Los Living Labs o laboratorios vivientes estrategia importante para la innovación social
Los Living Labs o laboratorios vivientes
estrategia importante para la innovación social
Enrique E. Batista J., Ph.
D.
Sentir,
pensar, crear e innovar es una combinación afectivo – cognitiva que ha
adquirido mayor relevancia en los momentos actuales, que se apoya en la
convicción de que todos podemos crear y contribuir a la identificación y
solución de problemas con los conocimientos y experiencias que todos tenemos.
Todos, los ciudadanos del común, los miembros de cada comunidad sienten y saben
y tienen perspectivas inéditas frente a las circunstancias en las que viven.
Todos podemos pensar y crear, todos contribuimos a la comprensión del mundo en
que vivimos y a la solución de problemas y a la búsqueda de satisfacción de
necesidades apremiantes.
El
científico, el investigador, también aprende de otros en los contextos reales
en donde la gente vive, experimenta y pone a prueba, en su cotidianidad, prueba
conocimientos e hipótesis. Es una forma de aprendizaje situado en
donde la gente del común, las comunidades, los maestros, los alumnos, los
padres de familia, en fin, cada uno con sus conocimientos y experiencias puede
realizar aportes importantes en la identificación de problemas, en la
descripción de necesidades y en las soluciones a dichos problemas en coalición
con el mundo académico, los gobiernos, entidades públicas y privadas.
La
vida cotidiana es un conjunto de laboratorios vivientes, perennes, de enseñanza
y aprendizaje permanente en los que, con la concurrencia de otros, se puede
llegar a soluciones específicas apoyadas en conocimientos nativos y en los
desarrollos científicos y tecnológicos.
Los living labs son una
metodología centrada en las comunidades, en las persona “para detectar, validar, testear y refinar soluciones complejas en
los contextos de la vida real que son múltiples y están en constante proceso de
evolución”. Se refieren a redes de innovación que coordinan a
personas y organizaciones en la investigación y en el uso innovador de
tecnologías digitales. Ponen gran énfasis en trabajos de innovación,
apoyados en diversas tecnologías, para solucionar problemas y necesidades
sociales específicas, en donde la innovación social prima sobre las ganancias
de la innovación comercial. (shorturl.at/ipxyT). La creatividad y la innovación se
apoyan en los conocimientos que poseen las comunidades en asocio con otras
personas provenientes de sectores públicos y privados y del mundo académico.
Los living labs se consideran ser
instrumentos intermediarios entre ciudades, regiones, empresas, sector
terciario, grupos de investigación y los ciudadanos para explorar y
experimentar diversos tipos de proyectos que respondan a la solución de
problemas o necesidades específicas apropiadas para contextos específicos bien
delimitados. (https://bit.ly/2PldbP7).
El ingeniero Francisco Roldán ha sido un líder promotor de los living labs en Colombia quien, con amplios
contactos internacionales, destaca que los ciudadanos son la razón de ser de
ellos. Un living lab o laboratorio viviente es un ambiente de
cooperación, un ecosistema de investigación y desarrollo, en donde pueden
concurrir, como se ha indicado, los organismos estatales, las universidades, el
sector productivo y distintas organizaciones públicas o privadas,
nacionales o internacionales y los ciudadanos para participar en
la apropiación abierta y colaborativa de innovaciones, co – creación
y validación, usando tecnologías digitales u otras, para alcanzar soluciones
específicas facilitando la innovación social como proceso de alta validez para
el conjunto de las comunidades beneficiadas. La innovación va más allá de los
laboratorios cerrados, se realiza y validad en los contextos en donde la gente
vive y crea. (https://bit.ly/2L1ZvEh).
La Comisión Europea caracteriza
los living labs como alianzas Público-Privado-Personas
(PPPP), llamadas de cuádruple hélices, para la
innovación abierta impulsada por las comunidades con el fin de desarrollar
cuatro actividades principales: Co-creación, co-diseño, exploración,
experimentación (implementación de ambientes vivos y dinámicos entre las
comunidades beneficiadas) y evaluación de conceptos, productos y servicios
según criterios socio-ergonómicos, socio-cognitivos y socio-económicos. (https://bit.ly/2vGPAet). La primera “P” en las denominadas alianzas PPPP se refiere a la palabra “Partnership” (“Asociación”, en inglés). Algunos otros,
para enfatizar el carácter intrínseco de valía de las personas en sus contextos
reales, tanto al principio como al final, prefieren que se denomine alianza
Persona- Público – Privado – Persona. Existe la Red Europea de Living Labs (ENoLL) para la cual
los living labs desarrollan la actividades mencionadas
y con los fines indicados. (https://bit.ly/2ZxW5gF).
Los avances y reconocimientos a Medellín como ciudad del
aprendizaje, ciudad del conocimiento e innovación, ciudad de las industrias del
conocimiento y sede del primer Centro de
la Cuarta Revolución Industrial en Hispano América , entre
otras distinciones, ha llevado a la creación de un “Gran Pacto por la Innovación” (https://bit.ly/2NBZEQx),
así como al avance de los living labs impulsado
por la organización Ruta N.
Ruta
N ha publicado un manual claro titulado “Observatorio
CT+i: Informe No. 1 Área de oportunidad en Living Lab.” (https://bit.ly/2ZvFmPb) en el que se
detalla la importancia crucial de la vinculación de las comunidades, siempre
como foco central, cuando se trata de innovación e inclusión social. Se
detallan en esa publicación los aspectos claves para dar inicio y tener éxito
con un living lab, las oportunidades de innovación social en
campos como educación, salud y bienestar, renovación urbana sostenible, así
como para potenciar y acelerar la construcción de sociedades del conocimiento y
ciudades inteligentes (“smart cities”).
Señala Ruta N perspectivas importantes mediante las
alianzas con programas como “Medellín Ciudad Laboratorio”,
“Medellín Ciudad Saludable” y “Medellín Smart City”.
En el ámbito educativo tienen amplia cabida los living labs. Siempre se ha dicho que las escuelas,
colegios y universidades, como centros de inteligencia y de aprendizaje, tienen
que ser a la vez polos de innovación social y pedagógica, experimentación y
validación de prácticas de enseñanza y de aprendizaje como, entre otros
desarrollos, se observa en los hubs de
aprendizajes, los makerspaces (espacios para la
construcción), diseño del pensamiento (design thinking), la
formación médica con telemedicina (innovación que adelanta con alto éxito
educativo y social la Universidad de Antioquia) y muchos otros desarrollos
que caracterizan los mejores hitos de transformación educativa en este siglo.
Hay, en paralelo a los living labs, campo
abierto para las living schools (escuelas vivientes) como escuelas innovadoras del siglo
XXI para una educación 4.0. Esta propuesta de living schools las
caracterizaré en mi próxima columna.
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