La Escritura Creó la Historia, la Cultura, la Tradición, la Globalización y También la Escuela
La Escritura Creó la Historia, la Cultura, la Tradición, la
Globalización y También la Escuela
Enrique E. Batista
J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
«Escribir es como
parir, dar nacimiento, concebir el mundo» - Enheduanna.
La formación de las nuevas generaciones, como
proyecto de cada comunidad educativa, a lo largo y ancho de toda la historia
humana, se consolida como proyecto educativo a partir del invento de la
escritura. La educación, y con ella la escuela, son un producto de la
escritura. Ellas dos, escritura y educación, permitieron la creación de la
historia; sin ninguna de aquellas dos, la última no existiría, como tampoco lo
sería la cultura. La escritura y los procesos educativos formales que,
alrededor de ellas empezaron a estructurarse, crearon también diversas formas
de organización social en donde el poder inicialmente radicaba en aquellos que
podían saber leer y escribir, aunque el rey mismo no supiera hacerlo, pero sí
aquellos miembros de su corte que bien pudiesen tener esa habilidad.
La escritura también facilitó la liberación de
las naciones de la tiranía, de aquellos que se asumían representar en la Tierra
a la deidad superior. Aunque ellos mismos no tuviesen la habilidad para leer y
entender textos con algún nivel de complejidad, su comprensión del mundo era la
que, de manera real o maliciosa, le comunicaran sus súbditos obsecuentes, mas
no siempre leales y confiables, servidores. La invención de la escritura
representó la liberación de la ignorancia y de las ataduras que impedían una
sólida comprensión del mundo social y de la naturaleza humana abundada en
derechos y obligaciones.
El desarrollo del potencial cognitivo de la
especie humana se acentuó con el acceso a esa tecnología primigenia denominada
escritura. El Homo sapiens sapiens (la especie humana actual) debe su
inteligencia a este destacado invento de la humanidad que aseguró formas
específicas no sólo de la comunicación momentánea, sino de la preservación de
información, consolidación o compilación de fuentes de conocimientos y la
presencia de manifestaciones culturales de unas comunidades o pueblos frente a
otros. Los pueblos ágrafos se perdieron en el tiempo, en la medida en que no
pudieron consolidar maneras de registrar sus conocimientos y preservar las
manifestaciones propias que pudiesen ser comunicadas, más allá de la oralidad
temporal, a sus sucesivas generaciones, o a intercambios con otras comunidades.
Creó la especie humana distintas formas de
emplear la escritura para la manifestación de sus creencias, sentimientos y
para la expresión de su poder creativo, revelado en enriquecidos giros
lingüísticos y en una variedad de figuras y géneros literarios que incentivaron
creaciones perennes, por la virtud de estar escritas, las que se expresaron en
la poesía, el canto, el teatro, relatos y cuentos, así como en la creación y
divulgación, también por escrito, de leyes, avances científicos y tecnológicos.
Con la escritura se encontró el camino para la
instauración de la cultura y la reafirmación de la identidad de las distintas
comunidades, identidad que pudo ser, desde entonces, preservada de manera más
firme y duradera al convertirse, la escritura, en un vehículo efectivo para
comunicar y preservar conocimientos entre generaciones y entre pueblos
diferentes. Así, con ella se creó también el valor cultural denominado
tradición, la cual debía también ser preservada. Además, se pudo empezar a usar la expresión «civilización»,
como elemento diferenciador de pueblos. Con la debida redacción se consolidaron
formas y medios para crear y diseminar los conocimientos, lo cual permitió, a
la vez, hace más de 5000 años, basada en el conocimiento y en el comercio, la
primera forma de globalización.
El fabuloso
mundo de la escritura respondió al potencial creativo y a las necesidades de
diversas de comunidades en el mundo. Así, en lo que hoy es Irak, en el Egipto
antiguo, en la China ancestral y en las comunidades nativas de América Central,
se crearon distintas formas de escritura. Bien conocidas son la cuneiforme de
la antigua Mesopotamia (hoy Irak) y los jeroglíficos egipcios. La escritura
cuneiforme, sobre tabletas de arcilla, tiene más de 5000 años de haber sido
creada. Esa es la antigüedad que tiene el desarrollo tecnológico humano más
importante, como lo es la escritura.
Existió, así
mismo, hace más de 5000 años la primera civilización humana que pudo llamarse
así por tener elementos que documentan su existencia y la forma de vida
particular que desarrollaban. Esa fue la civilización de los sumerios, la que
dio lugar a la creación del Imperio Acadio, el primero en el mundo, fundado
hace más de 4300 años. Se narra que la escritura se originó cuando un esclavo
(que a la sazón eran personas con reconocida sabiduría) le dijo a su dueño que
el mensaje que llevaría sería muy largo para memorizarlo.
En ese contexto imperial, se desarrolló la
escritura cuneiforme, primordialmente para facilitar el comercio con
poblaciones lejanas. De los primeros escritos quedan algunos escritos
importantes cómo el «Código de Hammurabi» (nombre de un rey babilónico),
el primer registro de una organización administrativa, política y de justicia
que regía la conducta de los ciudadanos, con su régimen de especial de castigos
por transgresiones a la ley, denominada del «Talión» (del latín «talis»
= igual, semejante), o de «el ojo por ojo», porque cada daño causado se
compensaba o castigaba con una reparación equivalente o por una compensación
igual.
En esa cultura mesopotámica, vivió Enheduanna,
quien, en la historia, es la mujer precursora de la literatura. Tenía ya en esa
remota época la habilidad, que muy pocos poseían, para escribir y componer
versos. Era Suma Sacerdotisa, en el templo de la diosa Innana (del amor y de la
guerra), fue esposa del dios Nanna e hija del rey Sargón, en el imperio Arcadio
(Mesopotamia, hoy Irak). Ella, que es reconocida en la historia como la primera
poeta, escritora y como precursora de los maestros, vivió hace más de 4300 años
y tuvo producción creativa abundante. Ella «inauguró el concepto de autoría
literaria y utilizó sus textos para posicionarse como autoridad política y
religiosa; fue la primera persona en firmar una obra literaria». (https://shorturl.at/EzFYj).
En uno de los primeros poemas en
la historia, Enheduanna escribió:
Yo, Enheduanna, la sacerdotisa En,
me acerqué a la luz, pero la luz era
quemante para mí.
Me acerqué a la sombra, pero estaba
cubierta de neblina,
mi boca de miel se volvió venenosa
mi habilidad de calmar humores se
desvaneció.
(Abreviado de: la colección de
Poemas de Enheduanna, disponible en: https://tinyurl.com/2y3kwuhm).
En la Mesopotamia de esos eones,
como dirían los arqueólogos, los maestros se formaban bajo la dirección de
sacerdotes, en lectura, escritura cuneiforme y matemáticas, en una especie de
escuela denominada «edubba», donde los alumnos, se formaban para ser
futuros maestros, miembros destacados de la sociedad o comerciantes. En la «edubba»,
que en lenguaje sumerio significa «casa de las tablillas», se
almacenaban los escritos, que formaron primigenias bibliotecas, para ser
estudiados posteriormente. (https://shorturl.at/Lcpn3).
Los escritos podían contener
lecciones de agricultura, botánica, matemáticas, medicina, religión y
filosofía, según se ha leído en las tablillas encontradas en las ruinas de
varias bibliotecas, entre ellas la del rey Asurbanipal en Nínive (hoy en ruinas
cerca de la ciudad actual de Mosul) quien coleccionó obras de escribas de todo
su reino. Los maestros formados atendían a los alumnos desde la edad de 10 años
con clases de sol a sol; unos 10 o 12 años después se graduaban como escribas;
una forma primigenia de titulación académica. Esta educación era elitista,
privada y costosa, con pago de matrícula por los padres. Aunque el espacio para
las mujeres era casi nulo, Enheduanna se formó en una de estas escuelas de
escribas. (https://shorturl.at/Lcpn3).
En la «edubba», la metodología se basaba en la
escritura de proverbios con base en los cuales se enriquecía el vocabulario, se
aprendía la gramática y se fomentaba la mejora de la comprensión. En esas
escuelas de las tablillas se originaron importantes obras literarias,
filosóficas y de ficción histórica, como parte de un esfuerzo «para
preservar la cultura para los días por venir», lo que de hecho se logró.
Con esas escuelas se alcanzó a formar una especie de primer sistema de
organización escolar. (https://shorturl.at/Lcpn).
Hoy, cincuenta
siglos después de Enheduanna, las niñas y mujeres en Irak tienen dificultades para
acceder a la educación debido a normas tradicionales que privilegian al género
masculino, negación que ha sido agravada por las restricciones que han impuesto
algunos grupos extremistas confesionales que impiden, a pesar de algunos
esfuerzos de gobiernos, que las niñas puedan asistir a las escuelas y ser
educadas, reduciéndolas a la condición de seres de segundo nivel, sumisas al
poder masculino. Es una forma de miedo y terror a la inteligencia de las
mujeres, las que muy bien pueden desafiar en ese campo a la de los hombres.
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