Por una Pandemia: Otra vez la Educación al Filo de la Oportunidad
Por una Pandemia: Otra vez la
Educación al Filo de la Oportunidad
Enrique E. Batista J., Ph. D.
Con precisión y sensatez ha dicho
la Secretaria de Educación de Antioquia que en lo que resta del año no se
reabrirán las instituciones educativas oficiales del Departamento. Fundamentó
la decisión tras un análisis de los requerimientos que ha hecho el Ministerio
de Educación y de las implicaciones legales que pueden surgir de la reapertura.
Recalcó que la ausencia de conectividad a Internet ha llevado a que la
educación digital no haya sido una opción, destacó la dedicación y creatividad de los maestros y
afirmó que “Antioquia privilegiará la educación en casa”. Agregó con
claridad que en el Departamento todavía hay establecimientos educativos sin
agua potable lo cual es una de las razones que hacen inviable para muchos de
los estudiantes el regreso a las escuelas.
A todos, alrededor del mundo, les
es claro que los alumnos tendrán un retraso en sus metas formativas. Sin
embargo, no hay que esperar a que con el
remedio o la vacuna se supere la pandemia y entonces regresar a la misma
escuela con sus inveteradas e improductivas prácticas escolares. Más que
acciones remediales, sin garantías de éxito, en la futura reapertura con
seguridad de las escuelas es de perentoria necesidad aprovechar esta insólita y
sobreviniente circunstancia para trasformar la escuela con la totalidad de sus
prácticas pedagógicas, darle nuevo rumbo a la educación y superar el discurso
de las tantas veces pregonadas “revoluciones educativas”.
No hay que hacer más
diagnósticos. En el país, y en todo el mundo, la educación y sus modelos de
gestión están sobre diagnosticados. El funcionamiento de las escuelas no ha ido
a la par de los muy visibles cambios sociales, políticos, culturales,
científicos y tecnológicos que han ocurrido en las últimas décadas.
Para decidir sobre lo qué debemos
y podemos hacer hay que señalar que el camino está trazado. Desde hace años están
ahí los escalones para alcanzar más altos
logros educativos. También se han tendido los puentes para cruzar con éxito al otro lado
donde se encuentran las opciones, recursos, medios y alternativas para una transformación
innovadora de todos los niveles educativos. Parte del camino puede estar ya recorrido.
Existen claras señales orientadoras hacia rutas alternativas para la
transformación y la innovación social en educación. Destacaremos algunas.
La educación es un derecho
humano fundamental y un bien público. Hay que reconocer y tomar como base que
ella, además, es habilitante de otros derechos y tiene como tal el carácter de
todos los derechos humanos: Inalienable, inajenable, irrenunciable, indivisible
e imprescriptible. Además, son: exigibles, igualitarios, impostergables y no
discriminatorios. Este hecho es reconocido en una variedad de declaraciones y
acuerdos internacionales de obligatorio cumplimiento por los países.
Núcleo grande de maestros con capacidad
y deseos de innovar. La transformación innovadora tiene sus posibilidades
en un gran núcleo visible de maestros con alta cualificación académica y con la
formación, entusiasmo y voluntad para
impulsar las innovaciones escolares. Están ahí, disponibles. Con ellos se acrecienta la posibilidad y la oportunidad de transformar, con innovación social
las prácticas escolares.
La ley estatutaria de la
educación. Con ella se permitirá garantizar el derecho a la educación
y asegurar que sea de calidad igual en
todo el país y para todos los sectores sociales, urbanos y rurales, en todos
los niveles educativos. El compromiso legal existe ya, está ahí desde 1994,
hace un cuarto de siglo, en la ley general de educación. Ni sucesivos gobiernos
ni el Congreso de la República, en los 26 años transcurridos, la han expedido a
pesar de que la ley fue explícita y clara en su artículo noveno: “El
desarrollo del derecho a la educación se regirá por ley especial de carácter
estatutario”. Ante este incumplimiento caben distintas opciones entre ellas
la acción de cumplimiento la cual es un recurso democrático de
participación ciudadana consagrado en el artículo 83 de la Constitución
Nacional de Colombia y en la ley de 393
de 1997. Es un recurso mediante el cual se puede exigir
el cumplimiento de una ley o de un acto administrativo a la autoridad
encargada de hacerlo.
El Objetivo 4 de los Objetivos
de Desarrollo Sostenible -ODS. Ese es un Objetivo que mediante
compromiso internacional el país tiene el compromiso de cumplir a más tardar
en 2030, ahora, dentro de diez años, a menos de una cohorte educativa completa.
Gobierno, legisladores y ciudadanos podemos aprovechar la coyuntura actual para que de manera conjunta propiciemos las trasformaciones
e innovaciones sociales en la educación mediante la acciones que aseguren el
cumplimiento de ese Objetivo el cual, en su Marco de Acción, como
obligación de los gobiernos se fijó:
“Nuestra
visión es transformar las vidas mediante la educación, reconociendo el
importante papel que desempeña la educación como motor principal del desarrollo
y para la consecución de los demás ODS propuestos. Nos comprometemos con
carácter de urgencia con una agenda de la educación única y renovada que sea
integral, ambiciosa y exigente, sin dejar a nadie atrás.” (https://rb.gy/bivynr).
Los compromisos adquiridos con la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos -OCDE. Es posible y deseable tomar la
coyuntura actual para que el país cumpla los compromisos ineludibles que
adquirió con su afiliación a la OCDE. De un estudio de esa organización (https://rb.gy/3hrkuh) destacamos algunos conceptos ahí expresados:
·
Colombia actualmente enfrenta dos retos cruciales: 1. Cerrar las brechas
existentes en términos de participación y
2. Mejorar la calidad de la educación para todos.
·
Hay altas tasas de deserción
escolar y un número significativo de niños que no ingresan al sistema
educativo.
·
La desigualdad social ha contribuido a profundizar las disparidades en el
acceso a la educación y el cumplimiento de logros por el país.
·
El gobierno central no tiene los mecanismos adecuados para dirigir los
organismos regionales y garantizar que se responda por los resultados.
·
Las reformas son más exitosas cuando todos en la sociedad están
involucrados. Por ello, hay que hacer partícipes a las familias y comunidades,
los sindicatos de maestros, las organizaciones no gubernamentales y al gremio
empresarial.
El
Pacto por la Educación fijado en el Plan
Nacional de Desarrollo 2018 -2022. Es otra oportunidad
para que adelantemos acciones de modo que una vez superada la pandemia tengamos
modelos educativos y acciones gubernamentales y sociales que promuevan el
efectivo mejoramiento de la calidad de la educación, así como el acceso y permanencia
en ella. Este Plan (https://rb.gy/1iphsm) tiene
fijados los
siguientes objetivos, los cuales no se van a
alcanzar si se mantienen las mismas estructuras, programas y prácticas
educativas actuales, en especial cuando ya han transcurrido dos años de la
vigencia del mismo:
·
Lograr una educación inicial de calidad para el desarrollo integral.
·
Brindar una educación con calidad y fomentar la permanencia en la
educación inicial, preescolar, básica y media.
·
Proporcionar una educación media con calidad y pertinencia para los
jóvenes colombianos.
·
Aumentar el acceso y mejorar la calidad de la educación rural.
·
Impulsar una educación superior incluyente y de calidad.
·
Impulsar el diálogo entre diversos actores a favor de la calidad y
pertinencia de la educación y formación para el trabajo.
Además, el mismo Plan
fijó estrategias para alcanzar esos objetivos. Destacamos aquí:
·
Brindaremos atención integral de calidad en el grado
transición, acercándonos gradualmente a la cobertura universal en educación
inicial.
·
Mejoraremos la calidad de la educación,
duplicando el acceso a la jornada única y el fortalecimiento de prácticas
pedagógicas.
·
Fortaleceremos la educación media, con
intervenciones y currículos pertinentes para las necesidades y realidades de
los jóvenes.
·
Aumentaremos el acceso y mejoraremos la
calidad de la educación rural.
·
Apostaremos por las universidades
públicas asignando recursos adicionales para su sostenibilidad y mejoramiento
de su calidad.
·
Implementaremos la gratuidad gradual en
educación superior pública, garantizando la permanencia y la graduación de
estudiantes de bajos recursos.
·
Actuaremos
bajo los principios de una gestión moderna y eficiente en el Ministerio de
Educación y generaremos capacidades en las Secretarías y otras entidades del
sector.
Es tiempo y oportunidad de
empezar. Que no sea que tardemos en tomar las decisiones que a todos nos
corresponde porque el Plan también señala que en la Ruta al 2030: “Los niños, niñas y jóvenes colombianos tendrán un mejor
futuro, ya que podrán educarse en condiciones que propiciarán su bienestar, el
desarrollo de aprendizajes significativos y de habilidades para la construcción
de sus proyectos de vida y de trayectorias completas”. ( https://rb.gy/1iphsm).
Nuevos y múltiples
ambientes interactivos de aprendizaje con adecuados recursos didácticos y
tecnológicos. Se precisa privilegiar también innovaciones en las
construcciones escolares acompañadas de los recursos que se requieren
para alcanzar una educación de calidad igualitaria y sin exclusiones en este
siglo XXI. Construir ambientes escolares saludables, con espacios para la
recreación, para la cultura, la creación y el diseño colectivo en las artes, la
literatura, la tecnología y las ciencias naturales y sociales.
La pandemia y el cierre temporal
de las escuelas ha abierto las posibilidades frente a necesarios y reconocidos
cambios de innovación social en la educación. Se precisa aprovechar la
oportunidad para que de modo colectivo, con participación ciudadana, del
gobierno central, las autoridades de educación en las regiones, los
legisladores, los maestros, los empresarios y miembros de la sociedad civil podamos
alcanzar una educación que está otra vez, con el país, al “Filo de la
oportunidad” como bien se tituló el primer Informe de los Sabios hace ya también un cuarto de siglo.
Comentarios
Publicar un comentario