Las Propuestas Educativas en el Gobierno de Joseph R. Biden
Las
Propuestas Educativas en el Gobierno de Joseph
R. Biden
Enrique
E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
La experta en asuntos educativos Kata
Barrington (https://rb.gy/ko6ksi) presenta un resumen de las
varias razones por las cuales el sistema de educación pública en los
Estados Unidos tiene fuertes carencias en cuanto a calidad,
pertinencia y equidad. Una de ellas es el acrecentado déficit
presupuestal causado por la reducción del apoyo económico estatal a las
instituciones públicas; muchos Estados están aportando cada vez menos dinero a
la educación lo cual implica menos maestros cualificados, menos programas y menores
recursos de apoyo a la enseñanza y al
aprendizaje. Hay, además, un problema creciente de pobreza estudiantil.
Se estima que el 50% de los
alumnos en la educación pública son de estratos bajos, porcentaje que se ha
venido incrementando en los últimos años.
Acota la autora que otro factor limitante de la
calidad de la educación ha sido la definición de un «currículo común
centralizado», formulado para ser medido en sus resultados mediante pruebas
estandarizadas. Se ha resaltado esto último como uno de los problemas más
serios porque pone el énfasis no en la
formación y desarrollo de cada alumno sino en los
resultados de estos en los tests, lo que
lleva a juzgar la buena enseñanza en los términos que se definen y se
establecen en dichas pruebas qué, como inadecuada e impropia medición de la
calidad, han llevado a incrementar la desigualdad y favorecer la ampliación de
la exclusión en la educación. Aprender para el examen es una lógica que afecta
la calidad y pertinencia de los procesos formativos escolares y aleja a
maestros y estudiantes de sus mejores posibilidades de progreso.
Sarah Jones (https://rb.gy/lthfbl), escritora del New
York Magazine, declara que las escuelas públicas están viviendo una crisis
de austeridad, crisis que Lily Eskelsen García, presidente de la «National
Education Association» la califica
como más allá de «crónica», agregando además que es «intencional»
en cabeza de los legisladores que de manera deliberada han disminuido la
financiación de la educación pública. Un informe de la «American Federation
of Teachers» estima un déficit en K
– 12 (preescolar a grado 12) de $93.5 billones y para educación superior de $45
billones. Con la pandemia, la situación se ha agravado frente a salarios
reducidos, plantas físicas deterioradas, ausencia de enfermeros y de consejeros
escolares, entre otros.
Julia Herbst y Katharine Schwab (https://rb.gy/svyvop) reiteran que el sistema
de educación en los Estados Unidos está en crisis y que dada la pandemia, que
llevó al problema de educar a 73 millones de alumnos en el novel e inusual contexto,
mostró que es tiempo de cambiarlo. Muchas
de las escuelas de los sectores más pobres carecen de las tecnologías
apropiadas o de la conexión a Internet que permita a los alumnos acceder a
opciones de aprendizaje remoto. Se ha hecho evidente que la mítica promesa de
que Internet transformaría la educación no se ha vuelto realidad ni evidente
durante la pandemia, en especial porque plataformas como Zoom y Google Classroom no
fueron diseñadas para la interacción social, la enseñanza y el aprendizaje remotos.
Ha prevalecido en la educación superior de ese país el mito de
los méritos, aunque se hace evidente la promesa incumplida de que la
educación promueve la movilidad social, cuando
en realidad ha producido y mantenido aún más segregación y exclusión por clase social
y origen étnico. Exclusión que se ha apoyado en la admisión basada en supuestos
y bien rebatidos resultados en pruebas
estandarizadas ya rechazadas, en mitad de la pandemia, por cientos de
universidades y prohibidas en California por un juez como criterio de admisión.
El coronavirus permitirá, se ha dicho, transformar a la educación superior o
destruirla tal como se conoce hoy. Esta es la crisis más grande que ha
enfrentado en su larga historia la
educación superior en ese país y en todo el mundo. (https://rb.gy/7d8vvt).
Elegido el presidente Biden
adquiere alta relevancia las recomendaciones de la «Fuerza
de Tarea de Biden – Sanders» (https://rb.gy/ma8zdf)
que para la educación contempla algunos compromisos como los siguientes:
Proveer educación de calidad en
cada rincón del país superando todas las formas de discriminación, operando
bajo el principio de que la educación es un bien público y no una «commodity»
(mercancía) sujeta a ganancias por sectores privados. Se contempla el acceso a
la educación temprana de alta calidad y
la expansión del programa de alimentación escolar gratuita. Como partido, el
demócrata se opone a la entrega de vales a los padres de familia para la
educación privada de sus hijos y a otras estrategias que desvían los recursos
públicos hacia el sector privado. Las entidades de sector privado con ánimo de lucro no recibirán apoyo
federal. Se tomarán medidas enérgicas contra los llamados programas
depredadores de educación superior con fines de lucro que han estafado a los
estudiantes. En los casos en que sea necesario se trabajará de consuno con los
diferentes Estados de la Unión.
Se tiene claridad que la pandemia
ha demostrado que no hay un sustituto sostenible a largo plazo para el
aprendizaje de alta calidad en el aula. El aprendizaje a distancia y el on
line pudieron ser apropiados frente
a las circunstancias, pero afirma la «Fuerza de Tarea» no se puede convertir
en la «nueva normalidad». Las brechas significativas en el acceso a la
tecnología y la falta de acceso a Internet con ancho de banda de alta velocidad
han profundizado las desigualdades en el sistema educativo afectando más a
todos los sectores pobres y minoritarios. Para superar esta situación se
expandirá el acceso a Internet de banda ancha, especialmente en comunidades
desatendidas y en las áreas rurales.
Se considera en la propuesta
educativa elaborada por la «Fuerza de Tarea de Biden – Sanders» que,
como siempre, en mitad de la COVID-19 los educadores han sido los héroes; su
papel y valor se ha hecho más evidente a todos. Ellos deben tener los mismos
derechos a organización, unirse a sindicatos y a tener negociaciones colectivas
como los trabajadores del sector
privado. Para reclutar, retener y compensar a los maestros de alta calidad se
incrementarán significativamente sus salarios y otros apoyos profesionales. Se
apoyará el incremento de fondos de emergencia para los distritos escolares y para
las instituciones de educación superior públicas y las sin ánimo de lucro con miras a compensar la baja en los ingresos estatales y locales y asegurar
el trabajo para los maestros.
El costo de la educación
superior se ha duplicado desde mediados
de la década de los 90 del siglo pasado. Los “colleges” y universidades
tendrán matrículas gratuitas para
estudiantes de todas las edades cuyas familias ganen menos de US $125.000
anuales, lo que representa al 80% del país. Se incluye a la población llamada «Dreamers»
(Soñadores), que se refiere a los jóvenes que ingresaron como niños de
manera ilegal al país. Las deudas por
préstamos para pago de matrículas son altas, situación que se agravó con la
pandemia del coronavirus. Cerca de 44 millones de estadounidenses deben en
préstamos estudiantiles US $1.5 trillones; el 20% de los adultos está atrasado
en sus pagos, especialmente entre la población negra, mientras que uno de cada
diez ciudadanos con edad entre 40 y 50
todavía tiene deudas de su préstamo estudiantil. Con base en estos
hechos, aquellos que ganen US $25.000 al año o menos no deberán nada de sus
préstamos federales para estudios de
pregrado, tampoco se le cargarán intereses.
(https://joebiden.com/beyondhs/).
Bajo la presidencia de Biden se
fortalecerán los «community colleges»
(instituciones de educación superior con
programas a dos años, centrados en cualificación laboral o en «estudios
generales» antes de ingresar a una universidad) y también se apoyarán otros
modos de cualificación laboral para graduados de la educación secundaria acorde
con la naturaleza cambiante del trabajo, sin que se cause deuda a los estudiantes. Habrá una inversión de US $50 billones para
cualificación de alto nivel para modernizar los programas de formación según los
conocimientos y habilidades que requiera la fuerza laboral, programas que
podrán ser de corta duración o hasta de dos años que permitan la obtención de
credenciales (i.e., micro credenciales, micro títulos y similares) reconocidas
por el sector industrial.
Se creará un programa (denominado
«Title 1 for postsecondary education») con el que se reconoce,
como se anotó, que todo ciudadano requiere una educación más allá de los 12
grados escolares. Con este programa
se aportarán recursos a agencias locales de educación y a escuelas
con alto porcentaje de estudiantes de familias con bajos ingresos
económicos para asegurar que ellos logren altos estándares académicos y puedan
alcanzar su diploma universitario de cuatro años. (https://joebiden.com/beyondhs/).
Para los maestros esta afirmación de Joseph Biden en su discurso de
aceptación de su elección: «Para los educadores de Estados Unidos, este es
un gran día: van a tener uno propio en la Casa Blanca».
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