Doce Pilares para una Nueva Era Educativa- Parte 2
Doce Pilares para
una Nueva Era Educativa- Parte 2
Enrique
E. Batista J., Ph. D.
En mi columna
pasada presenté cinco de doce pilares para una nueva era educativa. Ellos
fueron: el ideológico
político, financiamiento económico, proyectos formativos escolares, grados
escolares y horarios, y la promoción de las habilidades socioemocionales (véase https://rb.gy/jhvgjb). En este artículo expondré los otros siete pilares.
6. Pilar los
maestros. No ha habido proyecto educativo nacional o internacional exitoso sin
que se haya tenido a los maestros en las fases de concepción, fundamento y
desarrollo. Ellos, como es apenas entendible, son un pilar fundamental para la
configuración y desarrollo de un nuevo modelo educativo acorde con los
requerimientos de toda la sociedad. Para una nueva era educativa se precisa que
se les valore y reconozca socialmente su labor, se remunere mejor su trabajo y reciban apoyo e incentivos a su capacidad de innovación
social y pedagógica. En los contextos científico, tecnológico, político y
cultural en esta fase del siglo XXI es una tarea prioritaria la formación y la recualificación
permanente de ellos en las nuevas áreas prioritarias requeridas para la
necesaria transformación de las desuetas prácticas pedagógicas, lo que implica
amplia atención a las Escuelas Normales Superiores, Facultades de Educación y
unidades académicas que los forman con foco especial en la superación del
atraso que tienen en ciencias, tecnologías y en las ciencias del aprendizaje
tan esenciales para el éxito de las innovaciones y de las transformaciones
educativas. Conviene que en cada entidad territorial haya al menos una “Escuela del Maestro” para la experimentación
pedagógica y las innovaciones didácticas. Bien se sabe y se vive que los maestros son y seguirán
siendo un pilar esencial para un nueva era educativa.
7.
Individualización de las propuestas y esfuerzos formativos. Se ha recalcado tantas veces que el modelo
eficientista de formación en aulas atiborradas de alumnos, estrechas y mal
dotadas, con maestros forzados a ser dictadores de contenidos e investidos de
un raro poder disciplinario para que los alumnos “presten atención” no
funciona. La innovación social para la transformación educativa se apoyará en
las conocidas estrategias de aprendizaje activo, el aprendizaje situado, el aprendizaje
adaptativo, las llamadas en la unión europea “aulas
creativas de aprendizaje activo” y en el aula
y aprendizaje invertido (flipped learning).
La nueva pedagogía para la transformación es ajena a la uniformidad y a la
estandarización que niega las diferencias de intereses, motivaciones y aptitudes
que poseen los alumnos, cada uno de los cuales por conocida ley del aprendizaje
puede alcanzar altos niveles de logro.
8. Pilar de la evaluación. Tenemos un deteriorado
sistema escolar construido para excluir, para anular a los ya marginados y
excluidos. Para un nueva era educativa es preciso asumir que cada alumno tiene un potencial inmenso de
creatividad y progreso contrario al arcaísmo que concibe a
la escuela como escenario para examinar, castigar y seguir excluyendo. Cualesquiera
que sean las formas novedosas de evaluación serán para establecer avances y
consolidar apoyos pedagógicos y de otra índole ante retrasos y dificultades en
el aprendizaje; serán para fijar rutas diferenciadas de aprendizaje, así como para
hacer los oportunos reconocimientos por logros alcanzados y la aplicación de
los estímulos para abordar nuevos proyectos y desafíos hacia un progreso
constante, motivador y satisfactorio. La evaluación de la labor de los mismos
maestros se hará sobre los éxitos que con innovación y creatividad alcancen, en
colaboración con otros, en los proyectos de aprendizaje que formulen para
asegurar el progreso de cada alumno. La nueva era escolar supera al modelo de
escuela del dictar para examinar y para el escarnio y se centra en el vivir, sentir,
pensar, conocer, transformar y amar.
9. Medios y mediaciones pedagógicas y recursos. Hay
medios y mediaciones requeridas para
alcanzar los altos niveles de logros formativos vitales para la vida
presente y futura de los alumnos. Todo aprendizaje escolar es mediado,
empezando por la mediación pedagógica que se da entre el maestro y alumnos,
entre alumnos, y entre maestros y alumnos con los contenidos, recursos y medios
de apoyo en ambientes interactivos de
aprendizaje que van más allá del aula tradicional y de los espacios escolares.
Una nueva era educativa asegurará que las mediaciones involucren a los padres
de familia, a la ciudadanía, a distintas organizaciones sociales y a los
sectores productivos. Parte fundamental de la mediación pedagógica será la
interacción, como acción consciente, que el estudiante hará consigo mismo en un
proceso metacognitivo donde, apoyado por el maestro, ambos asuman el análisis
de los efectos que las distintas mediaciones y medios didácticos o tecnológicos
tuvieron sobre la enseñanza y el aprendizaje. Es
claro que en un modelo educativo para
una nueva era es necesario disponer de una variedad de recursos didácticos y
tecnológicos que apoyen la creatividad
innovadora y la experimentación científica. Entre esos recursos es hoy evidente
el crucial acceso a la conexión a Internet estable en la escuela y en el hogar
con suficiente ancho de banda, el acceso en tiempo real a los recursos
digitales para el aprendizaje y a una
amplia gama de software para abordar la resolución fundamentada a problemas tanto
elementales como complejos.
10. Infraestructura educativa. La dignidad de un país y la valía que se le da a la educación en
general se puede inferir con claridad a partir del estado de la infraestructura física de sus escuelas
y universidades. Sabemos que muchas escuelas, colegios y universidades tienen
infraestructuras físicas en lamentables condiciones inapropiadas para aprender, enseñar y formar.
Una nueva era educativa enfatiza ambientes escolares innovados, distintos a las
construcciones tradicionales. Hay algunos avances en el mundo sobre nuevas
formas de organización física de los ambientes escolares, más allá de las aulas
tradicionales impuestas y heredadas desde el siglo XVIII, favorables para la
promoción de aprendizajes activos, el desarrollo de proyectos formativos y
facilitadores del trabajo colaborativo entre maestros y alumnos. En una nueva
era educativa se privilegiarán ambientes
físicos escolares de tamaño mediano en cuanto a la población total de alumnos,
muy distante de la impropiedad educativa y pedagógica llamada “mega colegios”,
en los que se atiborra a las escuelas de alumnos con notoria y evidente pérdida
de la capacidad de individualizar los procesos formativos en detrimento de la
posibilidad de conocer y promover los potenciales de cada alumno, ambiente físico que abruma y saca a los maestros de sus posibilidades de
innovación pedagógica y los confina a tradicionales e improductivos roles. Los
“mega colegios” han sido construidos centrados en cobertura con descuido
de la calidad y de la innovación pedagógica creando dificultad para formar en
las llamadas “megahabilidades” esenciales para la buena ciudadanía y el
desempeño laboral exitoso.
11. Promoción de la calidad. El Estado, la sociedad y la
familia, como bien lo dicen las leyes, los convenios y declaraciones
internacionales, tienen la responsabilidad de asegurar la calidad de la
educación. Una nueva era educativa obliga a que ese mandato deje de ser letra
muerta. Esta nueva era educativa no es consonante con el criterio de calidad
que pretende imponer un examen de estado mal elaborado que aduce sin fundamento científico, social o
psicométrico medir la “calidad de la educación”. Ningún test
estandarizado llegará tan lejos, pero sí contribuye con su efecto negativo e indeseable a anular
el propósito humanizante de modelos escolares alternativos e innovadores. Esos tests contribuyen a sumir a la educación
en el atraso y en la exclusión, con perturbadores efectos dañinos al pretender
medir algo, pero no promover nada productivo excepto los tan ominosos rankings
de las escuelas, colegios y universidades. Es cada vez más evidente que en la
nueva era escolar tampoco cabrá que una organización económica mundial pretenda
fijar un estándar de “calidad” para todos los países, en cada región y
en cada cultura. Ha sido bien resaltado que a raíz de la actual condición perturbadora de la labor educativa
muchas universidades en el mundo han prescindido de las pruebas estandarizadas para
seleccionar a los estudiantes por sus severos y bien probados efectos asociados a la discriminación
y a la exclusión social, a la vez que los bachilleres no tienen que someterse a
la improductiva tortura que, como bien
sienten y reconocen, no les mide
y mucho menos les promueve su
capacidad y predisposición para aprender
y formarse para ser ciudadanos productivos y felices.
12. Sistema de gestión.
Este eje hace referencia a la administración y evaluación participativa del
servicio educativo y a la validación científica de las innovaciones, la puesta
en común y diseminación solidaria de los resultados. Una trasformación de raíz del modelo educativo vigente requiere de la reestructuración radical de
las funciones y modos de operar del Ministerio de Educación Nacional para que deje de ser en sí mismo un obstáculo omnipresente para la gran
trasformación hacia la nueva era educativa que necesita el país. También
se requiere que los directivos de las
instituciones educativas conozcan y apliquen los más avanzados sistemas
informáticos de gestión incluidos los apoyos que ofrece la inteligencia
artificial. El
sistema de gestión será participativo frente a programas, metas y logros
esperados para la vida y el trabajo en la sociedad, la cultura, la política y la
economía del siglo XXI y para consolidar
al país como una nación democrática, progresista y en paz como suma aspiración
colectiva.
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