El Acceso Abierto y la Depredación de las Publicaciones Científicas


El Acceso Abierto y la Depredación de las Publicaciones Científicas

Enrique E. Batista J., Ph. D.


Se estima que en el mundo se invierten en suscripciones a revistas científicas más de 12.000 millones de dólares. Nuestras universidades forman parte sumisa de esa torta comercial. Si bien en el mundo de las publicaciones impresas las grandes editoriales de revistas científicas podían en el pasado mostrar validez o alguna importancia, en el mundo digital pierden su vigencia cada día más, entre otras razones por el avance democrático del derecho al libre acceso de la información.

Una manera en que las instituciones educativas pueden reducir sus muy costosas inversiones anuales en las compras de suscripciones a bases de datos de libros y revistas digitales es la de recurrir a los modos de publicación de acceso abierto (“open access”). Los investigadores y demás escritores harán lo mismo. Hoy están atrapados por las editoriales que negocian y se lucran con sus producciones científicas e intelectuales que, de manera deliberada, crean rankings de sus propias revistas, adquieren derechos de propiedad patrimonial sobre lo publicado, el investigador paga para obtener copias de sus propios artículos; a la vez que con sus publicaciones promueven su lucrativo “good will”. A ellas recurren, en post de prestigio, muchísimos investigadores de todo el mundo. La creencia generalizada y bien vendida por esas editoriales es que lo que se publica en ellas es la ciencia que vale, la que tiene calidad. O sea, es un ranking auto creado para mantener el negocio y a los autores como rehenes.

Recordemos que el “Movimiento del Acceso Abierto” promueve la práctica de acceso en línea y gratuito a los resultados de investigaciones. Por acceso abierto a contenido digital “se entiende su libre disponibilidad en Internet, permitiendo a cualquier persona su lectura, descarga, copia, impresión, distribución, búsqueda, citación o cualquier otro uso legal del mismo, sin ninguna barrera financiera, legal, técnica o de cualquier tipo (sin requerimientos de registro, suscripción o pago). La única restricción sobre la distribución y reproducción sería la de otorgar a los autores el control sobre la integridad de su trabajo y el derecho a que el mismo sea reconocido y citado adecuadamente”. Si bien inicialmente se refirió a revistas científicas con revisión de artículos por pares académicos hoy “se ha extendido a todo tipo de contenido digital (textos, bases de datos, software, video, multimedia…) y a todos los campos”. El “Movimiento del Acceso Abierto” al conocimiento está muy presente en la agenda de la comunidad científica. (https://bit.ly/31DH9z3).  Se proclama en este movimiento que el contenido científico de un artículo es mucho más importante que las métricas de publicación o la identidad de las revistas que usan las poderosas empresas editoras internacionales.

Los investigadores tienen que pagar para publicar sus trabajos en revistas cuyo renombre está altamente auto posicionado en las comunidades científicas del mundo en medio de un muy lucrativo negocio para las editoriales que las distribuyen con el producto de investigaciones que, con frecuencia son realizadas con recursos público. Y, paradoja que hay que superar, precisamente el público y los mismos investigadores tienen que pagar para acceder a copias de lo publicado. Es el precio de un supuesto prestigio creado por una autopromocionada calidad editorial.

O sea, que se propone un juego de ganancias mutuas. “Le ponemos un buen rendimiento a su pago por publicar”, es una frase que parece resumir el juego, nada inocuo, de la comercialización por unos de la producción científica de otros que, con frecuencia, como se ha anotado, se hace con recursos públicos.  Se estima que las editoriales tienen una ganancia cercana al 40% de lo que facturan anualmente. Las universidades y bibliotecas con frecuencia no pueden informar sobre el costo de las suscripciones por acuerdos de confidencialidad.  La revista Nature cobra US$5,200 (cerca de 17 millones de pesos) por cada artículo proveniente de las Américas, China y Japón. (https://go.nature.com/2Kz0vQd).

Es la privatización del conocimiento público y la agudización de la vieja regla universitaria sajona de “Publique o Muera” (“Publish or Perish”) ahora más agravada con el “Pague por Publicar o Muera”. Existe un monopolio mundial de editoriales que ha logrado que sea sólo visible y reconocido como científico lo que ellas publican con espeluznante y costosas tarifas y abundantes ganancias. También han logrado que los muy inútiles y excluyentes rankings de universidades concedan superior peso a lo publicado en sus revistas, que tienen un sesgo hacia las ciencias naturales y exactas con detrimento de las ciencias sociales y humanidades y a la muy importante producción intelectual de valía sobre asuntos exclusivos de ciertas comunidades regionales o nacionales.

Así, se ha privatizado el conocimiento público, creado un mercado de artículos científicos y abierta mercantilización del conocimiento. Muchos investigadores han caído en la red que, con frecuencia de manera algo pasiva, han ayudado a crear, quedando cautivos, como alfiles o peones, de grandes empresas editoriales bajo el supuesto, asaz inocente, de un mayor prestigio y reconocimiento. Como si fuera un Lamborghini o Porsche cuenta más el lujo que la valía intrínseca de los resultados de la investigación.

Hoy en el Movimiento del Acceso Abierto se mueven tres alternativas. La vía verde en la cual se publica en repositorios con la recomendación de que la publicación esté disponible previa evaluación por pares evaluadores competentes. La vía dorada en la cual se publica en revistas de acceso abierto con revisión de pares evaluadores competentes, las revistas pueden o no cobrar un valor para cubrir costos de la publicación, empleados y mantenimiento de los servidores (llamados cargos por procesamiento de artículos - APC). La vía diamante en la que no hay ningún pago y aunque sí la revisión de pares evaluadores competentes. Algunos agregan vías intermedias llamadas bronce e híbrida.  (https://bit.ly/2CuruIn).

Al legítimo Movimiento del Acceso Abierto han llegado los negociantes ofreciendo publicar en revistas pseudocientíficas, (denominadas desde 2010 con precisión como “depredadoras”, por el bibliotecario de la Universidad de Colorado Jeffrey Beall) cualquier artículo, sin ningún control de fiabilidad ni de calidad, con tal de que se pague, cifra que en algunos casos está entre 1000 y 10000 dólares por artículo, aunque en la mitad de ellas podría ser de 100 a 400 dólares. Con rapidez aceptan artículos de baja calidad o abiertamente falsos o engañosos con inexistentes pares evaluadores y comités editoriales (https://predatoryjournals.com/journals/). Escudan las “revistas depredadoras” sus cobros bajo los mencionados “cargos por procesamiento de artículos – APC”.

Esas “revistas depredadoras” tienen sede principalmente en la India, China, Turquía y algunos países de África. Publican muy por encima del medio millón de artículos por año en más de 8000 revistas. Una porción grande de las incautas presas de esos depredadores son jóvenes investigadores y otros profesores presionados para la publicación internacional, en supuestas revistas internacionales, de su producción intelectual. Algunos han sido presas en su inocencia, muchos otros de manera deliberada. En varios países de la Unión Europea se ha encontrado que un número considerable de científicos han publicado en esas “revistas depredadoras”.

Hay un problema de fe pública, usurpación de la legitimidad del acceso abierto y serio problema ético y de credibilidad para quienes publican en ellas, en especial entre aquellos investigadores que son depredadores conscientes haciendo juego económico con quienes depredan el “Movimiento del Acceso Abierto.

En los siguientes sitios se pueden obtener listas parciales de “revistas predadoras”: https://bit.ly/2Mhj0uC,   https://bit.ly/2Z4myWS  y https://bit.ly/2OWOjgf.

Ente otros sitios, en los siguientes se puede verificar si una revista es predadora: https://oaspa.org/, https://predatoryjournals.com/ y  https://bit.ly/2Z4myWS.

Las instituciones de educación superior tienen que atender este asunto, tomar las medidas para evitar reconocimiento de publicaciones en revistas depredadoras y, si fuese el caso, exigir reintegro de las bonificaciones o incrementos salariales derivados de la ilícita y fraudulenta publicación en las mismas. Igual cuidado debe ejercerse en la validación de información en los procesos de registro calificado de programas y acreditación de alta calidad. Tarea muy importante para las instituciones de Educación Superior y del Ministerio de Educación Nacional.

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