Su Información Personal, No se Destruye, se Transforma
Su
Información Personal, No se Destruye, se Transforma
Enrique E. Batista J., Ph. D.
https://paideianueva.blogspot.com/
Hay un
campo en dónde la física y la astronomía se unen con las neurociencias, las
ciencias sociales, la economía y el mercadeo: Es el campo de la información. La
información no puede destruirse, ella permanece, solo se transforma, adquiere
otras formas de valor más allá del contenido inicial.
De
información estamos hechos todos los seres animados y también los inanimados.
Todo, sin excepción, de lo que está hecho el universo es información. Así, estamos
formados de átomos y partículas subatómicas que configuran una identidad
particular de cada especie, de cada uno de los seres vivientes o de los
elementos inertes que nos rodean. Estamos todos hechos de la misma información
primigenia, organizados de cierto modo particular que a humanos, animales y
plantas les da la característica especial de seres animados. Si se toma la
configuración genética, sabemos, por ejemplo, que los humanos compartimos entre
sí el 99.9% del mapa genético; o sea, sólo hay una diferencia de 0.01%: Con
algunos animales compartimos información genética así: con chimpancés y gorilas
más del 95%, con los gatos y cerdos el 90%. ( https://rb.gy/kjlaig).
Si se
tomase la idea de la tele transportación de un ser humano a cualquier otro
lugar en la tierra o del universo, como ocurre en la serie de televisión «Viaje a las estrellas» («Star trek»), significa la transmisión de la información que está contenida
en nuestros átomos. Quedaría por clarificar o establecer si en la posible tele transportación
se transportan también los sentimientos y recuerdos acumulados en el cada uno
curso de la vida.
Vivimos
en una sociedad caracterizada, desde hace muchas décadas, sin que
haya mucha novedad en ello, cómo «Sociedad
de la Información». De hecho, es un viejo proceso, ahora intensificado con
distintas herramientas digitales, proceso que no es más que el reflejo de la
condición esencial del universo compuesto de pedazos de información, integrados
o aparentemente dispersos. Por ello, en el proceso de la evolución darwiniana
de las especies, lo que ha evolucionado es la manera cómo se ha producido en
los seres vivos la transformación de la información, dando surgimiento a nuevas
especies, nuevos entes, nuevos seres y, en todo caso, preservando la
información, ahora sólo transformada. No se pierde información, de esa que surgió
de la condición de estar hechos de polvo de estrellas, de la misma y única
información inicial existente desde el comienzo de nuestro universo con el «Big Bang» o Gran Explosión: Ese momento en el cual el
universo
era una singularidad (de manera muy breve y genera, ese momento en el que todas
las leyes de la física no podían aplicarse).
Se
crearon con el correr de los tiempos, a partir de la información contenida en
los átomos iniciales del primitivo universo, nuevos elementos químicos o
materiales compuestos, pero siempre a partir de la transformación de la información
ya presente. Sin información, no hay existencia alguna, de nada. Si somos
hoy seres informáticos, si estamos en la «era de la información», lo somos y
estamos en virtud del contundente hecho de que en toda su extensión el mundo es
un conjunto eterno de información que no se crea, ni se destruye, pero, cómo se
dijo, se transforma. Se transforma de la misma manera en que el escultor crea
una obra maestra con mármol o arcilla, materiales con información que les
definen su condición particular, estado que no desaparece a medida que el
creador da forma a la información que siempre ha estado ahí y lo estará.
Hoy en
los seres vivos vemos qué parte de esa información está codificada en nuestro ADN.
Sentir y pensar es un proceso para darle organización
y sentido a la información que va con nosotros, más las que nos suministra el
medio ambiente. Por eso, nuestros pensamientos se basan en información y nuestros
conocimientos son resultados de los procesos cognitivos y afectivos en los
cuales transformamos información en lo que denominamos conocimientos. Conocer
es acceder a información y transformarla.
Una muy
lejana estrella, a millones de años luz de nosotros, ha puesto entre los
físicos y astrónomos de nuevo la consideración del sentido y permanencia de la
información en el universo y la aceptación de que ella no se destruye, sino que
se transforma, no puede destruirse, es eterna. El físico Steve Hawking, alguna
vez señaló que en el universo no hay pérdida de información, frente a las
diversas preguntas de si todo lo que cae en un agujero negro (estrellas que han
perdido su energía, colapsan con fuerza tan intensa que absorben su propia luz
y a cualquier objeto cósmico que caiga baja su influencia gravitacional) lleva
a la perdida de información. Si una estrella o una galaxia, por ejemplo, es
absorbida por el agujero y si se destruyese la información que lleva, sería un
golpe a la mecánica cuántica, base fundamental de la ciencia física.
En esta
sociedad digitalizada la información que antes circulaba a muy baja velocidad,
hoy lo hace mediante avenidas superrápidas impensables hasta no hace mucho
tiempo. Por ello, socialmente se ha adquirido mayor conciencia de lo que es la
información, de su valía en la vida humana y la del planeta; se ha aprendido sobre
los modos de acceder a ella, transformarla, producir conocimientos y elaborar
consideraciones éticas, morales, antropológicas y sociales sobre la naturaleza
humana y también acerca de la naturaleza del aprendizaje. Con las tecnologías
informáticas actuales se han creado lo que se ha denominado «nuevas realidades», realidades como la
transformación del mundo del trabajo, formas de hacer política, de conducir negocios,
de relacionarnos con los demás, modos de controlar el pensamiento de las
personas, formas de enseñar, de recrearse, de aprender y otras realidades
asociadas a campos cómo la inteligencia artificial y la analítica de datos.
(https://rb.gy/rh8bbq).
Desde
una teoría qué los físicos llaman “teoría de cuerdas” señalan que hay una
paradoja en qué la información puede o no verse destruida dependiendo de si el
hipotético observador está dentro o fuera de un agujero negro. Esas, como se ve, son complicaciones de los
científicos en los campos de la física y de la astronomía, asuntos que ellos,
con sus investigaciones científicas, podrán dilucidar.
Por
ahora centrémonos en que nuestra información personal e íntima se ha vuelto una
simple pero valiosa mercancía, comprada, negociada y vendida a otros. Esto ocurre
con la información que nosotros circulamos, cuándo empleamos una variedad de
recursos y plataformas digitales, en las cuales de manera consciente a veces,
en otras con exceso de confianza e ingenuidad, dejamos al garete y abierta una huella amplia de nuestra
información personal, la cual no se la
devora ningún agujero negro, pero si
voraces empresarios que viven acechando nuestra información, la que
usan, como se indicó, como mercancía en sus negocios privados, con propósitos ideológicos
o de manipulación de nuestros sistemas de valores, preferencias y creencias.
Nuestra
información personal, se transforma en jugosas ganancias monetarias para unos o
en la creación de adeptos adoctrinados, especie de nueva esclavitud, por la manipulación
ciberespacial, apoyada en analítica de datos y otra variedad de rapaces tecnologías.
Si la información es el poder, también es cierto que nuestra información es
riqueza para otros. Con algún grado de ironía burlona, esos empresarios se refieren
al asalto como «generación de valor»
con base en los datos. ((https://rb.gy/rh8bbq).
En la
física, la ley de conservación de la energía establece que «la energía no se crea ni se destruye, sólo
se transforma…. El dato tampoco se genera por sí mismo, se mezclará con otros,
para generar información de valor sin perder su esencia original, nunca morirá
en el tiempo. Por ello, también puede decirse que el dato no se autogenera
ni se destruye, sino que se transforma». Con esta advertencia
ninguno podrá destruir su propia información,
incluida la de su ADN, pero sí está cada uno obligado a
protegerla como un bien personal y no comercial a favor de otros. (https://rb.gy/3tm4sh).
Conviene no aceptar cookies de manera
indiscriminada. Se precisa ser consciente de que, aunque se borren archivos,
claves personales, fotos y variedad de información personal, ella ya está en
circulación o albergada en poderosas bases de datos de muchas empresas. Como se
ha escrito: Su información personal no se destruye, se transforma, muy
posiblemente para usos indebidos por otros.
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