiente, negocios,
industria y empresas. No re refieren al regreso a la «normalidad» o a una «nueva normalidad», porque venimos de un
mundo muy anormal. La esencia del mundo que vivimos se disolvió en la salmuera
de la pandemia. Ella exacerbó peligros y
fallas que se rehusaron corregir por años.
El «Gran Reseteo» está dividido
en tres capítulos: Características del mundo actual, Micro Reseteo (Industria y
Negocios) y Reseteo Individual, a los que se agregaron conclusiones sumarias.
(El lector podrá encontrar el libro en español aquí: https://rb.gy/jgread).
1. El Mundo Actual. Se consideran sus tres características: Interdependencia, velocidad y complejidad. Interdependencia significa estar concatenados, mutuamente enlazados en un mundo de profunda conectividad sistémica, en el que todos los riesgos se afectan entre sí mediante redes de interacciones complejas. Todos estamos sometidos a constantes, rápidos y discontinuos cambios, velocidad que se observa en los descontentos sociales, avances tecnológicos, la geopolítica, los mercados financieros y, como ejemplo claro, en lo vertiginoso de la pandemia actual. La creciente complejidad hoy abruma las capacidades de gobernantes y políticos para tomar decisiones correctas y oportunas. Frente a este mundo se plantean varios reseteos.
* Reseteo económico. Se
reconoce que en medio de la crisis sanitaria la economía siempre estuvo en
desacuerdo con lo que conviene a la salud pública. Es una falacia
económica, además de un sinsentido ético, la propuesta darwiniana de “salvar
vidas versus salvar la economía”, en la que
se sacrifican vidas humanas para salvaguardar
el crecimiento del PIB o el progreso económico. Estamos frente a una ocasión
para considerar lo que es realmente valioso y para enrutar a las economías por un
camino nuevo que lleve a un futuro más justo y verde.
* Reseteo social. La crisis
producida por el coronavirus durará años y posiblemente generaciones. El
impacto más inmediato y visible es sobre los gobiernos percibidos como mal preparados para manejar
la pandemia. El sistema socioeconómico será considerado como el verdadero
culpable por la ausencia de garantía económica y de bienestar social para la mayor
parte de las personas. En los países más pobres se incrementarán los problemas
sociales preexistentes, en especial la pobreza, la desigualdad y la corrupción.
Es posible que sea el comienzo de la muerte del neoliberalismo el cual
privilegia la competencia sobre la solidaridad, y el crecimiento económico
sobre el bienestar social. Frente a las desigualdades sociales se generará indignación
frente a las injusticias y una amplia
reacción social que podría llevar a la desintegración social y al colapso
político.
* Reseteo geopolítico. La
pandemia ha acrecentado y acelerado las
tendencias geopolíticas existentes, con señales que apuntan hacia un caótico
fin del multilateralismo, a un vacío de globalización y a la aparición de
variadas formas de nacionalismo. El trilema de la globalización económica, la democracia
política y el Estado - Nación tiene esos tres componentes que son mutuamente
excluyentes; sólo dos de ellos pueden coexistir eficazmente en cualquier
momento. Una retirada rápida de la globalización conllevaría a guerras
comerciales y de divisas, dañando la economía de todos los países, provocando
el caos social y el desencadenamiento del nacionalismo étnico o de clan.
* Reseteo ambiental. Como
la pandemia dominará el espectro político por varios años, existe un riesgo
grave de obscurecer las preocupaciones medioambientales. La crisis sanitaria
ilustra el sutil equilibrio e interacciones complejas entre la humanidad y la naturaleza.
Las enfermedades trasmitidas de animales
a humanos han aumentado en los últimos años, en parte por la deforestación y las emisiones de dióxido de carbono,
acompañadas por el calentamiento global que, como asesino silencioso, se
asocia a una variedad de enfermedades
como las respiratorias, la diabetes y el cáncer. La contaminación del aire
agrava el impacto del coronavirus y explica las variaciones de susceptibilidad
al mismo y en los grados de letalidad.
* Reseteo
tecnológico. Con ciencia y tecnologías
fue posible desarrollar vacunas en tiempo récord. En el mundo fuimos forzados a
recurrir de emergencia al uso de aplicaciones y servicios digitales, a
enfatizar los contactos sociales, familiares y laborales remotos o en línea.
Muchos aspectos de la vida se convirtieron en materia electrónica: la enseñanza, el
aprendizaje, el comercio, los juegos, los libros, las compras y pagos, a lo que
se agregó el trabajo remoto, la telemedicina y la vigilancia activa de la salud. Para
algunos, desde esta pandemia se vaticina
un futuro sombrío de vigilancia estatal tecno-totalitaria.
2. MICRO RESETEO (INDUSTRIA Y
NEGOCIOS). Todas las empresas tendrán la oportunidad para repensar su
organización y adelantar cambios
positivos, sostenibles y duraderos. Considerarán el fomento al trabajo remoto,
cómo acelerar la digitalización y la necesidad de adopción de soluciones
digitales. El confinamiento forzoso abrió espacio al comercio a personas con capacidad, necesidad, deseo y
habilidad para comprar en línea. Se
predice que las empresas estarán sujetas a mayores interferencias por el
gobierno que en el pasado; se examinarán los impuestos corporativos
sospechosamente bajos, el pago de enormes dividendos, los salarios superaltos y
las recompensas ejecutivas generosamente altas. El propósito fundamental de las
empresas no podrá seguir siendo el de alcanzar de manera desenfrenada
beneficios económicos; ellas estarán abocadas a demostrar el buen trato a sus trabajadores, a mejorar las prácticas
laborales y la atención a la salud, la seguridad y el bienestar laboral. El
trabajo remoto puede llevar a que muchas personas se alojen en viviendas fuera
de los centros urbanos grandes y congestionados, lo que tendrá grandes efectos
en variables tributarias, económicas y comerciales, con impactos bastante visibles
en el sector inmobiliario.
3. RESETEO INDIVIDUAL.
Se reconocen los efectos profundos y muy diversos de la pandemia. Para algunos
será el comienzo de un reinicio individual y, en general, el comienzo de la
redefinición de nuestra humanidad. La pandemia pudo haber unido a la gente con
una mayor demostración de amabilidad, bondad, generosidad, solidaridad y
altruismo. Surgen las preguntas: ¿Podría
la pandemia dar nacimiento a comportamientos y actitudes para ser mejores y tener un mundo mejor? ¿Será
seguida por un cambio de valores? ¿Estaremos más dispuestos a nutrir nuestros
vínculos humanos y ser más intencionales sobre el mantenimiento de nuestras
conexiones sociales? Hacia adelante necesitaremos de «cierres cognitivos» para
borrar incertidumbres y ambigüedades, y también abordar las opciones sobre cómo
maximizar el bien común para el beneficio de toda la sociedad. Se ha desmentido
la creencia de que sacrificar algunas vidas salvaría la economía; el
debate ético se armó y prosigue. Ha sido
evidente que la pandemia ha tenido un efecto demoledor en la salud mental,
manifestado en depresión, suicidios, perturbaciones graves del estado de ánimo,
psicosis y trastornos adictivos, además de un estado colectivo de angustia,
confusión y desmoralización. Se nos hará evidente en este reseteo la muy
intrincada relación entre la naturaleza y el bienestar físico y mental.
4. CONCLUSIÓN. Venimos de
un mundo signado por desigualdades, injusticia, pobreza y divisiones
geopolíticas agudizadas, con polarización política, degradación ambiental y
muchas más improntas nada deseables. Ante ese mundo preguntan los autores si la
crisis sanitaria permitirá generar la fuerza para encender una serie de cambios
profundos para un gran reseteo social y económico. De no ser así, se correrá el
riesgo de otra clase de reseteo marcado
por golpes violentos como conflictos e incluso revoluciones. El reinicio nos llevará a un mundo con
sociedades más justas, menos divisivas y excluyentes, menos contaminantes,
menos destructivas, a un mundo más inclusivo, más equitativo y más justo.
La esencia del «Gran Reinicio»,
destacan los autores, está en «actuar más rápido, reemplazando ideas,
instituciones, procesos y reglas con otros nuevos que se adapten mejor a las
necesidades actuales y futuras».
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