En el Contexto de Hiperinformación, Aprender con la Conciencia
En el Contexto
de Hiperinformación, Aprender con la Conciencia
Enrique
E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
Nuestro existir como seres humanos es posible sólo
por la conciencia. Nuestros procesos cognitivos son posibles debido a que
tenemos conciencia. La conciencia es
inseparable de nosotros, nos acompaña en cada paso vital. En la conciencia reside
espiritualidad, ella es inseparable del ser sapiente que somos. Nos concebimos como humanos sociales en la medida
en que tenemos conciencia de nosotros y
del universo que nos rodea, conciencia de
nuestra relación con la naturaleza y sus seres vivos. Con la
conciencia construimos humanidad, con la inconciencia llegaremos a la extinción
de la especie.
La conciencia está hecha de información, como
lo son nuestros conocimientos; seguimos aprendiendo por ella, la cual juega
parte esencial para alcanzar ágil y
productivo desenvolvimiento en esta era de la hiperinformación.
Una variedad de propuestas y estrategias han
sido creadas para aprender a acceder con eficiencia a la información
y para generar conciencia de lo que se
precisa conocer y explicar. La Sociedad
Internacional para las Tecnologías en Educación - ISTE (www.iste.org/) ha apoyado desde hace un cuarto
de siglo con orientaciones pedagógicas
el cabal empleo de las tecnologías
informáticas en el aprendizaje escolar. Resalta esta organización que desde la
inserción de Internet en la vida cotidiana, el acceso y procesamiento de la
información ha tenido tres enfoques: Aprender a usar las tecnologías, usar las
tecnologías para aprender y el aprendizaje trasformativo con el empleo de las
mismas. (https://rb.gy/zr1ro).
En la fase tres de ISTE, el
aprendizaje trasformativo se refiere al principio de que quien aprende adquiere
nueva información, evalúa sus ideas,
experiencias y comprensiones pasadas, llegando a nuevos entendimientos a medida
que, con acceso a la información válida para los propósitos fijados, realiza reflexiones críticas para dar sentido
a lo aprendido, a los modos como más y mejor aprende (o sea, la metacognición
siempre presente y siempre en la conciencia de quien aprende); por ello, lo «transformativo»
se refiere a la comprensión genuina, a logros cognitivos y afectivos cada vez
más elaborados y de alta significación para encontrar sentido a las variables que afectan y crean
fenómenos en el mundo natural, social y psicológico. Todo lo cual apunta a la
meta de encontrarle sentido, no sólo a lo que se comprende, sino a cómo el
saber, la vida y el propio ser se transforman a partir de una conciencia
inicial de que algo debía aprenderse para bien. (https://rb.gy/k9mju,
https://rb.gy/ut6um).
A esas tres fases
es preciso agregar hoy las nuevas o recompuestas
concepciones de la inteligencia humana y de su rol en el
aprendizaje en ambientes informatizados, dados los avances en inteligencia
artificial, la realidad aumentada, y los metaversos con sus experiencias
vicarias para aprender. En esta cuarta fase se pone énfasis en el humano con
control social de las máquinas y de
quienes desarrollan los algoritmos que
se emplean en la construcción de aplicativos, plataformas y otros desarrollos tecnológicos;
control social que se acompaña con el aprender a ser ético, a cuidar la
democracia, los ecosistemas, preservar los derechos humanos, la identidad física y la digital, así como la información y datos personales.
En la cuarta etapa, agregada
a las tres propuestas por ISTE, se
prevén los esfuerzos necesarios para
superar cualquier desorientación que haya podido ser introducida en el proceso de
aprendizaje y en lo se denomina un examen de conciencia inicial. El porcentaje
de personas que hacen uso de las búsquedas avanzadas es muy pequeño; y con frecuencia el esfuerzo invertido no resulta
del todo fructífero y acaba recorrido de ambigüedad y de confusión. La
conciencia humana no tolera la ambigüedad,
ni la confusión, por lo que se acaba recurriendo a explicaciones ad hoc
o imprecisas del fenómeno que se quiere explicar o a errores en la comprensión y solución de un problema. No
se dará forma alguna de comprensión si quien aprende no alcanza conciencia de
sus propios procesos cognitivos y de sí mismo como individuo inserto en un
contexto social y cultural determinado.
Ante los avances a los procesos de acceso a
información con fines de aprendizaje y dados los modos diferentes de circular y
de acceder a la información, para los propósitos formativos de todos y, en
especial ,de los estudiantes, se requiere actualizar varias de las propuestas
que en el pasado reciente han resultado de utilidad práctica. Uno de ellos es muy conocido modelo «Big6»,
concebido como un modelo para ayudar a
cualquier persona a resolver un problema de información. Los pasos en el modelo
Big6 son: 1. Definición de la tarea o
identificación de del problema. 2. Estrategias para buscar información (lo
cual implica habilidades metacognitivas previas; sin estas no hay posibilidad
de un aprendizaje dinámico o de logro más allá de las comprensiones simples).
3. Localización, acceso de la información (lo cual no se da en el vacío, sin información ni aprendizajes
previos). 4. Uso de la información (lo
cual ocurre desde el comienzo con la información y las experiencias previas que
tiene la persona) 5. Síntesis (lo
cual se salta un proceso cognitivo
esencial previo, como lo es el razonamiento analítico, parte esencial del
aprendizaje, de la creatividad y de la conciencia de estar alcanzando
aprendizajes importantes) y 6. Evaluación y reflexión sobre lo que se aprendió
(en lo que se precisa resaltar el
contraste entre el resultado previsto y el finalizado como producto discernible. (https://thebig6.org/). (https://thebig6.org/).
Tomando como referencia a este modelo que
muestra unos pasos secuenciales
orientadores, le faltan en esta cuarta fase
y asociada a la del aprendizaje formativo algunos elementos
fundamentales de tipo motivacional y afectivo, lo que puede llevar a que
algunos concurran o adquieran el
convencimiento de que basta cumplir con los pasos secuenciales, en sucesión
lineal, cuando en realidad el aprendizaje, apoyado en recursos de información
digital, es un proceso más dinámico, menos lineal y más circular.
Entonces, los pasos que se definen para el acceso a la
información deben superar una concepción esquemática, y tal vez simplificada,
de un proceso cognitivo complejo, como es el acceso ella para alcanzar, de
manera premeditada, un aprendizaje con
conciencia. Antes de iniciar un primer paso para acceder información, no puede asumirse que la persona
o el estudiante nada sabe. Por novedosa que sea la propuesta, siempre existirá
alguna experiencia y conocimiento previo; tomar conciencia de ello es el primer
paso. No se empieza por la definición de la tarea, sino por el aprestamiento y
motivación inicial para que se pueda comprender el propósito formativo intentado.
En los contextos escolares es preciso que los
maestros elaboren propuestas de acceso inteligente a la información alrededor
de proyectos de aprendizaje, indicando la naturaleza del producto esperado, con
clara precisión de que no basta acceder y compilar información porque ella de
por sí no producirá avances en el conocimiento sustancial que debe alcanzar
cada estudiante.
El maestro y el estudiante deben reconocer el
hecho, ya bien sabido y anotado, de que acceder a información no significa que
se consolidarán metas cognitivas o
afectivas importantes. Es decir, estudiantes y maestros deben estar regidos por
el principio de que el aprendizaje implica conciencia plena y compromiso
emocional (se aprende con emociones) frente al proyecto de aprendizaje y los
problemas asociados, y que no basta tinturar
a éste con la información compilada, con frecuencia de modo aleatorio, en un
mar de información dispersa. La meta es tener conciencia plena de acceder a la información para aprender,
encontrar soluciones, experimentar, formular hipótesis, elaborar un proyecto o
un prototipo, crecer como persona social, y otros. Este propósito requiere conciencia y aprestamiento
previo antes de emprender la búsqueda.
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