El Índice de Competitividad 4.0 de 2019: Colombia Con Necesidad de Mejorar la Educación, la Capacidad de Innovación y la Superación de las Desigualdades
El Índice de Competitividad 4.0 de
2019: Colombia Con Necesidad de Mejorar la Educación, la Capacidad de
Innovación y la Superación de las Desigualdades
Enrique E. Batista J., Ph. D.
Para ser más productivos y
competitivos como país se requiere fomentar la innovación en las instituciones
educativas y en las diversas organizaciones del sector productivo.
Hace un mes el Foro Económico
Mundial publicó el “Índice de Competitividad Global 4.0 de 2019” (https://bit.ly/2Ow84JN). En la construcción
del Índice, que cubrió a 141 países, está la globalización y la Cuarta
Revolución Industrial con las disrupciones y enfrentamientos que crean entre
las distintas economías y las sociedades. El Informe, que se publica cada año,
va guiado a que la toma de decisiones de políticas económicas y sociales no sea
de reacciones de momento, a corto plazo, sino más allá teniendo en cuenta los
distintos factores que determinan la productividad.
El Índice se elabora sobre 12
pilares y 103 indicadores. Los pilares se agrupan
en cuatro categorías: 1. Ambiente Favorable (Instituciones, Infraestructura,
Adopción de TIC y Estabilidad Macroeconómica). 2. Capital Humano
(Habilidades y Salud). 3. Mercados (Mercado Laboral, Sistema Financiero y Tamaño
del Mercado) y 4. Ecosistema de Innovación (Dinamismo en los Negocios y
Capacidad de Innovación).
El Foro Económico Mundial entiende
por competitividad “los atributos y cualidades de una economía que permiten
un uso más eficiente de los factores de producción, trabajo, capital y por el
factor total de productividad el cual mide factores que no pueden ser
explicados por el trabajo, el capital u otros insumos.” Destaca, además,
que el Índice pone énfasis en los factores que ganarán importancia a medida que
avanza la Cuarta Revolución Industrial en capital humano, agilidad, resiliencia
e innovación.
Cada país es medido en una escala
de 0 a 100, siendo este último valor la “frontera” a alcanzar o estado
ideal. El promedio de los 141 países fue de 60.7, distante 40 puntos de la
deseada frontera de competitividad. Singapur, que tiene la calificación más
alta, está 15 puntos debajo de ese ideal con necesidad de mejorar en emprendimientos
y en el pilar de Habilidades (Educación). Colombia ocupa el puesto 57
(62.7; o sea 37.3 puntos de la “frontera Ideal”), detrás de Chile (puesto 33), México (48), Uruguay (54), Brasil (71), Argentina
(83) y Venezuela (133).
Resalta Klaus Schwab, fundador y
director ejecutivo del Foro Económico Mundial, dice que el “Índice de
Competitividad Global 4.0 de 2019” muestra que en general la mayor parte de
las economías están lejos de la frontera de la competitividad. En asuntos como infraestructura,
investigación y desarrollo y formación en las habilidades (educación) de fuerza
laboral, los desarrollos han sido subóptimos.
Entre los factores que explican
ese hecho están la globalización y las tecnologías. La primera ha aumentado las
desigualdades en los países al trasferir trabajos de baja cualificación en
sectores de alta productividad de economías avanzadas a economías en desarrollo
o emergentes. La tecnología, por su parte, ha afectado las desigualdades
reduciendo la demanda de trabajos no calificados privilegiando los de alta
cualificación de manera desproporcionada.
En cuanto a esas desigualdades, la
reducción mundial de la pobreza se está desacelerando; en 2015 el 46% de la
población mundial luchaba para satisfacer sus necesidades básicas; el hambre
está en crecimiento y afecta a una de cada nueve personas. En el Informe se
hace evidente que muchas metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
no se alcanzarán para 2030. En los países de menor desarrollo y emergentes
(como Colombia) el crecimiento económico es crucial para ampliar la cobertura
en educación, la salud y la nutrición.
Algunas de las ideas expuestas
para un desarrollo más sostenible son la creación de incentivos para la
investigación y el desarrollo verde y el fomento al avance de nuevas tecnologías
de energía limpia. En cuanto a ganar en competitividad y superar las
desigualdades de oportunidades, se destaca en el informe el acceso con equidad
a un sistema educativo de calidad, a cuidados de salud igualmente de calidad, procesos
meritocráticos para acceder a empleos dignos y justos y a seguridad social.
El
Índice de Competitividad Global 4.0 se
construye sobre los propios datos y potencial de cada país. A pesar de que en el
mismo Informe se llama la atención para no depender de rankings que comparan
unos paises con otros, la mayor parte de los comentarios sobre esta publicación
en los medios de comunicación en distintos países de América se han centrado en
el puesto que se ocupó o subió cada país con respecto al año pasado.
No
se han enfatizado y más bien se pasan por encima consideraciones muy
importantes que tiene el Informe. Por ejemplo, la observación de que para
incrementar la productividad se requiere estimular la creatividad, manejar la
destrucción planetaria que se provoca en países avanzados y emergentes, y también que la adopción de tecnologías y el
fomento de la innovación deben ser prioridad de los gobiernos y compañías como
medio para crear valor agregado, impulsar el crecimiento, mejorar los niveles
de vida, incrementar el acceso a servicios básicos y mejorar los resultados en
salud y seguridad económica. Las economías pueden crecer incluso con desarrollo
sotenible, pero muy pocos países están en esa ruta.
En
el pilar llamado “Habilidades” (Educación) se ha pasado por alto el muy
bajo desarrollo que se tiene en Colombia en aspectos esenciales para ser más
productivos y mejores competitivos como son las habilidades digitales y el pensamiento
crítico promovidos desde las escuelas. En el pilar de Innnovación se está
lejos de ser competitivos por la baja
capacidad de innovación manifiesta, entre otros indicadores, por las solicitudes
de patentes y de marcas registradas, gastos en investigación y desarrollo, e impulso
a los clusters.
Tampoco
se puede omitir el llamado de atención que hace Karl Schwab como Director del Foro Económico Mundial sobre
dos asuntos que serán cruciales en los próximos diez años: Construcción de una
prosperidad compartida y manejo de la transición a una economía sustentable
(incentivación de “inversiones verdes” y descarbonización de la economía), a lo
que agregó la consideración moral para que se focalicen acciones sobre el medio
ambiente y las desigualdades.
Se precisa destacar del Informe
que décadas de concentración en crecimiento económico sin prestar atención a
que fuese incluyente y sustentable en lo ambiental ha creado condiciones con
severas consecuencias para todos los humanos y para el planeta. Entre esas
consecuencias están “el aumento de la desigualdad, la precariedad, la falta
de movilidad social que afecta la cohesión social y crea un sentimiento
creciente de injusticia, pérdida de identidad y dignidad, debilitamiento del
tejido social, erosión en la confianza en las instituciones y el contrato
social y desencanto con los procesos políticos”.
Para impulsar la productividad y
competitividad colombiana se requiere un balance entre la integración de
tecnologías y la inversión en capital humano, una educación reinventada de
calidad y fomento a los procesos de creatividad e innovación.
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