El Acceso a la Ciencia y a los Desarrollos Tecnológicos es un Derecho Humano
El Acceso a la Ciencia y a los Desarrollos Tecnológicos es un Derecho
Humano
Enrique E. Batista J., Ph. D.
“Si la gente no sabe qué hacen los
científicos,
no apoyará
a la ciencia y eso será un desastre para la humanidad”.
Stephen Hawkins
La
ciencia es un derecho humano consagrado en el “Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales” que, en su artículo 15,
estipula que los Estados reconocen el derecho de toda
persona a participar en la vida cultural y a gozar de los beneficios del
progreso científico y de sus aplicaciones, recalcándoles la obligación de tomar
las necesarias medidas para la conservación, el desarrollo y la difusión de la
ciencia y de la cultura, el respeto a la libertad para la investigación
científica y el reconocimiento a los beneficios que se derivan del desarrollo
de la cooperación internacional en esos campos de la creación humana. (https://bit.ly/2GEq1DH).
Ya en la “Declaración
Universal de los Derechos Humanos” se expresó en su artículo 27 que: “Toda
persona tiene derecho a participar en el progreso científico y en los
beneficios que de él resulten”. Derecho que se ratifica y refuerza en el
ámbito interamericano, en el artículo 13 de la “Declaración Americana
de Derechos y Deberes del Hombre” y en el “Protocolo
Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales ‘Protocolo De San Salvador´. En
este último se resalta, además, el reconocimiento del derecho de toda persona para
gozar de los beneficios del progreso científico y también del tecnológico.
La Relatora Especial sobre los derechos culturales de
las Naciones Unidas recalcó en su informe
de 2012 titulado “Derecho a gozar de los beneficios del progreso
científico y sus aplicaciones” la necesidad de promover el acceso, carente
de cualquier segregación, a los beneficios de la ciencia y sus aplicaciones, y las
oportunidades de todos para contribuir al desarrollo científico y a la difusión
de la ciencia y la tecnología (https://bit.ly/2ZfDNVo). La UNESCO que desde hace algo más de una
década impulsa la consolidación del derecho a la ciencia en distintos lugares
del mundo realizó en Buenos Aires, en agosto de 2019, el “Taller Derecho
Humano a la Ciencia: Perspectiva Latinoamericana”.
No son pocos los científicos que
estiman innecesaria la divulgación de la ciencia a menos que sea en revistas
esotéricas con lenguaje igual de extraño para el común de la gente,
publicaciones que sólo leerán unos pocos en selecta cofradía de afiliados a
determinadas corrientes del pensamiento científico. Sus importantes
contribuciones llevan a reconocimientos y premios como el Nobel en variados
campos o la Medalla Fields entre matemáticos. Extrañará a algunos que el gran
científico, divulgador y comunicador de las ciencias, Carl Sagan, no haya
recibido un premio Nobel, pero sí, entre otros, un Grammy.
De Carl Sagan, conocido como el “astrónomo
de la gente”, sabemos bien su invaluable aporte a la difusión científica entre
el público en general por la serie de TV titulada “Cosmos: Un Viaje
Personal”. A Sagan se le reconoce su indisputable apego y defensa de los
métodos de la ciencia y de su pensamiento crítico frente a teorías, métodos y
hallazgos, a la vez que su solidaridad humanitaria con la gente del común, los
que formamos parte del cosmos que tan bien nos los presentó y explicó. Nos recalcó y demostró que todos estamos
hechos de polvo de las estrellas. Formó y entusiasmó a muchos en el
interés genuino por las ciencias. Su serie Cosmos ha sido vista por más
de 500 millones de personas en un número grande de países en distintas lenguas
y, todavía más importante, se sigue viendo.
La divulgación de las ciencias es un
paso esencial para la humanización de ellas, hacerla asequible a todos y para
crear mentes y entusiasmo científico entre los niños y jóvenes es las escuelas.
Un ejemplo muy visible hoy es el Neil deGrasse Tyson que, inspirado por Sagan,
es hoy un divulgador de la ciencia bien conocido en la serie de televisión “Cosmos:
Una Odisea en el Espacio - Tiempo” y por su libro “Astrofísica para
Gente con Prisa”.
Bastante bien conocido es el astrofísico
británico Stephen Hawking con su extraordinario libro y best seller
"Breve Historia del Tiempo. Del Big Bang a los Agujeros Negros",
en el que sin perder solidez científica ni menosprecio por su ciencia ayudó a
acercar a muchos a la comprensión de la complejidad de explicaciones sobre el
universo, al concepto del tiempo, la mecánica cuántica, agujeros negros, el comportamiento
de la luz, la expansión del universo y muchas otras consideraciones, para
finalizar con la propuesta de una
integración del pensamiento científico y del filosófico que llegue a “una
teoría completa comprensible a cualquier humano”. Por ello, se consolidó
como el físico más conocido en la historia de la humanidad. Para una mejor
comprensión por todos escribió, en asocio con otro físico teórico Leonard Mlodinow,
una “Brevísima historia del tiempo”, y con una de sus hijas cinco libros
infantiles sobre ciencias. Hawking, al igual que Carl Sagan, no recibió el
premio Nobel, pero si el premio Grammy.
A estos divulgadores y comunicadores de
la ciencia se puede agregar, entre muchos otros, a Isaac Asimov un bioquímico
que prefirió dedicarse a la divulgación científica y a la ciencia ficción para
llegar a grandes audiencias; puso énfasis en llegar a los adolescentes como los
más necesitados para ser expuestos al conocimiento científico; después de los
18 años, sostuvo, la capacidad de influir sobre ellos es menor, aunque dejó
claro que la divulgación de la ciencia no se focaliza sólo en niños y jóvenes.
Se puede intuir que entre las razones
que impulsan a algunos científicos a hacer asequible el conocimiento científico
al público en general están: La ciencia se construye para ser conocida por
todos, acercar la ciencia a niños y jóvenes, alejar a la ciencia de la
concepción generalizada de ser terrenos aburridos hecha por personas en igual
condición, mostrar a las comunidades de científicos que es posible otro nivel
de comunicación precisa con el público, en especial con niños y jóvenes,
entender la ciencia como un recurso para vivir mejor y para preservar el
planeta, reconocer que la aplicación de la ciencia se rige por principios
humanistas y de solidez ética, la aplicación de los desarrollos científicos que
afecten negativamente a los humanos y
demás especies vivas requiere control de la ciudadanía y que es menester
crear un contagioso entusiasmo por las ciencias la que es en gran parte
financiada con recursos públicos. Carl Sagan bien señaló que: “Me parece
aberrante que los científicos no hablen de la ciencia al público”, mientras
que Isaac Asimov concebía a la ciencia como una única luz que al iluminar una
parte cualquiera se ilumina al resto del mundo.
Existen muy buenos científicos capaces de producir ciencia, pero no de comunicarla, de divulgarla al público en general. Hay los que piensan que para ellos no es posible, como sí lo pueden hacer y hacen otros comprometidos con los fines sociales y humanistas de la producción científica y tecnológica.
Existen muy buenos científicos capaces de producir ciencia, pero no de comunicarla, de divulgarla al público en general. Hay los que piensan que para ellos no es posible, como sí lo pueden hacer y hacen otros comprometidos con los fines sociales y humanistas de la producción científica y tecnológica.
Se requiere un reconocimiento social
más amplio y promoción de quienes divulgan el pensamiento científico y lo sacan
de claustros obscurecidos o de añejas torres de marfil. La gran mayoría de las
personas tiene concepto positivo de los científicos, pero a la vez destacan que
no comunican bien, que no lo hacen con oportunidad o que carecen de claridad.
Razones por las cuales se incrementa la necesidad de validación cada vez mayor para
la creación de espacios y medios para la divulgación de los avances en ciencias
y tecnologías y de sus importancia para el buen vivir de todos y de la salud
del planeta. Proceso que hoy es más viable, y con seguridad más fructífero y de
más amplia cobertura, por los avances en medios y recursos digitales entre
ellos las demostraciones y ensayos en realidad extendida XR la que
combina con alto grado de realismos el mundo físico con el virtual facilitando
a todos una inmersión e interacción intensa y realística frente a hechos y
realidades científicas o tecnológicas.
Las universidades y las normas legales que regulan el reconocimiento
salarial y escalafón por productividad académica requieren asignar mayor
importancia y valía a la difusión del conocimiento con medios alternativos, actividad que tiene tanta importancia o
más para que el conocimiento sea de acceso al público en general y para formar
y entusiasmar a los jóvenes por los desarrollos científicos, tecnológicos,
artísticos o literarios.
No se
puede seguir pensando que no hay alternativas. Hoy el conocimiento científico
está en gran parte guardado, vigilado y secuestrado en cavas multi claves que
controlan unos pocos, lejos de la gente, la meta esencial de la investigación
científica y de los desarrollos tecnológicos. Es preciso reiterar que el acceso
a la ciencia y a los desarrollo tecnológicos es un derecho humano.
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