La Venenosa Hiedra de la Violencia Trepa los Muros de las Escuelas
La Venenosa Hiedra de la Violencia
Trepa los Muros de las Escuelas
Enrique E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
Existió en el salvaje oeste, en el Wild Wild West de Norteamérica, un
personaje juvenil que vivió para matar y ser matado. Una bala le
atravesó la cabeza. Amaba más la pólvora
que al prójimo y que a sí mismo. Nunca fue a la escuela. A él se le llamaba Billy
The Kid, uno de los más temidos forajidos del Oeste. Había prometido matar
a una persona por cada año de su vida. Cuando cumplió 20 años, la
principal meta en su vida estaba cerca de ser cumplida. Un sheriff, vaquero y
cazador de búfalos y de delincuentes, le disparó y le voló los sesos. Tenía 21 años.
En
la línea de Billy The Kid, otros como Jesse Harding Pomeroy a los 14
años había matado ya a nueve personas; un Cayetano Santos (nada callado), en
Argentina, inició su cadena de asesinato a los nueve años; Mary Bell, en
Inglaterra, le sonaba la campana de la violencia desde que tenía 10 años cuando
asesinó a dos niños, y Craig Chandler Price (ser sin precio), no vendía velas,
sino que apagó, a los 13 años, la llama de la vida de cuatro personas. (https://shorturl.at/d0ZFg).
Una búsqueda con chats de IA muestra en
sorprendente abundancia los casos de jóvenes violentos que han matado a muchos,
incluidos maestros y alumnos. A continuación, algunos de los casos que ilustran
la tragedia y el temor que se vive ahora en las escuelas del mundo. En 1922, en
Texas, un joven de 18 años mató a 19 niños y a dos maestros. En Rusia, en 2021, en la masacre de la
escuela de Kazán, un joven de 19 años mató a siete niños y a otras dos
personas. En Brasil, en 2023, un adolescente de 13 años mató, con hacha y
cuchillo, a una maestra y a tres niños. En 2023, un niño de 11 años asesinó a
su maestra con arma de fuego.
En Michigan, en 2021, un muchacho de 15
años mató a cuatro estudiantes y dejó a siete heridos; en 2022, en España, un
joven de 16 años asesinó con arma blanca a su madre; ese mismo año, en Colombia
varios adolescentes mataron a un niño de 11 años en una disputa territorial
entre bandas delincuenciales. En Francia, en 2023, un muchacho de 15 años mató
a un compañero en un colegio de París; y otro a un vigilante que controlaba el
ingreso de las mochilas; también en 2023, en el Reino Unido, dos adolescentes
de 15 años mataron a una joven, asesinato que fue planeado desde las redes
sociales. En el trágico 2023, en Turku, Finlandia, un adolescente mató a un
niño de 12 años debido a acoso escolar agravado; en Estocolmo, ese mismo año,
otro adolescente de 17 años hirió a un maestro con una pistola, crimen que
había sido investigado en Internet. (https://shorturl.at/YM521, https://shorturl.at/8wLDG, https://shorturl.at/Q63Rp, https://shorturl.at/zYLxV).
En Dinamarca, se han aumentado las peleas
violentas entre pandillas juveniles, mientras que en Islandia aumenta la
ideación suicida y las autolesiones en los adolescentes. En Suecia, un
adolescente de 16 años mató a otro en una pelea entre pandillas de bandas
criminales juveniles. En Oslo, un adolescente de 15 años hirió con cuchillo a
otras dos personas en un centro comercial. En la ciudad de Graz, en
Austria, en junio del 2025, un joven de 21 años mató con dos
armas de fuego a 10 personas en una escuela secundaria; el asesino se quitó la
vida en un baño. (https://tinyurl.com/bddu9a5d, https://tinyurl.com/yc52ej68, https://shorturl.at/RPUoP).
Algunos
otros eventos de estas tragedias sangrientas, resultados de la violencia que ha
corroído mentes y corazones de niños y jóvenes, son: En
2017, en México, una alumna hirió con arma blanca a su maestra. En ese mismo
país, se han dado varios casos de violencia escolar. En 2019, en el municipio
de Guadalupe, un adolescente, que había sido expulsado de la escuela, agredió
siete veces con una navaja a su maestra de matemáticas; en 2022, en el Estado
de México, un niño de 11 años apuñaló a su maestra al discutir sobre una tarea;
en 2023, otro estudiante apuñaló por la espalda a la coordinadora de disciplina
en un colegio, mientras que, en 2023, en Coahuila, un alumno de 14 años dio
varias puñaladas a su maestra en el aula. (https://tinyurl.com/5bp76832, https://tinyurl.com/4wwv33rw).
El conflicto armado en Colombia ha
afectado seriamente la seguridad de los maestros. En 2010, 22 fueron asesinados
en 10 Departamentos; ellos sufren habituales amenazas o son forzados a
abandonar sus lugares de trabajo, sufren, con ataques armados, la violencia
escolar combinada con las muy frecuentes amenazas de muerte, todo lo cual
incrementa la deserción escolar, y la oportunidad y calidad de los procesos
formativos escolares. En Estados Unidos,
es bien conocida por los medios de comunicación la cruenta violencia física
contra alumnos y maestros; estos últimos, con frecuencia, son las víctimas al
tratar de proteger a sus alumnos. (https://tinyurl.com/2j97uhex, https://tinyurl.com/yfbtr6ys, https://tinyurl.com/2mttnwtx).
Diversas caracterizaciones sociológicas y
psicológicas han coincidido en una explicación multifactorial para esta clase
de comportamiento. Entre los factores concurrentes están: La violencia en el
hogar; maltratos físicos y emocionales; humillación y trato abusivo por parte
de los mayores; el abandono físico y afectivo que promueve la búsqueda de
seguridad y reconocimiento en grupos pandilleros y violentos. Se agregan: el
acoso escolar; el uso creciente de lenguaje tóxico instigadores de odio y de
violencia; la carencia de formación para el aprendizaje de soluciones pacíficas
a controversias y conflictos; las dificultades para manejar la frustración y
trastornos psicológicos de diversa índole; la disciplina violenta en el
hogar y en la escuela; la influencia de las comunidades violentas en las que se
reside. La marginación y la discriminación están también en el origen de los
comportamientos violentos. (https://tinyurl.com/yzft9tzv).
Con
mucha reiteración, aunque no se le ha prestado suficiente atención, está la
instigación a la violencia en las redes sociales, el ciberacoso, los desafíos y
retos que se pactan en dichas redes; a lo cual se agrega la exposición en la
Web a contenidos de fácil acceso sobre comportamientos violentos que, en muchos
casos, instigan a la realización o imitación de acciones impropias o
abiertamente delictivas.
En
la Red, en las redes sociales y en una variedad de videojuegos, se puede
observar el influjo de la denominada de normalización de la violencia, entre
niños y jóvenes que todavía carecen de solidez en la formación del criterio
ético, de las bases para el discernimiento moral, así como de la autonomía
cognitiva. Los mismos adolescentes reconocen que la violencia está normalizada
o justificada con agrado, estatus, jerarquía, adaptación de supervivencia o
como defensa. (https://tinyurl.com/mr2nxnua,
https://tinyurl.com/ykzvrcpf, https://tinyurl.com/4k2bnnvr).
Ha
sido destacado, además, que el acceso fácil a drogas y al alcohol puede
predisponer a la violencia, dada los efectos de ellos sobre el comportamiento y
la ausencia de la capacidad de autocontrol. Se reconoce, así
mismo, el efecto de la modelación que se observa con la adquisición fácil de
dinero mediante acciones ilegales o violentas, a lo cual se suma el acceso
a armas y el reclutamiento de menores para cometer acciones delictivas. (https://tinyurl.com/5apcxyf3,
https://tinyurl.com/yzft9tzv).
En las escuelas, los maestros también
sufren la violencia verbal, psicológica y física por parte de alumnos, de los
padres, o de pandillas. Como se ilustró arriba, son amenazados y asaltados con
armas de fuego o blancas y han sido víctimas de tiroteo cuando tratan de
proteger a sus alumnos, lo que genera un ambiente de trabajo hostil con
graves consecuencias para su salud física y mental y para su bienestar general,
con el incremento de su deseo de abandonar la profesión. En algunos
lugares, por la gravedad de los hechos y la anticipación de posibles agresiones
de carácter letal, muchos maestros, dado que la sociedad y gobiernos no cuidan
ni garantizan su seguridad, han solicitado que se les permita estar armados
dentro de la escuela para proteger su propia vida y la de sus alumnos; esto
equivale a ser maestros gendarmes y escuelas con infantería, situación insólita
a la que se podría llegar si crece la violencia en los ambientes educativos. (https://tinyurl.com/3889fa9n,
https://tinyurl.com/fffhtwv5).
Las escuelas se han
convertido en lugares peligrosos y la profesión de los maestros en una de muy
alto riesgo. Esas son las escuelas de hoy en el mundo. Situación anómala en
extremo; no podemos perder a la institución escolar con muy desfigurados
resultados porque la violencia sigue entrando por sus muros y hasta por las más
recónditas rendijas. Se está yendo la alegría de las escuelas, la alegría de
aprender y de crecer como personas. Las escuelas están más llenas de temor que
del deseo de enseñar y de aprender. Han evolucionado a ser lugares de miedo a
la agresión, espacios de odio, de sangre y hasta de muerte. Se ha
instaurado en las sociedades una falta de respeto a la autoridad del maestro,
una disminución de la percepción de su valía y de la necesidad de asegurar su
trabajo en condiciones laborales sanas y seguras.
Una meta insustituible de la educación es la formación constante en el
desarrollo de las habilidades sociales y emocionales para la vida personal y
socialmente productiva, para los comportamientos cívicos y morales que permitan
construir sociedades equitativas, prósperas y pacíficas con ciudadanos
solidarios llenos de compasión, de ternura, altruismo, caridad, empatía,
generosidad y benevolencia; o sea, plenos de humanidad.
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