¿Dispositivos Móviles en las Escuelas? ¡Claro Que Sí!

 

¿Dispositivos Móviles en las Escuelas? ¡Claro Que Sí!

Enrique E. Batista J., Ph. D.

https://paideianueva.blogspot.com/ 

Rigen en el mundo actual estrategias pedagógicas que niegan la existencia de modos alternativos y más eficientes para aprender. Modos de enseñar y de aprender que se desentienden de la inteligencia de los alumnos y de la capacidad de innovar que tienen muchos maestros, condenados por virtud de normas burocratizadas a estar amarrados a viejas tradiciones pedagógicas que alejan las posibilidades de formar seres inteligentes, en contextos reales, con pensamiento divergente, capaces de identificar y solucionar problemas, ser creativos, solidarios, constructores de relaciones pacíficas y amantes de la libertad y de la búsqueda de la felicidad.

Se puede resaltar, otra vez, que los modelos educativos para una educación siglo XXI exigen formación en ambientes de aprendizaje más allá de la inflexibilidad que ofrece el aula tradicional. Es evidente que la innovación, el trabajo colaborativo, el pensamiento crítico y autónomo y con ello la innovación, la experimentación y la puesta prueba de conocimientos, no caben en los espacios tradicionales de las escuelas con sus aulas insípidas, desabridas, inexpresivas, sin el sabor a enriquecidos conocimientos; aulas que invitan a la pasividad, a no aprender, a no formarse, a alejarse de la posibilidad del aprendizaje  mediante contenidos integrados, en lugar de asignaturas sueltas, a no adquirir formación para llegar a ser ciudadanos productivos y poder ingresar al mundo laboral complejo de la sociedad global digitalizada. A todos debe ser claro que las escuelas, con sus ambientes de aprendizaje, para esta segunda parte del siglo XXI, no pueden desconocer la existencia de desarrollos de herramientas tecnológicas de amplia utilización en la vida cotidiana por los estudiantes.(https://tinyurl.com/nxrbmsjnhttps://tinyurl.com/mrxmfw96).  

El uso impropio y adictivo de dispositivos móviles en los ambientes escolares ha sido un factor bien reconocido que perturba los procesos de aprendizaje, la disciplina escolar y aumenta el acoso escolar y diversas formas de violencia. Frente a estos hechos, de cotidiana corroboración, importa señalar que la escuela no puede estar prohibiendo, a rajatabla, de manera estricta y sin condiciones, el acceso y uso creativo de dispositivos digitales (que incluyen los relojes inteligentes de pulsera) y de herramientas digitales como las impresoras 3D, los adminículos de realidad aumentada, laboratorios digitales, cámaras para fotografía o videos digitales, o de aprendizaje colaborativo en los metaversos.

Más bien, se precisa fijar los medios y mecanismos productivos para su uso. Es más fácil y, a la vez, más productivo formular y hacer cumplir las reglas explícitas para su empleo en los proyectos de aprendizaje; reglas que señalen en qué condiciones, y sólo para qué propósitos de aprendizaje es necesario el empleo de ellos. Prohibiendo el uso de dispositivos móviles, desconociendo su gran valor para el éxito de una variedad amplia de proyectos de aprendizaje, invita a que persista el reino de los modelos tradicionales e improductivos de la formación escolar. Ante la impericia para disciplinar y formar en el cumplimiento de reglas y en estándares éticos, muchos recurren a la prohibición, la cual no deja de ser, por paradoja, otra regla.

Cabe, como será obvio, la necesaria y obligada restricción cuando su empleo no es para claros y explícitos propósitos formativos; también merecen especial consideración cuando por la adicción ya creada evita que aun en los recesos en las jornadas escolares los alumnos rehúyan la necesaria interacción social de persona a persona.

Para todos debe ser evidente que los ambientes de aprendizajes escolares requieren reglas y valores específicos de diverso orden formativo, entre ellos el acatamiento a las normas de disciplina. Cabe muy bien el uso creativo de dispositivos digitales, como parte de la meta para que los estudiantes asuman responsabilidad de su propio aprendizaje. En ningún caso, cabe el empleo impropio y sin reglas de tales dispositivos cuando interfieren con muchos de los esfuerzos de los maestros en los procesos formativos de los alumnos. El aprendizaje escolar requiere de normas; sin ellas reinan el desorden y la negación de logros formativos, académicos, sociales y afectivos de alto nivel. (https://tinyurl.com/4em7hvkr).

Se han documentado cientos de usos creativos de los dispositivos móviles para promover aprendizajes. Su empleo ayuda a alcanzar metas formativas importantes como el uso creativo y ético de ellos y de la variedad amplia de herramientas tecnológicas. Es un rol de la escuela promover el aprendizaje de las megahabilidades digitales necesarias para el desempeño de los alumnos como ciudadanos y también para su productiva inserción en el mundo laboral actual y futuro.

Algunos de los empleos productivos documentados de los dispositivos móviles en la escuela son: Aprender lógica de programación, efectuar  análisis estadísticos,  validar información tomada de la web o de chatbots de IA, reconocer fake news y deep fakes, cuidar los datos personales, aprender sobre ciberseguridad y acoso digital, revisar antecedentes en proyectos de investigación y experimentación, emplear el aprendizaje investido («flipped learning» para aprendizaje individual y colaborativo), acceder a recursos digitales útiles como diccionarios, traductores, calculadoras y mapas. Se agregan también la creación de pódcasts, la grabación de explicaciones y demostraciones para repaso posterior, el uso creativo y artístico de la cámara, el acceso a pertinentes y útiles videos y tutoriales asociados a proyectos de aprendizaje.

Los dispositivos digitales apoyan la colaboración en línea, el acceso a tutoriales en clases de música y de teatro, la exploración de opciones de carreras profesionales, la mejora en la claridad de la escritura, la corrección de gramática y ortografía, los modos de citación de fuentes y la evitación del plagio, la exploración de aplicaciones prácticas de tecnologías y el estudio de los dilemas éticos en línea. Muchos otros usos de tales dispositivos se encuentran, precisamente, en línea; ejemplos en: https://shorturl.at/7wAz7, https://shorturl.at/KP0Nh, https://tinyurl.com/33hu877w.  O empleando los chatbots de AI, entre muchos a Perplexity AI, Gemini AI, Copilot AI y Grog AI, a los cuales se les puede solicitar que listen 100 ejemplos (o muchísimos más) de usos creativos de dispositivos móviles en la escuela.

Entonces, una variedad de efectos negativos reconocidos en el uso de distintos dispositivos móviles en los ambientes escolares ha llevado a algunos a proponer su veda total en las escuelas. Pero, es necesario pasar de la fácil prohibición a la necesidad de emplearlos de manera creativa y pedagógica. Con el énfasis puesto, no en la tradición de dictar clase, sino en proyectos de aprendizaje que requieran el acceso a recursos de información actualizados y pertinentes, con énfasis en el trabajo colaborativo entre estudiantes, en la personalización de los aprendizajes y en la crucial formación en megahabilidades, es posible reconocer el valor y el potencial inmenso que tales dispositivos tienen para mejorar los aprendizajes, más allá del uso cotidiano y adictivo que tienen. (https://shorturl.at/gsfed).

Dos hechos importantes se dieron en julio de 2025. El presiente Trump creó la «Iniciativa Americana de AI», para que Estados Unidos sea el líder mundial en IA. (https://shorturl.at/U8ptM). De otra parte, en la China se impulsan estrategias para que los estudiantes usen de manera intensiva los recursos digitales para el aprendizaje, en especial la IA, la cual es considerada como una habilidad básica y esencial. En ese país se necesitan, para dentro de cinco años, más de seis millones de profesionales formados en IA. En abril de 2025, el gobierno chino emitió guías nacionales para la formación en AI en primaria y secundaria. (https://shorturl.at/97xro).  Uno y otro propósito requieren formación en las escuelas. Mientras algunos prohíben, otros aceleran en la delantera, condenando a las escuelas al atraso.

Existe un campo amplio para el uso creativo, pedagógico y promoción del desarrollo de megahabilidades informáticas y del aprendizaje de las reglas sociales mediante el uso de los dispositivos móviles, en lugar de la simple negación de sus posibilidades.  A la vez, existe un camino amplio, como esfuerzo formativo escolar, para el desaprendizaje que no se logra con la mera prohibición, dado el uso impropio, sin reglas y perturbador de la concentración de los alumnos. Cabe desaprender también la adicción a los mismos que desde las plataformas tecnológicas se crea de manera deliberada, especialmente entre niños y jóvenes. Como es bien sabido, la mera prohibición sin entendimiento y aceptación de las reglas se convierte en una atracción para violarla, con efectos contrarios a lo que se esperan con la proscripción. De esos eventos está llena la historia. Bien puede recordarse el «Índice» en el que se prohibió durante 400 años la lectura de miles de libros, con el efecto contrario: se volvieron populares en variados sectores de la población.

 

 

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