Transformación de las Escuelas: Seis Pilares para Nuevos Modelos Educativos (Segunda Parte)

 

Transformación de las Escuelas: Seis Pilares para Nuevos Modelos Educativos (Segunda Parte)

Enrique E. Batista J., Ph. D.

https://paideianueva.blogspot.com/

 

Un modelo educativo de naturaleza transformadora e innovadora para enfrentar los desafíos sociales, cívicos, políticos, económicos y ambientales de nuestro tiempo va mucho más allá de las abundantes e inefectivas «reformas curriculares», las que sólo ponen una capa de oscuro barniz sobre el improductivo modelo educativo; tampoco consiste en agregar más asignaturas, esas muchas que promueven algunos legisladores, seguramente bien intencionados, para cubrir claras deficiencias percibidas. Se precisa agregar más formación humana, con innovación transformadora, cultural y pedagógica. O sea, construir una nueva sociedad, con ciudadanos social y éticamente bien formados.

Basado en un trabajo que pocos años atrás realicé con otros colegas educadores, presento, un resumen, de cuatro pilares ahí desarrollados, más dos que agrego para este artículo. Todos, de manera integrada, son esenciales para fundamentar y orientar la instauración de nuevos modelos educativos transformadores de las escuelas.

Pilar I. Ideológico – Político. Un modelo educativo transformador se basa sobre los siguientes principios: La educación es un derecho fundamental, un bien de responsabilidad pública y un derecho habilitador. La educación es obligatoria, garantizada por el Estado, al cual le corresponde garantizar y fomentar el acceso y permanencia de cada niño. Como bien público, el Estado es el principal garante; le corresponde, de consuno con la sociedad y a la familia, promover y velar por la calidad de la educación, igualitaria e incluyente, así como asegurar el cumplimiento pleno de su función y valía social. Por ello, los nuevos modelos educativos centrarán su acción sobre los factores de igualdad, equidad, inclusión y calidad de los procesos formativos escolares.

En un modelo educativo transformado, la escuela es el centro de formación en los valores perennes de la humanidad y en los nuevos de la sociedad informatizada y globalizada. La escuela es el fundamento de la preservación y construcción de la nacionalidad. La escuela forma en la convivencia pacífica, el respeto de la multiculturalidad, la sostenibilidad ambiental, la protección de la biodiversidad, la creación libre de conocimientos, la investigación científica, la producción literaria y la preservación del arte y demás manifestaciones de la cultura. Bajo ese modelo, la educación forma ciudadanos en los principios de la libertad, de la democracia y en los deberes y derechos que se expresan en el Estado Social de Derecho. La educación se concibe como un esfuerzo mancomunando, participativo y democrático para la cohesión social. La escuela forma para la construcción de ciudadanos libres, con pleno y sano desarrollo de su personalidad para la vida y el trabajo en sociedades pluralistas, pacíficas y solidarias.

Pilar II. La Sociedad y la Comunidad Educativa. La sociedad civil construye, apoya, desarrolla y evalúa sus nuevos e innovadores modelos educativos.  La consolidación de la comunidad educativa, participativa y democrática, de maestros, alumnos, directivos escolares y padres de familia, es esencial para la consecución de los fines sociales de la educación. En un modelo educativo transformador, la educación es un servicio social y comunitario, equitativo e incluyente, de alta significación y valía para ser parte activa de la ciudadanía globalizada. La educación se constituye en un capital social que apoya la consecución de sus fines en distintos sectores de la sociedad, incluido el empresarial, el cultural y el político. Corresponde a la sociedad en general, con sus distintas organizaciones y sectores, promover y auditar la calidad de la educación y participar activamente en la construcción, desarrollo y evaluación de nuevos e innovadores modelos educativos. 

Pilar III.    Maestros, Pedagogía y Estrategias de Enseñanza y de Aprendizaje. Los maestros son un bastión esencial en la creación, puesta en marcha y evaluación de nuevos modelos educativos. En su actividad profesional innovadora, comprometen todas sus dimensiones como persona, ciudadano, pedagogo, académico, humanista, investigador y profesional con estatus social reconocido. Corresponde al gobierno, con el respaldo de los legisladores, de la sociedad civil y de sus organizaciones, garantizar condiciones de vida y de trabajo dignas para los educadores y directivos escolares, y establecer los estímulos y reconocimientos a los logros alcanzados mediante los procesos de innovación educativa y pedagógica. El gobierno y los empleadores garantizan el derecho de los maestros a acceder a actualización permanente y a los recursos necesarios para la enseñanza, incluidos los avances en herramientas tecnológicas, las cuales son aplicadas con creatividad a los procesos formativos escolares.

En los esfuerzos de transformación de los modelos educativos imperantes, el maestro enseña y promueve el aprendizaje activo, de modo colaborativo y solidario, en ambientes múltiples interactivos de aprendizaje. Desempeña el maestro su trabajo con conocimientos y fundamentos pedagógicos, científicos y tecnológicos sólidos, acompañado con estrategias de enseñanza y de aprendizaje innovadoras. Los planes y proyectos que dirige el maestro enfatizan logros cognitivos, afectivos, valores y habilidades con base en contenidos actualizados y pertinentes. El maestro, en la innovación educativa de nuevo un modelo educativo, aplica estrategias pedagógicas para formar a sus estudiantes en la sensibilidad social y ambiental, en los principios éticos, las normas de la moral, la autonomía cognitiva y el ejercicio pleno de la ciudadanía en sociedades democráticas.

En los nuevos modelos educativos, el maestro mantiene actualizada su formación, renueva e innova sus estrategias pedagógicas, formula proyectos innovadores de aprendizaje para fomentar la creatividad, la innovación, el pensamiento crítico, la identificación y solución de problemas y la metacognición. El maestro forma, articulando su labor con los padres de los alumnos, en la responsabilidad social conjunta y en la valía de la educación para el progreso individual y colectivo. Como parte esencial de los nuevos modelos educativos, los maestros superan las estrategias de formación por asignaturas dispersas en favor de proyectos de aprendizaje integrativos de distintas áreas esenciales de formación.

Pilar IV.  Los alumnos. Como derecho fundamental e inalienable, los estudiantes tienen derecho a ser formados en instituciones educativas que les garanticen su formación como personas y ciudadanos de bien. Para ello, a las instituciones educativas les compete trabajar con modelos educativos innovadores y en constante renovación. Todo alumno tiene el derecho a ser parte activa de su propio proceso de aprendizaje. Por su condición de ser humano, cada alumno, independiente de su origen y de posibles limitaciones, tiene derecho a recibir una educación de calidad y ser formado para una vida socialmente productiva. Para su proceso de formación, el alumno requiere ambientes de aprendizaje, recorridos de adecuada habitabilidad y también de los recursos necesarios para el aprendizaje y el progreso personal.

El alumno, de conexión con sus maestros, configura una relación pedagógica caracterizada por el fomento al aprendizaje activo, la personalización de los aprendizajes y por experiencias formativas focalizadas en problemas y situaciones pertinentes. El alumno, conjuntamente, con el resto de la comunidad educativa, participa de manera democrática en la conducción de la institución educativa y en el análisis de los medios y modos requeridos para mejorar los procesos de aprendizaje.

En ambientes educativos transformadores, el alumno tiene derecho a conocer y también a respetar las normas que rigen la institución y a la vez tener la oportunidad para recomendar las acciones y cambios que estime necesario. El alumno tiene, además, el derecho a ser y estar protegido contra cualquier forma de violencia o acoso escolar y a evitar que se le aplique el modelo de evaluación - sanción. Así mismo, el alumno tiene como derecho gozar de las oportunidades para que sus intereses y habilidades pueda emplearlas en su propio proceso formativo, sobre las bases del modelo educativo innovado cuyos fines conoce y evalúa.

Pilar V. Medios y Tecnologías.  El servicio educativo, bajo nuevos modelos educativos, se presta con innovación permanente y apoyado en los más avanzados desarrollos científicos, tecnológicos, culturales, y pedagógicos, con garantía del acceso oportuno a válidas y diversas fuentes de información. Los educadores serán formados en el uso pedagógico del software y hardware, que se requieran para la enseñanza, el aprendizaje y la gestión escolar. Las estrategias de enseñanza y de aprendizaje empleadas son debidamente validadas, con debida consideración  a que sean seguras para todos, a que no comprometan la intimidad y otros derechos de los alumnos; el empleo correcto las mismas tiene en cuenta los riesgos éticos que portan algunos avances informáticos, de modo que resulten ser válidas para apoyar la formación en la creatividad, la innovación, el pensamiento crítico y autónomo, la responsabilidad social, el sentido de valía cultural, la colaboración y la comunicación eficaz, y el aprendizaje y formación cívica constante, entre otros fines educativos.

Los maestros, apoyados en variedad de amplia red de medios y recursos tecnológicos, promoverán las innovaciones y el aprendizaje activo, con clara conciencia de la naturaleza de las metas sociales que persigue la educación, con el reconocimiento de los diversos modos y estrategias de aprendizaje. Serán enfoques de formación activa, como se ha indicado, con procesos de seguimiento del progreso de cada estudiante. Estos medios y recursos tecnológicos también estarán presentes en la formación para la apreciación y creación artística y literaria, acorde con las metas del correspondiente modelo educativo. El acceso a medios y tecnologías avanzadas y adecuados para los diversos procesos formativos se considera un derecho irrenunciable de maestros y alumnos para enseñar y aprender en el proceso de transformación e innovación escolar.

Pilar VI. La Gestión del Servicio Educativo para la Innovación. Este es un pilar que no es posible descuidar. Está intrínsecamente asociado al Pilar I, que tiene que ver con las políticas educativas y con los fines que se le asignan a la educación por parte los gobiernos, los legisladores y la sociedad en general, los que, en conjunto, tienen la responsabilidad central e irrenunciable sobre el cumplimiento de los fines sociales de las escuelas. Esto implica una concepción, y operación, sustancialmente diferente de las labores que desempeñan los ministerios de educación y las secretarías correspondientes en las distintas entidades territoriales al interior de cada país, usualmente desgastadas en trámites burocráticos y en el mantenimiento de las zonas de confort que les es conveniente, rehuyendo o postponiendo la presionante necesidad de incorporar nuevos modelos educativos para el beneficio de la nación y de toda la ciudadanía en general. La labor de esos organismos tiene que centrarse en crear y garantizar el éxito de las innovaciones educativas, asegurando financiación y constructivo seguimiento y evaluación de estas.

Eso hace evidente que se requiere una reorientación de gasto público en general y, en particular, del que se destina a la educación para asegurar una adecuada y asegurada financiación del servicio educativo con miras a garantizar el derecho fundamental de la educación y el cumplimiento de la meta universal de acceso  (y permanencia) universal, igualitario, equitativo y con calidad para todos, así como llevar a cabo auditoría permanente para asegurar que los factores que afectan la calidad de la educación estén presentes y se fomenten, eliminando los obstáculos que la perturban de modo negativo.

Los nuevos modelos educativos requieren que las entidades rectoras de la educación tengan una concepción y estructura operativa menos burocrática y que, más bien, tengan la impronta de organizaciones transformadoras, abiertas a la colaboración y apoyo de la sociedad civil, y a la rendición periódica de cuentas. Bajo la operación de modelos transformadores de las escuelas, esas entidades deberán dejar de ser, en sí mismas, uno de los principales obstáculos para la innovación y mejora de la calidad de la educación.

Dado un marco legislativo nacional preciso, pero suficientemente flexible, las instituciones educativas y los maestros, para el éxito de las innovaciones educativas, requieren del apoyo central y autonomía pedagógica para el éxito de estas, para así desarrollar trabajo colaborativo, seguimiento y evaluación de los logros educativos y sociales sobre los cuales se asienten las innovaciones. En ese mismo contexto, los directivos escolares además de tener la cualificación requerida para crear e impulsar las innovaciones, les compete ejercer su liderazgo para la evaluación de la innovación y la efectiva vinculación de padres de familia y demás sectores sociales en torno a las propuestas formativas que encarnan los nuevos modelos educativos.

 

 

 

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