Tu Edad, Eternidad y Amortalidad
Tu Edad,
Eternidad y Amortalidad
Enrique E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
¿Y desde cuándo se usa el concepto de edad de una persona? La costumbre de contar o conocer la edad es bastante reciente. ¿Y hasta cuándo usaremos ese concepto?
Establecer la edad de una persona, con criterio y validez universal, se volvió, en algún momento de la historia humana, una necesidad ineludible. Si bien sociedades antiguas, como la griega y la romana, tenían alguna forma de registro de los nacimientos, no se utilizaba el criterio de edad tal como se conoce hoy.
Fijar o conocer la edad de una persona no siempre tuvo alguna importancia práctica o social. Sólo por la complejidad creciente de las organizaciones sociales y de las naciones se fueron creando algunos requisitos de tipo legal que llevaron a la necesidad de establecer fecha de nacimiento y, de ahí en adelante, conocer la edad exacta de una persona. Los gobiernos también precisaron poder diferenciar a su población en términos de edad, para, entre otras decisiones: establecer requisitos para ejercer la ciudadanía, definir la mayoría de edad, prestar al servicio militar, pagar impuestos, fijar criterios sobre el asentamiento del juicio moral y la conciencia del bien y del mal, ingresar a la educación formal o al trabajo, proteger a los menores, y a los mayores con la pensión de vejez, fijar criterios para la herencia y el derecho a las propiedades.
Si la dimensión del tiempo es un
artificio humano y si en otros universos no existe tal dimensión, se puede
pensar que allá se vive en una eternidad. La eternidad es la ausencia de
tiempo, pero el tiempo pasa de manera inexorable («pasa», se dice, como
si se fuese a alguna parte). Entre los humanos, eso se refleja en el concepto
de edad que, entre geólogos, paleontólogos y geofísicos, se expresa en eones,
evos, períodos, épocas y también en edades. No hay un significado único de
edad. Se infiere que el lenguaje ha llevado a mostrar que no sólo los humanos
tienen edad, sino que la historia y el universo también la tienen. (https://tinyurl.com/3z9dtp5h).
Los años se tienen, como si
guardaran o se llevaran consigo, así se nota en la pregunta frecuente de
¿cuántos años tiene usted? La edad y el año son intercambiables en esa
inquisidora frase. En inglés, la pregunta, independiente de la edad, indaga por
la vejez, como se manifiesta en la frase: ¿how old are you? Después de
un rato, queda la inquietante pregunta de para qué sirve la preocupación por la
edad, tenerla o contarla.
La fijación de criterios exactos de
edad, comparables y universales, empezó a surgir en la Edad Media (o Medioevo)
con los registros eclesiásticos de nacimientos, denominados «registros
parroquiales», los que cumplieron un importante rol para conocer la
composición precisa de la población en términos de edad, sexo, tamaño de los
hogares, y matrimonios religiosos y uniones libres. Tales registros se
configuraron como documentos válidos con efectos civiles, asunto que después,
con los Estados laicos, quedaron bajo la administración de los gobiernos.
La incesante búsqueda de la fuente de la eterna juventud no se hallará en cristalinas aguas de manantiales, sino en los modos y experiencias particulares de vida y en los avances científicos. Por ello, se ha hecho más evidente la diferenciación entre edad biológica y edad cronológica, y entre inmortalidad y «amortalidad», o sea, la posibilidad de vivir de manera indefinida.
La diferencia entre la edad biológica y la cronológica indica que la edad no es sólo la que se refiere al tiempo transcurrido desde el día y año en que se nace, sino al ritmo con el cual se envejece. Personas nacidas el mismo año, día y hora, envejecen a ritmos diferentes y, por lo tanto, tienen una edad biológica diferente. Se ha afirmado que: «la edad biológica ya se ha podido revertir hasta dos años con fármacos que existen en el mercado. Los científicos afirman que nos encontramos muy cerca de ser capaces de regenerar de manera constante cada célula». También se ha afirmado que: «La muerte es un problema técnico, y como tal, tendrá una solución técnica». (https://tinyurl.com/5n7vc2ca).
Se emplean modos de establecer la edad biológica a partir de marcadores biológicos del envejecimiento celular. (https://shorturl.at/1z2iN, https://shorturl.at/Su0IK). En la actualidad, también se utiliza el concepto de «edad exacta», que se refiere al tiempo total transcurrido desde el nacimiento en años, meses y días. La «edad cumplida», por otro lado, se refiere al número de años completos que una persona ha vivido.
Existe también la percepción psicológica de edad; algunas
investigaciones han mostrado que la percepción de la vejez cambia a medida que
se tiene más edad, percepción que se afecta negativamente entre aquellos que
sienten soledad, experimentan deterioros en la salud o que simplemente se
sienten mucho más viejo de lo que son. (https://shorturl.at/3iVeW).
La edad cronológica carece
de sentido cuando se le analiza desde el funcionamiento orgánico de cada
individuo. La edad cronológica no es más que una serie sucesiva de tic tac de
los relojes, mientras que la biológica se refiere al estado de las funciones biológicas
fundamentales. Todos los humanos experimentan
desgastes y daños moleculares y celulares a medida que los años «pasan».
Ese pasar de los años parece haber sido convertido en una obligación o
compromiso, que se refleja en que los años «se cumplen», con felicidad
pareciera, («feliz cumpleaños», se dice y se desea). Cumplir es, por
definición de los diccionarios, «hacer aquello que debe o a lo que
está obligado».
Envejecer es así una obligación, con efectos que se presentan
de manera variada entre los individuos. De ahí, la diferencia entre la edad
biológica y la cronológica. Actualmente, se han acrecentado más años de vida
saludables con el apoyo de avances en ciencias como la biología, genética,
fisiología, la genómica y la epigenética, y en diversas tecnologías aplicadas para mejorar o
preservar la salud física y mental. (https://tinyurl.com/2pu7pzrn, https://shorturl.at/hJoJD).
Distintos avances científicos y tecnológicos muestran que algunos compuestos denominados senolíticos pueden destruir las células envejecidas y disfuncionales, lo cual permite la regeneración de tejidos y órganos envejecidos. (https://shorturl.at/JC5TB). También se destacan otros avances que muestran que si a determinadas células sanas se les activa la telomerasa ellas se convierten en «inmortales sin ser tumorales. La inmortalidad no es posible, pero sí lo que se llama amortalidad, que es la capacidad de estar vivo de manera indefinida». (https://shorturl.at/Ddf4i).
El envejecimiento se considera una enfermedad curable. Se ha predicho que la «amortalidad» se conseguirá en dos décadas; ella es tecnológicamente posible. En 2045 se alcanzará el rejuvenecimiento biológico para tener cuerpos con la edad de 20 a 25 años. (https://shorturl.at/L195w).
Caerá en desuso el uso del concepto edad
cronológica como se le conoce ahora, mientras que la biológica será
reconstruida mediante la conquista de la mencionada «amortalidad», lo
que no significará inmortalidad porque, se presume, seguirán existiendo las
muertes violentas o por distintos tipos de catástrofes naturales.
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