Día Mundial Contra la Esclavitud
Día Mundial Contra la Esclavitud Enrique E. Batista J., Ph. D. https://paideianueva.blogspot.com/
Un amigo, destacado
comunicador radial, me sugirió escribir
sobre la contemporánea esclavitud. Interesante sugerencia, porque hay nuevas formas de esclavitud y también porque el 2 de diciembre
es el «Día Internacional para la Abolición
de la Esclavitud», mientras que el
16 de abril es el «Día
Mundial Contra la Esclavitud Infantil», un aberrante crimen muy generalizado en el mundo.
Aunque la libertad haya sido internacionalmente proclamada
como bien supremo, y como derecho humano
inalienable, la primigenia forma de esclavitud sigue vigente con variantes
iguales o más ofensivas a la dignidad
humana. Se ha «modernizado» la esclavitud, pero no ha desaparecido. En términos absolutos, existe hoy un número
mayor de personas esclavizadas que en cualquier otro período de la historia de la humanidad. Esto ocurre a pesar de
que es reconocida en el mundo como un
delito de lesa humanidad y como
contraria a la Declaración Universal de los
Derechos Humanos. (https://rb.gy/9hgpoy).
La libertad, la
dignidad humana, la felicidad y el
libre desarrollo pleno y sano de la personalidad, son cuatro pilares y valores Inmarcesibles, eternos. Pero,
contrario a ellos como derechos humanos inalienables,
su negación ha estado presente en todos los tiempos con sórdida manifestación
en la aberrante esclavitud. Hordas invasoras,
poderosos ejércitos, imperios en expansión, dominios territoriales, saqueos y despojos, abrieron, y continúan haciéndolo, el
camino para el control y dominio de poblaciones,
sometiendo a la esclavitud a las poblaciones dominadas, como a yunta de bueyes, forzados
a trabajo esclavo,
arrasando con las riquezas de los dominados, destruyendo la cultura
y la lengua de estos e imponiendo la religión y dioses del conquistador vuelto esclavista.
Algunos pueden pensar que la esclavitud es algo del pasado,
de los anales de la historia; sin embargo,
las creencias sobre
ella están hoy recorridas por un conjunto
de mitos que la organización «50 for Freedom» los enumera así:
1. La esclavitud existió sólo
en el pasado. No es cierto, persiste hoy en diversas formas. 2. Son pocas las víctimas de la esclavitud; hoy
hay más personas víctimas de ella; entre tres
y cinco de cada 1.000 personas en el mundo son esclavos. 3. La
esclavitud existe sólo en países no desarrollados;
no, está presente en todos los
continentes; se estima que 1.5 millones viven en condiciones de esclavitud en Europa, América
del Norte, Japón y Australia. 4. En la explotación sexual está la mayor parte de la esclavitud contemporánea; si bien una de
cada cinco personas
esclavas es víctima
de la explotación sexual, la mayoría
trabajan en la agricultura, la pesca, la construcción, la manufactura,
la minería, los servicios y el
trabajo doméstico. 5. La esclavitud no
produce inmensas ganancias; en realidad es un pingüe negocio, genera
ingresos anuales de US $150.000
millones, igual a las ganancias de las cuatro
empresas más rentables del mundo. (https://rb.gy/lx6z5f). Un distinguido
economista colombiano ha resaltado que el mundo de hoy está sometido a la
esclavitud de las farmacéuticas que, como se vivió en la pandemia del
Coronavirus, se dieron el lujo de encerrar las economías y someterlas, con
ganancias incalculables
El término «esclavitud moderna» incluye situaciones en las
que a una persona se le priva, mediante amenazas,
violencia física y mental, coacción, abuso de poder o engaño, de su libertad
para controlar su cuerpo, elegir
o rechazar un empleo, o dejar de trabajar.
La ONG australiana describe la esclavitud moderna como un «paraguas» que
engloba los trabajos forzados, el tráfico de personas y la esclavitud en su sentido
más estricto. Las nuevas
formas de esclavitud, según Naciones Unidas, responden a situaciones en las que
una persona, mediante amenazas,
violencia, coacción, abuso de poder o engaño, le quita a otra la libertad para controlar su cuerpo o para
elegir o rechazar un determinado trabajo. El resultado es que la víctima
no puede negarse o abandonar la situación.
(https://rb.gy/yvyk6y).
Las cifras indican que el 25% de los esclavos de hoy son
menores de 18 años; más de 150 millones de niños y niñas son forzados a trabajo infantil
(igual a la mitad
de la población de Estados Unidos o a un tercio de la de la Unión
Europea). Más del 70% de quienes son obligados
a trabajo forzoso son mujeres (incluidas las niñas), cifra que para ellas se
eleva al 99% cuando se refiere a la explotación sexual.
(https://rb.gy/nghsjx, https://rb.gy/pvfack).
Así, la esclavitud está muy presente, con respecto a otros tiempos;
ha y seguirá mutando, con presencia en los grupos
humanos más vulnerables. Ella crece en áreas de conflictos armados,
con la trata de mujeres raptadas convertidas en esclavas sexuales,
niños reclutados para la guerra y matrimonios forzados. En lo que se refiere al matrimonio forzado,
más de 14 millones de niñas cada
año son obligadas a casarse
a edades muy tempranas. En ambas situaciones, unos y otras permanecen con violación de sus derechos humanos, sin la garantía al pleno desarrollo
físico y emocional, a una educación
de calidad, a una formación para la buena ciudadanía y a trabajos productivos, dignos y estables,
con seguridad social
garantizada. En cuanto
a la esclavitud sexual, los niños
y las niñas constituyen una proporción alta de las víctimas con violencia
contra su integridad física, psicológica y moral, esclavitud que se agudizó
con la pandemia del Coronavirus. (https://rb.gy/956hku).
En el remoto pasado hubo esclavitud por doquier. Fueron
esclavizados los israelitas en el antiguo Egipto
de los faraones, Gengis Kan esclavizó a multitud de poblaciones en el lejano oriente, los romanos a cientos de comunidades en Europa, África y Medio Oriente, los
Incas a muchas tribus andinas, lo mismo que Mayas y Aztecas en Centro América
y México. Muchos más eran subastados en público, al mejor postor. Mucho de los
derrotados en la guerra eran desterrados, llevados
a las sedes de la metrópolis imperial para desempeñar labores de
esclavos. Fueron esclavos surgidos de
conquistas crueles, acompañadas de asesinatos, violaciones y exterminio. Españoles,
británicos y portugueses, en cacería
inhumana, raptaron a millones de negros africanos
para realizar trabajo
esclavo en tierras
americanas, trabajo que permitía generar riqueza y confort a los «dueños» y a las monarquías dominadoras.
Con el correr
de los años, se dieron
en países, ya independizados del poder colonial, las leyes para la manumisión de los esclavos, con férrea resistencia de los esclavistas por la pérdida
de mano de obra para la explotación agrícola y minera.
Esa proclamación de libertad de los esclavos generó una guerra secesión en la Unión Americana y la correspondiente guerra civil entre los Estados
esclavistas del sur y
los liberadores del norte.
Se precisa saber que hoy, en la
esclavitud contemporánea, existen esclavos por propiedad privada,
por conscripción militar
forzada de gobiernos
o grupos ilegales, por explotadores sexuales,
en prisión con trabajos
forzosos, por deuda impagable, por la explotación de migrantes, el
trabajo infantil, la prostitución de menores de edad, el matrimonio infantil y
la mendicidad forzada. (https://rb.gy/zgiwtw). Recordar también que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijó para el 2030: «Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo
forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de
personas y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de
trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños
soldados, y, de aquí a 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas».
Compromiso que, aunque no se alcanzará para las fechas propuestas, seguirá
vigente. (https://rb.gy/7wtkpi).
En medio de tantas formas de esclavitud contemporánea, también existe la esclavitud digital, la cual abordaré en próximo escrito.
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