Educación Igualitaria, Inclusiva y de Calidad para Todos Mediante Acceso Satelital
Educación
Igualitaria, Inclusiva y de Calidad para
Todos Mediante Acceso Satelital
Enrique E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
Para garantizar a todos los educandos el acceso
igualitario e inclusivo a una educación
de calidad, se precisa el acceso a los necesarios medios y recursos para
enseñar y aprender. Uno de los recursos tecnológicos disponibles para apoyar a
maestros y alumnos, con alta economía de escala, es el satélite.
El candidato a la gobernación de Antioquia 2024 –
2027, Luis Pérez, plantea en su propuesta programática que la conectividad
es hoy un derecho fundamental, por lo
que es necesario acabar con la neo pobreza tecnológica. Concibe a Internet como
el espacio público digital del que
surgen nuevos desafíos a la civilización y a la democracia. Su propuesta
consiste en garantizar el acceso universal a Internet en todo el Departamento
(incluidas las zonas rurales y las
comunidades más remotas) con miras a impulsar el desarrollo económico,
fomentando los trabajos, emprendimientos y
negocios digitales, el comercio electrónico y la innovación tecnológica.
Además, para tejer futuro y llenar de
oportunidades a todos, Luis Pérez
enfatiza en la propuesta el acceso que todos tendrán a Internet
para estudiar, trabajar, recrearse,
ejercer los derechos ciudadanos, interrelacionarse con el mundo, y fortalecer
la seguridad nacional. Además, con el satélite se busca: mejorar la
educación mediante el acceso a recursos educativos, fortalecer
la atención médica y la telemedicina, especialmente en áreas alejadas,
promocionar el turismo y la difusión de la cultura antioqueña e incrementar
la seguridad ciudadana.
Aprender es connatural al ser humano. Es un derecho
universal e inalienable. El ser humano
nace con la dotación de habilidades
físicas, biológicas y psicológicas necesarias para aprender siempre, de modo
continuo. Compete a las distintas formas de organización social asegurar que
desde el nacimiento todos y cada uno tenga la oportunidad de crecer sano y de
emplear su natural dotación para comprender al mundo social, natural y
psicológico en el que vive.
En términos informáticos, se puede decir que estamos
constituidos por bits de información y que el la progreso material y
espiritual, así como la supervivencia, dependen de la incorporación creativa y
productiva de recursos adicionales de información disponibles en el mundo
externo. Es evidente que esto ocurre de
manera consciente y organizada mediante aprendizajes sucesivos a lo largo de
diversas etapas y momentos de la vida. No se concibe un ser humano que carezca
de la capacidad parar aprender; tampoco es concebible, y menos tolerable, que
la necesidad y derecho de desarrollar esa capacidad esté reservada para
determinados sectores sociales o culturales, condición objetable que lleva a
que sólo algunos tengan más oportunidad de aprender que otros.
Con esa imposición por algunos, y tolerancia por
muchos más, se instauró y permanece como natural la violación al principio de la igualdad y la
ignorancia al derecho universal a aprender. Es inexplicable que en todas las
sociedades exista la formación escolar y que ella se caracterice por ser
desigual en calidad y en la creación de oportunidades de desarrollo social,
físico, intelectual, afectivo y volitivo para todos.
Existe una práctica social, fundamentada en
insostenibles creencias pedagógicas, deliberadamente construida para negar el
derecho universal a aprender, progresar y ser solidarios, lo que resulta en la
negación de la educación como un bien común y un derecho fundamental. Esa
práctica niega no sólo el derecho aprender de modo constante, sino también muchos
otros derechos.
Distintos desarrollos tecnológicos derivados de las
diferentes revoluciones industriales
fueron en sus momentos considerados con entusiasmo como opciones para
asegurar una educación igualitaria signada por aprendizajes de alta importancia
y significación para el desempeño personal y ciudadano, así como para el
progreso colectivo. Hoy la carencia de acceso total a los necesarios recursos
tecnológicos para enseñar y aprender, o el acceso limitado a ellos, ha sido un
factor de afianzamiento de la desigualdad y motor de la creación y permanencia
de brechas sociales intolerables.
La radio y la televisión desde sus inicios fueron
presentados como opciones tecnológicas para universalizar el acceso a los recursos de información para garantizar
el derecho al aprendizaje de todos. No han cumplido con las expectativas que se
fijaron en ellas, aunque se pueden destacar algunos hechos notables y exitosos
como el programa educativo radial de Radio Sutatenza que llevó formación
escolar a muchos habitantes de pequeños poblados y zonas rurales.
Desde la inserción de Internet en la vida cotidiana,
hace ya cerca de un tercio siglo, se pensó en sus posibilidades educativas, en
especial por su reconocida valía para acceder a información en tiempo real por
todas las comunidades del mundo, incluidas las más alejadas. Esa posibilidad no
se ha cumplido y está abierta como opción para transformar las prácticas
educativas, mejorar los aprendizajes de todos y para superar lo que se ha
denominado desde hace tiempo la «brecha
digital», la que ha consistido
esencialmente en que sólo algunos estudiantes y ciudadanos de ciertos sectores
sociales tienen acceso a Internet y a sus recursos educativos formativos. Pero,
existen opciones que requieren que los gobernantes abandonen la zona de confort
que les da la escuela tradicional con
sus edificios arruinados, carentes de recursos para la enseñanza y el
aprendizaje de alta calidad, con maestros y alumnos desamparados y abandonados
a su suerte.
Abandonar la zona de confort significa superar el ya
muy mencionado modelo educativo arcaico y su sustitución por uno innovador y
disruptivo frente a las prácticas inveteradas
de enseñanza y de aprendizaje. Es
posible hoy una educación de calidad para todos haciendo uso de medios tecnológicos
que aseguren, por conexión satelital, el acceso a información en tiempo real y
a los recursos requeridos para la enseñanza y el aprendizaje apropiados, según
los distintos procesos formativos que se requieren para asegurar el progreso
continuo de todos y cada uno de los estudiantes, sin excepción. Un país tan
extenso, superpoblado y tan variado en
la su composición social, multicultural y multilingüe como la India, con su
satélite EDUSAT desde los años 80 del
siglo XX empezó a utilizar satélites para llevar educación a distintas zonas y
grupos aislados del país. Mucho más reciente, en mayo de 2019, el conocido proyecto de STARLINK inició el lanzamiento de una constelación grande de
satélites de baja altura, a unos 550 km sobre la superficie de la tierra, los
cuales cubren todo el mundo, que en la
fecha de publicación de este artículo son cerca de 4500. Se presentan como
apropiados para todas aquellas áreas donde la conectividad no existe o carece
de confiabilidad. (https://www.starlink.com/).
Con satelitales para asegurar conexión permanente a
Internet de amplio ancho de banda, se pueden mejorar de manera significativa
los aprendizajes, facilitar la innovación en las prácticas pedagógicas de los
maestros, ganar en eficiencia en los procesos de gestión, evaluación y
mejoramiento permanente de la educación, y en alcanzar una educación pertinente, inclusiva y de calidad para todos
con acceso igualitario a los recursos tecnológico desde las zonas
metropolitanas hasta la escuela más remota que se pueda imaginar. Todas pueden
recibir las mismas a oportunidades de aprendizaje con los recursos necesarios
para que en cada una se alcancen logros de alta significación personal y
social. Los costos de acceso a los
recursos para la formación escolar se reducen, por economía de escala, de
manera notable, con inversión que no sería posible alcanzar si se hiciera de la
manera tradicional.
Entre otras ventajas del acceso satelital con fines
formativos escolar de alta calidad
están: creación de comunidades de aprendizaje locales o globales, aulas
virtuales múltiples; acceso a recursos de formación pertinentes según las necesidades;
uso intenso y pedagógico de la navegación en la Web, el correo electrónico, las
redes sociales, bibliotecas y laboratorios en línea; formación en los avances
tecnológicos de frontera; maestros que podrán mantenerse actualizados, con
reducción de su ausentismo y mayor permanencia en las respectivas
comunidades; cobertura formativa, vía
interactiva virtual, formar maestros en áreas formativas deficitarias; los
jóvenes y adultos que abandonaron las escuelas, o que terminaron el
bachillerato y no se han vinculado al sector productivo, pueden recibir
formación que los habilite para un trabajo o emprendimientos productivos en sus
respectivas regiones; incremento de la pertinencia de los aprendizajes, activos y situados, con efectos en la
motivación de los estudiantes para
permanecer en la escuela, reduciéndose así la deserción escolar. De otra parte,
los maestros y directivos escolares podrán recibir formación científica,
tecnológica y pedagógica permanente, así como cursos de pregrado y posgrado;
podrán, a la vez, formar comunidades
globales solidarias de aprendizaje alrededor de proyectos comunes.
Un caso de especial importancia es el que se refiere
al desarrollo de las habilidades comunicativas con la formación de los alumnos
en inglés, con maestros cualificados, presentes desde cualquier lugar el mundo,
con la meta de que al finalizar la educación básica (el grado noveno, usualmente a los 15 años de edad)
puedan tener una comunicación fluida con al menos el nivel B2 según los
estándares del «Marco Común Europeo de
Referencia para las Lenguas: Aprendizaje, Enseñanza y Evaluación».
Maestro, alumnos y egresados del bachillerato podrán
matricularse en los programas de la Institución Universitaria Digital y en
programas de certificaciones digitales en campo como programación, ciencia de datos, Internet de
las cosas, impresión 3D, animación digital, robótica, inteligencia artificial,
manejo de drones y acuadrones, agricultura y ganadería de precisión, y otras tecnologías disruptivas de la actual
revolución industrial, que corresponden a campos laborales deficitarios en
talento humano cualificado.
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