Fomento y Protección a la Profesión de los Maestros
Fomento y Protección a la Profesión de los Maestros
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En 2024, la Secretaría
General de las Naciones Unidas publicó un trabajo denominado «Grupo de Alto
Nivel sobre la Profesión Docente del Secretario General de las Naciones Unidas.
Recomendaciones y Resumen de las Deliberaciones. Transformar la Profesión
Docente».
Los miembros del Grupo de
Alto Nivel afirmaron que la única manera de mejorar la calidad de la
educación es invertir continuamente en los maestros, fomentar su autonomía
profesional, comenzando por la educación inicial de ellos y continuando a lo
largo de su carrera. Con el fin de tornar en una clara realidad el debido rol
de los maestros, son necesarios nuevos modelos de formación y de desarrollo
profesional. Se resalta que compete a las organizaciones de los maestros y a
los estudiantes tomar la iniciativa para exigir procesos formativos de calidad.
Alguna consideración inicial
sobre este informe es menester presentarla. La expresión léxica «profesión docente» tiende a
ser imprecisa en su connotación, llegando a esconder u oscurecer al actor
principal de dicha profesión, el maestro; aquel que tiene como profesión liderar
procesos formativos de niños y jóvenes. Con el adjetivo «docente» pueden
ser desposeídos de sus más ricos atributos, ya que quien se asume como maestro
no agota su labor profesional en la docencia. Por ello, prefiero la
denominación de la «profesión del maestro». La singularidad especial de
ser maestro no se puede esconder detrás de la genérica e imprecisa denominación
de «profesión docente»; esta profesión tiene maestros, con profunda
riqueza interior que anima todo sus esfuerzos pedagógicos para cumplir a
cabalidad su insustituible labor social para el mejorestar y el progreso de las
nuevas generaciones. No hay que esconder al maestro, hay que abrirle el espacio
para que sea visible y reconocible socialmente; el análisis del maestro, sólo
desde la función docente, deja de lado al cuerpo y alma del ser maestro.
El Grupo de Alto Nivel
organizó sus discusiones en torno a seis imperativos esenciales que consideró
pertinentes para el futuro de la profesión: 1. Humanidad. 2. Dignidad. 3. Equidad,
diversidad e inclusión. 4. Calidad. 5. Innovación y liderazgo. 6.
Sostenibilidad. Se consideraron cuatro
retos que enfrentan la profesión: El déficit de maestros, la
carencia de oportunidades para el avance profesional de ellos, el bajo estatus
y condiciones de trabajo precarias, y la dificultad que tienen para desplegar
el liderazgo, la autonomía y la innovación. El lector puede encontrar la
versión en español aquí: https://tinyurl.com/5dza8kf8.
Se reconoce en el documento
que los maestros son el pilar central de todos los sistemas educativos de
calidad, y que para transformar la educación es esencial redefinir la manera como
las sociedades los consideran y valoran. El Grupo toma con alarma nota de la
persistente y creciente escasez de maestros en todo el mundo; escasez que se ve
exacerbada por la continua rotación y deserción, la utilización de personal
subcontratado y no calificado para cubrir el déficit, la falta de oportunidades
de desarrollo y de apoyo profesional, las impropias condiciones de trabajo, los
salarios inadecuados, y las enormes dificultades a las que se enfrentan
aquellos que trabajan en ambientes de crisis y de violencia. Todos estos
factores alejan a los jóvenes con talento para querer ser maestros; recurso
humano esencial para poder preparar a los alumnos para la ciudadanía, la
vida, el trabajo, la convivencia
pacífica y para la sostenibilidad del planeta y de sus comunidades.
Esas consideraciones se
aplican, en la medida en que sean pertinentes, a todos los niveles y
modalidades de educación. Los gobiernos, además de invertir con firmeza sostenible en los maestros,
tienen también la obligación de garantizar de manera efectiva el derecho al
trabajo y su cualificación, proteger la libertad sindical y demás
libertades que se consagran alrededor de la labor que ellos desempeñan. Se sustenta en el informe que el aprendizaje debe basarse
en los principios de cooperación y solidaridad, mas no en la exclusión y en la
competencia individualista. Con la
idea de desarrollar políticas y acciones encaminadas a promover la equidad, la
diversidad y la inclusión, atención especial debe prestarse para que los grupos
vulnerables y marginados reciban apoyo para formarse como maestros y permanecer
como tales en la profesión.
Una educación de calidad no
es posible sin financiación adecuada. Sugiere el Grupo de Alto Nivel,
que debería asignarse al menos el 6 % del producto interno bruto y el 20 % del
total del gasto público en la financiación de la educación pública. El reconocimiento y la dignidad de los
maestros tiene que ser protegido, con lo que se garantizaría contar con
maestros debidamente calificados, con salarios competitivos y prestaciones
sociales, igualmente competitivas, frente otras profesiones con requisitos de
formación similares; tienen que ser maestros con apropiados incentivos,
oportunidades de formación, de desarrollo profesional continuo, acceso gratuito
a materiales de enseñanza y de aprendizaje de calidad y actualizados. En la
misma dirección, es prioritaria la calidad de la formación inicial de ellos,
financiada con fondos públicos y también por medio de estipendios y de otros
incentivos monetarios y no monetarios.
Las condiciones de trabajo
tienen que estar asociadas a la promoción de la salud mental y al bienestar
integral de los maestros como condiciones necesarias para el trabajo digno en
entornos de aprendizaje eficaces. Estima el Grupo de Alto Nivel que los
gobiernos deberían iniciar la eliminación en forma gradual de la utilización de
maestros subcontratados y la contratación de personas no calificadas para
cubrir los déficits.
Dada la crisis ambiental
planetaria, corresponde a los maestros apoyar el desarrollo de las habilidades
de pensamiento, el aprendizaje
independiente y el colaborativo y la habilidad para resolver problemas. Del
mismo modo, compete a ellos liderar la preparación de los alumnos, como
formación transversal, desde preescolar hasta la educación superior, en el
desarrollo sostenible y, con énfasis especial, para que lleguen a ser
ciudadanos globales, responsables en sus propias comunidades, promotores de una
cultura de paz, de los derechos humanos y el entendimiento y práctica de la
justicia social.
Para tales propósitos
formativos, los maestros, en ejercicio de su autonomía, pueden seleccionar y
aprovechar pedagógicamente las tecnologías digitales como fuerza transformadora
de la educación, bajo los principios del aprendizaje activo, del desarrollo de
las habilidades socioemocionales y de la creación de entornos escolares
diversificados según las necesidades cambiantes del medio social y cultural de
los estudiantes. La garantía de conectividad, de modo gratuito para
maestros y alumnos, es una condición fundamental para asegurar procesos
exitosos de enseñanza y de aprendizaje. Es obvio que unos y otros requieren
estar debidamente cualificados para emplear los recursos digitales,
reconociendo su importancia a y limitaciones, así como las implicaciones éticas
que algunos, aplicados de modo indebido, puedan tener. Es importante que los
contenidos digitales, tanto para la enseñanza como para el aprendizaje, no
estén a cargo de empresarios en el mercado, sino que, señala el Grupo
de Alto Nivel, deben ser considerados como bien público global de acceso
abierto.
La dignidad del maestro y de
su profesión, agrega el Grupo, está estrechamente ligada a las
condiciones que propician su humanización, a los entornos de enseñanza y
aprendizaje dotados de los recursos suficientes, y adecuada habitabilidad
escolar. La sostenibilidad en la
educación implica el funcionamiento efectivo y equitativo de servicio educativo
gratuito, con una fuerza de trabajo de maestros amplia, calificada y diversa,
que pueda mantenerse en el tiempo.
Se estiman como esenciales para la sostenibilidad de la profesión del
maestro y para superar la escasez actual, tener cargas de trabajo manejables,
evaluaciones formativas, autonomía y capacidad de acción con acceso a
oportunidades de formación y de desarrollo, con activa participación en las
decisiones que sean esenciales para dicha sostenibilidad. Garantizar la rendición periódica de cuentas es
una característica significativa e importante del mantenimiento de normas
profesionales sobre los maestros y de los procesos formativos para alcanzar
tanto resultados de calidad como alto estatus profesional, resaltó el Grupo de Alto Nivel de
la ONU.
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