Los Más Jóvenes: Muy Bajos en Salud Mental
Los Más
Jóvenes: Muy Bajos en Salud Mental
Enrique E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
La organización Sapien, adelanta el «Proyecto La
Mente Mundial» (https://sapienlabs.org/). En febrero de 2025 publicó, correspondiente al año 2024, el informe sobre el
estado mental del mundo. En el mismo, se resalta que «nos encontramos
en una coyuntura histórica extraordinaria en la que cada generación más joven
del mundo moderno tiene una peor salud de la mente que la de la generación
anterior, lo que se traduce en una disminución progresiva de la capacidad para
afrontar los retos de la vida y funcionar de forma productiva». Este deterioro ocurre en todos los países,
independientemente de gastos en salud mental y del acceso a cuidados. Se clasifican como jóvenes a personas entre
los 18 y 34 años. (https://shorturl.at/k8hWc https://shorturl.at/54pQB).
Las personas que en 2025 tienen entre 18 y 34 años pertenecen a las
generaciones llamadas Z o «Centennials» (nacidos entre
1997 y 2012) y «Millenials» o generación Y (nacidos entre 1981 y 1996) que en su conjunto enfrentan
grandes desafíos, con efectos sobre su salud
mental, la cual es considerada como una crisis agudizada.
Con frecuencia, se insiste, y se deberá seguir insistiendo, en que se
precisa asegurar el futuro de las nuevas generaciones. Ese futuro está
asociado, como sabemos, a poder vivir en un mundo pacífico, pleno de concordia
y lleno de armonía con la naturaleza, en sociedades igualitarias recorridas por
la vigencia de la democracia participativa con su conjunto de deberes y
derechos que, a ellos, como al común de todos los ciudadanos, competen.
El «Proyecto La Mente Mundial»
(https://shorturl.at/enrtD) analiza el bienestar mental colectivo en
70 países, con datos de más de un millón y medio de personas, que tienen acceso
a Internet, hablantes de 17 idiomas; a diario se suman unas 200 personas más.
De cada uno de ellos, se recaba información demográfica, estilos de vida
y experiencias vitales. Se define el
bienestar mental, acorde con la Organización Mundial de la Salud (OMS),
como un estado «que permite a las personas afrontar el estrés de la vida,
desarrollar sus capacidades, aprender bien, trabajar bien y contribuir a su
comunidad».
El bienestar se mide en 47 componentes en las
categorías cognitiva, social, emocional, conductual y física, con base en los cuales se genera el Cociente
de Salud Mental - MHQ, en una escala cualitativa que es
expresada así: angustiado, luchando,
soportando, manejando, logrando y prosperando. (https://shorturl.at/iuDU5). El MHQ
comprende las siguientes subcategorías de bienestar: Adaptabilidad y
resiliencia, Cognición, Conexión cuerpo-mente, Yo social, Humor y perspectiva,
e Impulso y motivación. El 24% de
los adultos jóvenes están en la categoría de riesgo/clínico, en comparación con
solo el 9% de los adultos mayores. Sólo el 27% de los adultos jóvenes está en
la categoría de Sobrevivencia/Prosperidad, en comparación con el 69% de los
adultos mayores. (https://shorturl.at/mb4ZM).
Así, la información
del Cociente de Salud
Mental – MHQ muestra que los adultos mayores se
encuentran mejor que los más jóvenes que padecen problemas o angustias
funcionalmente debilitantes. Este hecho no se considera como una simple
disminución en la felicidad, que es apenas una parte de la salud mental, sino
que es un reflejo del funcionamiento necesario que necesitan los más jóvenes
para enfrentar los desafíos vitales y para poder funcionar socialmente de
manera productiva (https://sapienlabs.org/). Esta situación es evidente en todos los lugares del mundo, en donde los
adultos indican sentirse bien mientras que los jóvenes indican poseer más
dificultades.
Se destaca en el
Informe la relación entre salud mental y el bienestar. Se muestra la tendencia mundial
sobre el deterioro en la salud de la mente y el bienestar en el grupo
poblacional de los más jóvenes, como se indicó. Las habilidades sociales y cognitivas son entre
cuatro y cinco veces mayores en los adultos. Entre los síntomas que presentan los más jóvenes
están: pensamientos no deseados, extraños y obsesivos, culpa, cambios de humor,
tristeza, miedo y ansiedad, sensación de distanciamiento de la realidad,
limitaciones en el autocontrol, la concentración, la interacción social y en la
cooperación en las relaciones con otros.
A las anteriores dificultades se agregan los efectos sobre las habilidades
de aprendizaje, la creatividad, la solución de problemas, la falta de atención
y de autocontrol, la baja autoimagen, estima y capacidad empática. Se hace
evidente que los factores que afectan la salud mental comprometen la salud
física y la función inmunitaria. (https://shorturl.at/qjGhC).
En el Informe se señalan, como posibles causas
interconectadas entre sí, a los teléfonos inteligentes que crea una cultura
cada vez más desvinculada en lo social, el creciente individualismo y la generalizada actitud
orientada al rendimiento que da prioridad a los logros por encima de las
relaciones. A las causas se suman la alteración del sueño, el aumento del
riesgo de exposición a contenidos nocivos en línea como el ciberacoso, los
depredadores y el material explícito, y multitud de eventos que distorsionan el
desarrollo de la cognición social.
Se agregan otros elementos causales como la ingesta
de alimentos ultraprocesados, (que aumentan las probabilidades de sentir
angustias y trastornos mentales), las toxinas ambientales como los pesticidas,
los metales pesados, y los microplásticos que se asocian a problemas de
desarrollo neurológico y de salud mental.
Los más jóvenes, además, son afectados por la carga
académica entre aquellos que están estudiando, la que conduce a la falta de
sueño, a presión por
el horario escolar y para aprender y pasar exámenes. El grupo de jóvenes
también está frente a grandes
decisiones y a los
enormes cambios en esta etapa de sus vidas, tales como finalizar la educación,
vincularse o mantenerse dentro del campo laboral, mantener y tener nuevas
amistades, decidir sobre la opción de pareja o criar a una familia. De otra
parte, entre los más jóvenes el cerebro todavía está en desarrollo. A todo lo
anterior se agrega la inmensa presión de vivir en un mundo lleno de
incertidumbres que los agobian. (https://shorturl.at/3121Z).
Otros estudios han mostrado un
panorama similar. La Organización Mundial de la Salud, por ejemplo, señala que
uno de cada siete jóvenes de entre 10 y 19 años padece de alguna forma de
trastorno mental, lo que representa el 15% de la incidencia mundial de
morbimortalidad entre ellos. Entre las principales afectaciones de la salud
mental y de las discapacidades, está la depresión, la ansiedad y los trastornos
del comportamiento. Entre aquellos en el rango de edad de 15 a 29, el suicidio
es la tercera causa de defunción en las personas. (https://shorturl.at/Po7H3).
Nos recuerda la UNICEF que la
salud mental es básica para el bienestar general de todos y esencial para el
desarrollo de las habilidades para pensar, sentir, aprender, trabajar,
establecer relaciones significativas y contribuir al desarrollo propio y de la
sociedad. El miedo ante el peligro, la frustración, la tristeza y la alegría, y
muchas más, son emociones; todas se pueden aprender a manejar. Un manejo
impropio o el descuido sin atención oportuna pueden causar trastornos mentales
e inadecuaciones sociales con sus consecuencias en la infelicidad de los
jóvenes con efectos negativos sobre su círculo familiar y social. «A veces, es
suficiente con escuchar y ser empáticos para que las personas a las que
queremos se sientan mejor. Todo puede cambiar con una única pregunta: «¿'Cómo
te sientes'?» (https://shorturl.at/wOruE).
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