EL SER MAESTRO: UN DECÁLOGO

 

EL SER MAESTRO: UN DECÁLOGO

Enrique E. Batista J., Ph. D.

https://paideianueva.blogspot.com/

 

El mes de mayo es el de las tres «M»: María, Madre y Maestro.  Tres sustantivos de muy alta significación para todos los humanos. Maestro (así con mayúsculas) como adjetivo se refiere a una persona de notables y sobresalientes virtudes o realizaciones. Para el «Día del Maestro» a continuación presento un decálogo con 12 condiciones, agrupadas en cuatro categorías, caracterizadoras de su ser, vivir y hacer acompañado de  algunas de las  manifestaciones de cada una de ellas. Ellas reflejan las condiciones esenciales para SER Maestro.

I. EL SER MAESTRO

1. El SER Maestro define su condición espiritual más allá de su quehacer profesional cotidiano.

2. Ser Maestro es un proyecto de vida.

3. El Maestro se identifica a sí mismo y es reconocido por los demás como tal, con su esencia de ser eso: un Maestro.

II. LOS VALORES DEL MAESTRO

4. El Maestro con su laboral formativa preserva  y recrea  los valores universales e imperecederos.

5. El Maestro realiza su trabajo con denuedo, constancia, y perseverancia  inspirado por altos valores humanistas como  la verdad, el respeto, la honradez, la rectitud, la entereza  y la probidad moral.

6. El Maestro valora y  fomenta la preservación y vigencia de los bienes culturales de alta valía  de pueblos y naciones.

III. EL MAESTRO COMO FORMADOR

7. El Maestro  orienta sus procesos de enseñanza y de aprendizaje para que concurran hacia un  fin formativo humanizador de las relaciones entre humanos y de estos con los demás seres vivos y con la naturaleza.

8. El Maestro emplea estrategias  didácticas  para promover el aprendizaje activo, situado y distribuido  en ambientes múltiple e interactivos enriquecidos por la pertinencia  social y  la valía intrínseca para sus discípulos.

9. El Maestro reconoce y valora las diferencias individuales en experiencias, conocimientos previos, niveles de motivación, intereses, aptitudes, sexo y origen cultural, como inevitables y necesarias para el progreso  individual y colectivo.

IV. EL MAESTRO COMO CIUDADANO

10. El Maestro  es un ciudadano, conoce y  aplica las normas del Estado Social de Derecho.

11. El Maestro es sujeto de derechos, los que le garantiza la Constitución Política, las leyes, los convenios  y declaraciones internacionales. Conoce y promueve el cumplimiento de los deberes de cada uno como ciudadano

12. El Maestro como ciudadano practica y enseña los  principios esenciales de la vida democrática: la libertad, la igualdad, la equidad, la justicia, la solidaridad, el respeto a las diferencias y al mundo natural, la responsabilidad individual y colectiva, la concordia, la paz y  las relaciones solidarias y pacíficas entre humanos y naciones.


Manifestaciones de SER MAESTRO:

Ser Maestro no es una ocupación, es una vocación, un llamado interior, convertido en  profesión. Es  un encargo  espiritual superior y no un nombre en una nómina.

El Maestro en su ser no necesita adjetivación. Su reconocimiento como tal  es suficiente para su caracterización

El Maestro se caracteriza por ser sapiente y paciente y por ejercer su liderazgo con responsabilidad y tolerancia frente a las dificultades y las diferencia.

El Maestro  es y tiene existencia y presencia inmarcesible. Su labor formativa supera sus propios límites temporales  de su existencia terrena.

El Maestro en el proceso de  llegar a ser se decanta con el tiempo teniendo como guía su llamado interior.

El Maestro es un ser de fe, de carácter y de palabra.

El Maestro como ser es más amigo de la verdad que de Platón.

El Maestro  en su ser como tal tiene un encargo social perenne. Nunca se  jubila aunque tenga una pensión.

El Maestro con su ser vital imprime por siempre impronta imborrable en  la inteligencia y el corazón de sus discípulos.


 Manifestaciones de los VALORES DEL MAESTRO:

El Maestro cree y  promueve  la solución pacífica de conflictos y rechaza a la violencia como medio de solución de ellos.

El Maestro valora la importancia de la ciencia, la tecnología, los distintos modos de generar conocimientos fidedignos y las maneras como ellos se constituyen en activos sociales  de dominio público.

El Maestro  valora y promueve  el aprendizaje y el progreso social, cognitivo, físico y psicológico de manera integral y holística.

El Maestro enfatiza  en su trabajo la formación para la disciplina, la perseverancia para alcanzar altos logros y la resiliencia  frente a problemas y dificultades.


 Manifestaciones del MAESTRO COMO FORMADOR 

El Maestro es creativo e innovador de sus prácticas  pedagógicas, las que renueva  e innova con  creatividad y fundadas experiencias.

El Maestro tiene convicción cognitiva y  fortaleza emocional  para guiar su trabajo hacia el logro por  sus discípulos de metas exitosas de alta valía social y personal.

El Maestro tiene motivación y voluntad intrínseca  para potenciar el pensamiento creativo, crítico e innovador, así como  la expresión y consolidación de los diferentes talentos  de cada uno de sus alumnos.

El Maestro  promueve en sus discípulos  procesos formativos para la plena autonomía cognitiva, moral, social, religiosa y política.

El Maestro  asume como parte de sus  proyectos formativos  la  activación de las potencialidades de   cerebros y corazones y la expresión sana por cada uno de sus alumnos de las más enriquecedoras emociones humanas

El Maestro entiende que el estudiante es autónomo y puede  controlar su propio ritmo de aprendizaje.

El Maestro disfruta su trabajo y de los logros positivos y constates  de sus alumnos en la escuela y en la vida le producen alta  satisfacción personal.

El Maestro   promueve la habilidad para el  aprendizaje constante  durante toda la vida.

El Maestro forma para siempre, no para examinar y excluir.


Manifestaciones de EL MAESTRO COMO CIUDADANO:

El Maestro practica y defiende la dignidad  humana y los  derechos de todos.

El Maestro tiene como centro de su labor a las necesidades de  la sociedad que le ha hecho el encargo supremo y  las específicas de sus alumnos.

El Maestro usa el poder convincente de sus sabias palabras para la orientación personal, académica y social precisa y correcta de sus alumnos.

EL Maestro, en cuanto ciudadano, forma a sus alumnos para una vida social sana y productiva, para el mundo laboral, el comportamiento cívico y el ejercicio pleno de la ciudadanía participativa, regido por  comportamientos  y juicios  éticos sólidos, equilibrados y autónomos.

El Maestro es reconocido a lo largo de la vida de sus exalumnos como persona y ciudadano que influenció de modo positivo y permanente su desarrollo social y su formación humana y ciudadana.

El Maestro es sensible a  las necesidades sociales y a las condiciones de vida  de sus alumnos.

 

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