Jornada Única y Las Construcciones Escolares en Colombia
Jornada
Única y Las Construcciones Escolares en Colombia
Enrique E.
Batista J., Ph. D.
Hace más de medio siglo, en 1957 en el gobierno de Carlos Lleras, con el fin
de aumentar cobertura, en lugar de invertir en construcciones escolares se
perjudicó el desarrollo del talento de los colombianos mediante un “Plan de Emergencia”, hoy pareciera que fue por
siempre, reduciendo las oportunidades de muchas generaciones de escolares para
aprender más y mejor, se redujo el tiempo en la escuela a la mitad (duplicando en
muchos casos el tiempo de vagancia de los educandos, lejos de procesos
formativos esenciales o complementarios).
Cincuenta y dos años después no se
subsana el atropello, ni se acaba la “Emergencia” a pesar de variadas
disposiciones legales para que han propuesto terminarla, pero que no han pasado
de momentáneas intenciones. En efecto, hace un cuarto de siglo, la ley general
de la educación (115 de 1994, artículo 85) fijó que la educación se prestaría
en una sola jornada diurna, y asignó al Ministerio de Educación Nacional la
evaluación de las jornadas existentes con el fin de reglamentar los plazos para
la implementación de esa única jornada.
En el Plan Nacional de Desarrollo
2014 – 2018, del presidente Juan Manuel Santos, se fijó la meta para implementar
de modo gradual la jornada única hasta 2025 en las zonas urbanas y hacia 2030
en las rurales. Por su parte, en el Plan Nacional de Desarrollo 2018 -2022,
del presidente Iván Duque, vuelve a aparecer la intención de lograr la jornada
única focalizada en contextos de alta vulnerabilidad, en preescolar y en los primeros grados de la educación
primaria y media, con la meta, menos ambiciosa que la anterior y posiblemente
más realista para lograr, de duplicar de forma gradual y progresiva el número
de estudiantes en jornada única al pasar
de 12% que se tenía en 2017 a 24% en 2022.
La jornada única requiere plazas
adicionales de maestros, estructuras físicas adicionales adaptadas a la enseñanza
y aprendizaje mediados por tecnologías digitales, diseños para personas con
discapacidad y fortalecido el Programa de Alimentación Escolar – PAE. Se
requieren hoy escuelas y colegios con aulas y demás ambientes escolares para el
aprendizaje activo, hubs (centros o núcleos) de aprendizaje y makerspaces
(espacios colaborativos para la creación digital), entre otras
innovaciones. Todos estos desarrollos innovadores llevan a actualizar las normas
vigentes en cuanto a construcciones escolares (Norma Icontec sobre arquitectura,
planeamiento y diseño de instalaciones y a ambientes escolares, normas que
deben contextualizarse acorde con los planes de ordenamiento territorial).
Una dificultad adicional para la
generalización de la jornada única escolar el problema radica en que muchas
construcciones escolares que están en predios de particulares; en Antioquia,
por ejemplo, se ha estimado que el 73% de los bienes inmuebles escolares
están desprovistos de un vínculo jurídico que permita el uso y goce de manera
ininterrumpida, muchos de ellos no tienen título de propiedad o están en
litigio para resolver la situación.
Recordemos que el Plan de Acción
impulsado por la UNESCO, firmado en 2015, para dar curso al cumplimiento hacia
2030 de las metas del Objetivo 4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible,
sobre educación, donde se señala la necesaria meta de: “Construir y adecuar instalaciones
educativas que tengan en cuenta las necesidades de los niños y las personas con
discapacidad y las diferencias de género, y que ofrezcan entornos de aprendizaje
seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para todos”. El ambiente físico escolar es una de
las variables que afecta el progreso y los logros de los estudiantes y la
posibilidad que tienen los maestros para ser creativos e innovar sus prácticas
pedagógicas. (https://bit.ly/2IfFs4R).
La ministra de Educación Gina Parody
indicó en 2016 que “construimos el plan más ambicioso de infraestructura
educativa” y que en la iniciativa “Aulas para la Paz” se invertirían
en cuatro años cerca de cuatro billones de pesos con los que se construirían
1.156 aulas nuevas y se mejorarían otras 1.061, con la meta de lograr en 2025
que el país fuese “el más
educado de Latinoamérica”. Enfatizó, además que: “Nosotros
pensamos dejar el país de jornada única para que todos los niños puedan asistir
8 horas al colegio”. También anotó que tendríamos una educación de calidad
como la de Singapur, asunto en el que se le reconoce haber pensado con el
deseo, aunque sin asidero a ninguna realidad que lo permitiera.
El gobernador de Antioquia Luis Pérez,
en julio de 2019, expresó en carta dirigida al presidente de la República, su
queja porque de las 53 instituciones educativas contratadas por iniciativa del
Ministerio de Educación más de la mitad ni siquiera han comenzado; recalcó que “tengo
el presentimiento que en el programa construcción de colegios nuevos para
Colombia del Ministerio de Educación, se están robando el dinero público”.
Queja que ha sido compartida a lo largo y ancho del país por alcaldes,
gobernadores y congresistas. Además, la Contraloría General de la República encontró
que de las 30.000 aulas nuevas que debían estar listas en diciembre de 2018 sólo
han se construido 1.407 y entregado 230, el 0,7% de lo proyectado. De los 79
colegios terminados, sólo se han entregado 14 (el 17.7%). (https://bit.ly/2Zaa7pi). Las cifras
a 2019 muestran que el 72% de
los proyectos están en situación de riesgo medio o alto en su ejecución, lo que
equivaldría a 4.770 aulas nuevas o por mejorar. (https://bit.ly/2UJhS3x).
Abundan en todo el país las construcciones
escolares que no garantizan seguridad y comodidad para la comunidad educativa,
tampoco facilitan el trabajo de enseñanza y demás acciones formativas del
maestro, el aprendizaje, recreación y descanso de los alumnos. Carecen de la
existencia de ambientes sanos para asegurar la salud, tanto física como mental,
de la comunidad académica y para facilitar la interacción social en el contexto
de una relación pedagógica edificante. En los ambientes rurales
dispersos carecen de servicios de agua potable y energía, además de las áreas
recreativas entre otras carencias.
Muchas dificultades o limitaciones
visuales, y con ello retrasos en el aprendizaje y abandono escolar, se originan
en inapropiadas e insanas construcciones escolares o en el uso de instalaciones
físicas que no fueron concebidas para ser centros de promoción de la buena
enseñanza y de altos logros formativos y de aprendizaje. Muchas enfermedades se
adquieren por inadecuadas instalaciones sanitarias y carencia de agua higiénica
para consumo humano. La acústica impropia fuerza a los maestros a enfermedades
de su sistema fonatorio. Otros males se asocian a techos con material de
asbesto reconocido elemento cancerígeno que afecta la salud de los alumnos,
maestros y demás miembros de la comunidad educativa.
En las instituciones educativas con adecuadas instalaciones
físicas los alumnos valoran más asistir a la escuela, se concentran más en sus
labores de aprendizaje, se reduce la deserción y los riesgos de miopía. La
UNESCO ha detallado cinco condiciones para el diseño de espacios educativos
facilitadores del aprendizaje: 1. Ambientes físicos con entrada de luz natural
lo cual facilita la concentración y las interacciones colaborativas. 2. Áreas
de aprendizaje de usos múltiples, que faciliten la integración de estudiantes
entre sí, con el entorno escolar y el trabajo colaborativo en equipo. (En
escuelas de Finlandia no hay clara diferenciación entre aulas y pasillos ya que
se eliminan las aulas cerradas y los espacios se interconectan para usos
múltiples). 3. Mobiliario según cada área o ambiente de aprendizaje. El
mobiliario impropio afecta las condiciones y los logros en el aprendizaje, así
como la salud de los miembros de la comunidad educativa. El mobiliario debe ser
ergonómico y la sustitución del pupitre tradicional es una necesidad
inaplazable. 4. Espacios recreativos necesarios para el descanso, la recreación
y diversos procesos de socialización. 5. Espacios al aire libre que, además de
facilitar contacto con el mundo exterior, sean usados para la recreación y el
descanso. Esos espacios forman parte de los ambientes múltiples de aprendizaje.
(https://bit.ly/2LGYL9s).
A estas cinco recomendaciones de la UNESCO agrego: 6.
Climatización y ventilación adecuada para regular la temperatura acorde con la
zona en que se enseña y se aprende. 7. Agua potable, esencial para la
prevención de una amplia variedad de enfermedades. 8. Unidades sanitarias con
agua, jabón y papel higiénico, esenciales para un adecuado aseo y también para
evitar contagios y enfermedades que afectarán el progreso de los alumnos y
también la salud de los maestros. 9. Modo eficiente del uso de la energía con eliminación
de peligros asociados a su uso. 10. Seguridad para los miembros de la comunidad
educativa y para preservación de los bienes de la institución escolar. 11.
Ambientación y pintura relajante que comunique tranquilidad y dé comodidad a
todos. 12. Instalaciones para acceso a medios y recursos digitales en toda la
institución educativa (tales como Internet de alto ancho de banda y Wi FI) que
faciliten acceso a recursos de información actualizada en tiempo real y la
colaboración para trabajo en proyectos sin circunscripción a un espacio único y
limitado como la biblioteca física o las aulas de informática.
La jornada única escolar, donde ella sea posibles en
instituciones educativas públicas, se tomará como una oportunidad para procesos
formativos que no sean más de lo mismo sino para impulsar proyectos escolares
trasformadores e innovadores haciendo uso del tiempo escolar adicional.
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