Los Santos Inocentes de Herodes I y de los Herodes de Hoy
Los Santos Inocentes de Herodes I y de los
Herodes de Hoy
Enrique E. Batista J., Ph. D.
Se conmemora el “Día de los Santos Inocentes”
el 28 de diciembre de cada año; entre los cristianos de Oriente el 29 del mismo
mes. Su origen tiene que ver con la llegada de los Reyes Magos o Sabios de
Oriente cuando buscaban al nuevo rey soberano de Israel. Ante requerimientos de
Herodes I, esos reyes no delataron dónde estaba Jesús recién nacido.
Sintiéndose engañado y lleno de temor y mortíferos celos ante un niño que podía
acabar con su reinado y su exagerado boato y vida licenciosa ordenó la matanza
de todos los niños menores de dos años. No podía tolerar que estuviese a punto
de llegar, según la tradición judía, el Mesías quien sería no sólo el Rey de
Israel sino de todas las naciones. La profecía decía que: "Cuando aparezca una nueva estrella en
Israel, es que ha nacido un nuevo rey que reinará sobre todas las naciones". Era la estrella profética del
rey David, la que habían seguido los Sabios de Oriente o Reyes Magos.
Se relata en el Evangelio de San Mateo el cumplimiento
de la profecía y la consumación de tan macabro infanticidio. Ahí está el origen
del día de los Santos Inocentes. Recibieron esos santos inocentes su bautismo
de sangre.
Hubo varios gobernantes con el nombre de Herodes (que
por etimología significa “el dragón del fuego”). Entre ellos, Herodes Antipas (hijo de Herodes I “El
Grande”) el mismo que mandó a cortar la cabeza de Juan el Bautista y del
episodio con Pilato y la lavada de las manos ante la inocencia de Jesús, y
Herodes Agripa I (nieto de Herodes I “El Grande”) que fue quien
martirizó al apóstol Santiago y encarceló a San Pedro.
Herodes I, el de la matanza de los niños inocentes,
fue llamado “El Grande” por las inmensas obras físicas que hizo como fueron
la renovación del templo de Jerusalén, la construcción de las fortalezas
de Herodión y Masada y el puerto
de Cesárea Marítima o Cesarea Palestina (todos hoy en
ruinas y sitios arqueológicos). Este Herodes siempre se caracterizó por la
aniquilación sistemática y violenta de todo a quien considerara su enemigo.
Perverso, lujurioso, esquizofrénico paranoide y sanguinario
asesinó no sólo a sus enemigos políticos sino también a familiares cercanos. Su
crueldad y extravagancias sexuales y los opíparos banquetes llenos de
pecaminosa e ilimitada gula eran comportamientos muy contrarios a las creencias
y leyes de los judíos, de ahí la impopularidad generalizada que lo cubría.
Se dice que el emperador César Augusto solía afirmar
que para este Herodes era más peligroso ser hijo que cerdo porque los judíos no
matan y consumen carne de ese animal.
Niños llenos de santa inocencia sacrificados y
masacrados sin piedad. En ese entonces sí, pero el día de los Santos
Inocentes puede hoy, entre nosotros, en todos los lugares del mundo
referirse, independiente de la fe religiosa que se profese, a los millones de
niños quienes han sido y son cruelmente asesinados también en su santa
inocencia de la mano de otros Herodes a quienes tampoco les ha temblado la mano
para segar la vida de tantas inofensivas e inocentes criaturas. Mucho de esos
inocentes están muertos en vida por hambre, las enfermedades, el abandono,
víctimas de guerras y de desplazamientos forzados o lentamente languideciendo
en temible y dolorosa orfandad.
Es muy importante que la conmemoración se haga cerca
al día de Navidad para que nos permita a todos recordar que en mitad de la
alegría de ese día santo hay niños inocentes a lo largo y ancho de un mundo que
no comprenden el porqué a su tierna edad e inocencia sufren, viven en
desconsuelo, en la tristeza y en la desesperanza.
Se puede recordar que en su etimología “inocente”
e “inocencia”, tienen su origen en el latín y significa de corta edad,
no dañino, sin culpa o pecado, que no hace mal, sin mancha, carente de maldad.
Como muchas otras celebraciones religiosas cristianas
la del día de los “Santos Inocentes” se remonta a una fiesta pagana de
la Edad Media llamada la “Fiesta de los locos” que se llevaba a cabo
entre la Navidad y el día de año nuevo. Como con muchas otras fiestas paganas
la Iglesia católica adoptó el 28 de diciembre como día de los Santos
Inocentes.
Si Jesús nació en la santa bondad, hay millones de
niños que en su santa inocencia sufren. Si Herodes I sanguinario y cruel
masacró a todos los niños menores de dos años porque entre ellos, como se
anunciaba, estaría el nuevo rey de Israel, hoy en el mundo hay miles de nuevos
Herodes, con almas de matarifes, inmensas y llenas de odio que no cabrían en la
más grande caldera de infierno, que condenan a los niños a un abandono y muerte
cruel. Son hoy millones los niños santos inocentes víctimas de despiadada crueldad.
No es un día
sólo para inocentadas inofensivas. No son inocentadas el sufrimiento de niños y
niñas. Hay la invitación a esta conmemoración
para recordar a los niños mártires de hoy, de los ya muertos y de los millones
muertos en vida, de sus madres que sufren ante la martirizante vida de sus
inocentes hijos, los que en su inocencia no entienden el porqué de su
sacrificio, dolor y tortura. Millones de niños siguen recibiendo a diario su
bautismo de sangre.
Entre otras
respuestas humanitarias que se han dado en el mundo están organizaciones
internacionales como “Salven a los Niños” (Save the Children, https://www.savethechildren.org.co/) que en 2019 cumplió 100 años de creada y tiene
entre sus fines contribuir a salvar y mejorar la vida de los niños y las niñas
que en el mundo están en vulnerabilidad, busca eliminar las barreras que
impiden su supervivencia, su aprendizaje y coadyuvar a su protección. En 1979
en el primer “Año Internacional del Niño” se creó la organización
“Defensa de Niñas y Niños Internacional” (https://defenceforchildren.org/es/) la cual busca asegurar la implementación efectiva de
la “Convención sobre los Derechos del Niño” en todo el mundo y lograr
que ellos puedan ejercer y disfrutar plenamente de sus derechos humanos
con dignidad y vivir la vida en un
mundo con sociedades justas y responsables.
Y también está la “UNICEF”, como “Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia”, que es un organismo cuya labor se enfoca en lograr mejorar tanto
las políticas estatales como los distintos servicios orientados a la protección
de todos los niños, así como su crecimiento en un mundo seguro e inclusivo. (https://bit.ly/2PPRQub).
La muerte de niños en Colombia ocurre en buena
proporción por causas prevenibles. La alta cifra de niños y niñas que mueren en
Colombia es preocupante. Se ha destacado que: “El 65% de las muertes
infantiles ocurren en los primeros 30 días de vida. Cada año, alrededor de 400
niños y niñas mueren por desnutrición y el 70% de las muertes por enfermedad
diarreica aguda se concentra en el 50% de los hogares con mayor pobreza
multidimensional” (https://bit.ly/2PPcI4G) De otra parte, entre 2005 a 2014 murieron
15.299 niños y niñas, de ellas, 3.065 por enfermedad diarreica aguda, 8.184 por
infecciones respiratoria y 4.050 por desnutrición”. En 2018 hubo en Colombia un
aumento del 36% en mortalidad infantil por desnutrición aguda. (https://bit.ly/35sv2XU; https://bit.ly/2PtMwxE).
Niños sufriendo la barbarie de muchos humanos, en
esclavizante trabajo infantil, en la prostitución inducida y forzada, lejos de
los cuidados de salud prenatal o de la primera infancia, sin acceso a la
educación y analfabetos, desnutridos, en la drogadicción, sin acceso a agua
potable, desplazados por distintas formas de violencia y soldados en guerras
inútiles como todas ellas. Se vive en Colombia una guerra sin piedad. Los niños
por más de medio siglo han sido reclutados a la fuerza para formar parte de las
guerras que ha vivido el país. Una cifra reciente indica que 16.879 de ellos
han hecho parte del conflicto armado (https://bit.ly/2PQm5Rz). En el pasado de la humanidad han estado como
soldados en todas las guerras que no conocen ni entienden, que no han sido, no
podían y tampoco pueden ser de ellos.
En estos días santos hay que recordar con San Agustín que: "La
inocencia alcanza la dicha de morir por la justicia. Estos niños inocentes son
las flores de los mártires y las primeras coronas de la Iglesia católica". (https://bit.ly/2PpDEsA).
Y también
acordarse que los martirizados “Santos Inocentes” abundan y pululan hoy
en grado sumo y que no se refieren sólo a las víctimas del sanguinario Herodes
I de la Biblia.
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