Efecto Mateo y la Alegría de Leer

 

Efecto Mateo y la Alegría de Leer

Enrique E. Batista J., Ph. D.

https://paideianueva.blogspot.com/


De la habilidad para leer, comprender y disfrutar de la lectura depende cardinalmente el progreso no sólo escolar, sino el personal, social y laboral de cada estudiante. Aprender a leer y comprender textos siempre está acompañado de la alegría y por el orgullo que manifiestan los niños cuando alcanzan este insustituible logro personal, necesario para que ellos puedan seguir creciendo intelectual y afectivamente.

Se resalta, con incesante frecuencia, la queja, a manera de reclamo y protesta, que los estudiantes, incluidos los que finalizan el bachillerato y los que cursan estudios superiores, no privilegian la lectura como un bien personal, a la vez que muestran su notoria incapacidad para comprender textos de baja y mediana dificultad y para realizar inferencias personales sobre lo leído. Como un hecho generalizado, probablemente se deba a que fueron inmersos y víctimas, desde los primeros intentos de aprender a leer, del «Efecto Mateo», a partir del cual se acendra un prejuicio y una actitud que ellos mismos internalizan y manifiestan en la impropia, y nada formativa convicción, que les es sembrada, de pertenecer al grupo de los menos capaces por la carencia de las habilidades para leer, comprender y escribir. 

En el mundo de los necesarios aprendizajes, con la meta del acceso igualitario al conocimiento, ante la ausencia de las habilidades en lectoescritura,  se condena a muchos alumnos al ostracismo académico, a que introyecten la convicción de que, si no aprendieron en los primeros intentos, los esfuerzos siguientes serán vanos porque, arropados y condenados por el «Efecto Mateo», no podrán estar entre aquellos que poseen, como bien divino heredado, la dicha de  leer y de seguir progresando en los aprendizajes, en la sociedad, en el mundo laboral y en el de las riquezas materiales y espirituales. Es una clara forma de discriminación y de exclusión tolerada en las prácticas cotidianas escolares, con el desconocimiento de que la dicha de leer y comprender es un derecho de todos y que todos tienen las habilidades y la disposición para aprender a comprender textos, ahora expresados en distintos formatos en esta época digital. En el «Efecto Mateo» se encuentra también uno de los factores que contribuyen al temprano abandono, por muchos, de la escolarización. 

La experiencia que pueden vivir algunos niños en sus primeros intentos para poder gozar de la dicha de la lectura, de comprender, construir inferencias o elaborar conclusiones de lo leído, puede estar obstaculizada por la mano y mente de quienes, por mandato social, padres y maestros, tienen la responsabilidad de aproximarlos al pleno desarrollo de la habilidad lectoescritora. Ellos, padres y maestros, deben también adquirir la conciencia de que, en un mundo de exclusiones, el «Efecto Mateo» está presente, el cual de manera inconsciente regula la malsana convicción de que el progreso escolar no es para todos. 

Central y crítico no es la dificultad de decodificación lingüística, sino la entronización desde las primeras experiencias escolares de actitudes adversas hacia la lectura, con el crecimiento de minusvalía vergonzante, interiorizada a partir de una abierta estigmatización por algunas dificultades iniciales que el estudiante puede experimentar. Así, queda marcado, y seguramente condenado por el resto de la vida, porque no comprendió a descifrar los códigos lingüísticos que implica leer y, sobre todo, leer con la alegría, la alegría de acceder a conocimientos y también al avance en las habilidades sociales esenciales para poder comunicarse de manera fluida y exitosa con los demás. 

El «Efecto Mateo» no es más que la imbuida autopercepción negativa y acentuación, también negativa, por parte de algunos quienes estampan en niños la impronta de la incapacidad para leer y comprender textos escritos en formatos diferentes. La situación de los muchos estudiantes que no comprenden los textos no ocurre porque ellos no quieren, sino porque no reciben la orientación y el apoyo correspondiente para hacerlo con dedicación y alegría. O sea, la incapacidad de leer y comprender textos no es un defecto o una condición natural del estudiante. El mandato natural es, por el contrario, el que obliga a que todos los niños progresen de manera continua y gocen de la lectura y la comprensión de textos como un bien universal. 

La connivencia escolar con el «Efecto Mateo» afecta al conjunto global de los logros educativos en los diferentes campos de formación. Su presencia es insidiosa. Mucho de lo que ocurre con los bajos rendimientos escolares se debe a la convicción, interiorizada con alto grado de inconsciencia, de que algunos no fueron creados para el disfrute de la lectura, la comprensión y escritura de textos con diversos grados de complejidad, y tampoco para elaborar pensamientos e interpretaciones del mundo a partir de las comprensiones alcanzadas. Este Efecto cubre a todas aquellas actitudes, acciones, comportamientos y creencias en los modelos educativos vigentes que niegan la capacidad y las habilidades para aprender que tiene cada uno de los estudiantes. 

El «Efecto Mateo» fue denominado así por el sociólogo Robert K. Merton, en 1968, al observar el favorecimiento en las publicaciones científicas de los más experimentados frente a los más jóvenes. Este efecto, aunque tiene un origen teológico, se reconoce por sus implicaciones sociológicas, pedagógicas, económicas y psicológicas. (https://shorturl.at/dd1Cy). 

Su origen más remoto se encuentra en el capítulo 12, versículos 12, 13 y 14 del Evangelio de San Mateo: «12. Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene». «13. Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden». «14. Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán». (https://shorturl.at/o0YqN). Quiso destacar San Mateo porque el Mesías enseñaba con parábolas; puso énfasis, con estos versículos, en que entender las parábolas dependía de la disposición de corazón para entenderlas; «los que reciben la gracia divina heredan la vida eterna y el favor de Dios, pero los que desprecian las riquezas divinas y a se aferran a los bienes pasajeros del mundo, perderán todo lo que poseen» (https://shorturl.at/KnGW).

Más allá de la parábola y de su significación teológica, algunos podrían interpretarla como designio divino para los más ricos y sapientes y castigo e ignorancia para los pobres. Otros se preguntan si el hecho de que las comunidades vulnerables empeoran a diario y los privilegiados mejoran se debe a la predestinación de los más ricos y de los más aptos. (https://shorturl.at/ZphDN). 

En el campo pedagógico, el «Efecto Mateo» se perpetúa en el sentido de que los primeros resultados de éxito crean oportunidades que llevan a mejores logros, mientras que a los demás se les crea una situación de oportunidades limitadas. Este Efecto acrecienta las distancias iniciales y amplía la brecha entre grupos socioeconómicos. Se reconoce que, en el «Efecto Mateo», el nivel socioeconómico juega un papel fundamental, en la medida en que las familias más acomodadas en riquezas tienen mayores accesos a recursos educativos, a ambientes de aprendizaje más enriquecidos y a una variedad de programas y experiencias formativas extraescolares. (https://shorturl.at/GT2uv). 

Esa brecha se convierte en un ciclo autoperpetuado. Se entenderá, en términos económicos, la idea de que el pudiente en riquezas se volverá más pudiente y el necesitado lo estará mucho más. Esta idea conectada al campo pedagógico implica, por las consecuencias del «Efecto Mateo», que los estudiantes que tienen más éxitos tempranos en la lectura desarrollarán el amor por ella, más motivados por ese recurso yoico, buscarán y encontrarán mayores oportunidades para avanzar con enriquecido vocabulario y repertorio lingüístico, acrecentando sus posibilidades, frente a otros, por sus progresos y logros competitivos de más alto nivel. 

Entonces, muchas de las dificultades que enfrentan los estudiantes, en su trasegar a lo largo de sus años escolares, con esfuerzos fallidos para alcanzar el dominio sobre sus propios aprendizajes, la seguridad en sí mismos y consolidar su sentido de valía, se explican en parte por la incidencia inicial en sus vidas del «Efecto Mateo» (https://tinyurl.com/2f5yh2ms, https://shorturl.at/2gCCb). Porque en las escuelas prima con frecuencia aquello que dice: «Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene». ¡No puede ser! Es preciso cambiar actitudes y comportamientos que sustentan pedagógicamente tal creencia. 

El «Efecto Matilda» y el «Efecto Mateo» se asocian, en los contextos del aprendizaje escolar, con el «Efecto Pigmalión», al que me referiré en próximo artículo.

 

 

 

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