Vivir en el Ciberespacio: Aprender en Internet con y la Web


Vivir en el Ciberespacio: Aprender en Internet y con  la Web

Enrique E. Batista J., Ph. D.

El mundo virtual es cada vez más real que el mundo físico. Hace rato nos mudamos hacia allá con o sin permiso ni resistencia nuestra. Muchos pueden decir que los trastearon sin su consentimiento. Estamos en él, aunque no lo sepamos y aunque no queramos, permea nuestro actuar diario, diurno y nocturno, sin escape posible. No hay anonimato en Internet. Todos, como ciudadanos ciberespaciales, estamos superidentificados. Aunque tengamos nuestros datos e información personal en “las nubes”, es preciso recordar que no hay servidor impenetrable. Todo es hackeable.  

El asunto no es sólo de claves (passwords) complicadas. Más del 80% de los ciberataques se deben a claves que son robadas o que son hackeadas. No valen mucho las claves por muy elaboradas que sean. Una clave frecuente como 12345 es hackeada al instante, en 0.29 milisegundos. Las claves con fechas de día, año y mes de nacimiento, o de otro evento, también lo son en tres milisegundos (compare con un pestañeo que demora 104 milisegundos) En el siguiente link usted puede estimar cuánto es el tiempo máximo en que su password actual, o cualquier otro que desee usar, puede ser obtenido sin usar ninguna fuerza bruta: https://howsecureismypassword.net/. Con frecuencia un hackeo a nosotros, a una empresa u organización gubernamental o educativa sólo se detecta meses después; mucho de esa intromisión o delito pasa inadvertido.

Internet es un recurso valiosísimo para la vida diaria de cada uno de nosotros y para la formación escolar. Pero, los empresarios inescrupulosos, hackers y robadores de identidad han aprovechado los vacíos que los nuevos vecindarios ciberespaciales tienen. Hay que generar y actualizar de modo periódico un “Manual de Convivencia” en donde nosotros los cibernavegantes fijemos las reglas del sano vivir y convivir en ese mundo ciberespacial.

Recordemos que Internet tuvo sus orígenes en 1969 como una red para compartir información militar ante los peligros nucleares crecientes, cada vez más calientes, en mitad de la guerra fría. Hace cerca de 25 años en los albores de Internet, con sus navegadores, buscadores y exploradores, el vicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore, denominó a la red de redes como “la autopista de la información”. Si es así, está muy congestionada y pagamos caros peajes sin necesidad de cámaras de foto multas. La primera red escolar en Colombia de amplia cobertura para usos educativos se creó en 1996 en Medellín con el nombre de “Autopista Electrónica Escolar de Medellín”, bajo el entusiasmo de quien, a la sazón, en la Alcaldía de Sergio Naranjo, era el Secretario de Educación y Cultura Luis Pérez Gutiérrez, actual gobernador de Antioquia.  También se creó el primer colegio en Colombia totalmente informatizado denominado “Colegio Piloto de Futuro” (https://goo.gl/Ah2SWq; https://goo.gl/ABy3DK)  y se publicó el primer libro digital colombiano con el título de “Maestros Ultimo Modelo”.

Recordemos además que la ciberseguridad no es un asunto sólo de nuestros passwords sino de información que escapa hoy al control soberano nuestro. Cuando ciber vagamos en Internet dejamos huellas claras de cada uno de nosotros, diferenciables de cualquier otra persona. Nuestra información está en todas partes: motores de búsqueda, servicios financieros, organismos gubernamentales y redes sociales. Una vez circulada nuestra información no hay reversa, estará en lugares, servidores y rincones inimaginables por cada uno de nosotros. El temor y prevención no debemos tenerlos sólo a los hackers y estafadores con estrategias como el phishing, sino a empresas, sitios web y redes sociales a las que entregamos autorización para hacer uso comercial de nuestra información, tal como destaqué en columna previa. Phising (pronunciado igual que fishing = pescando en inglés) ocurre con frecuencia por la vía de correos electrónicos en los que al abrir bajamos un malware (software malicioso) que infecta nuestros computadores o dispositivos móviles y facilita el acceso a información como passwords, contactos, otras claves, cuentas bancarias, tarjetas de créditos, documentos de las más variadas categorías, fotografías y mucho más.

Es importante diferenciar entre Internet y la Web. En términos sencillos, Internet es un conjunto inmenso de computadores, de diversas marcas y arquitecturas enlazados, con la capacidad de comunicarse entre sí mediante un lenguaje común llamado protocolo.  La WWW (World Wide Web literalmente, amplia telaraña mundial) abreviada como la Web (web del inglés = telaraña) permite el acceso a las redes de Internet mediante uno de los denominados protocolos, siendo el predominante el http (protocolo de transferencia de hipertextos). Entonces, Internet es la base, la autopista sobre la cual circula la información por diversos carriles, entre ellos por la Web; la Web no cubre la totalidad de los servicios de Internet.

En la era ciberespacial hay el riesgo de extinción de lenguas y de que muchas culturas sean abrumadas por otras predominantes. De no poca monta para para todos nosotros hispanohablantes es que el español es el tercer idioma con mayor presencia de cibernautas hablantes en la Web con un 8 %, detrás del inglés (26%) y el chino (21%); le siguen el árabe con 5%, y japonés, ruso, francés y alemán con porcentajes cercanos al 3%. (https://goo.gl/hG3Eb5).  

El crecimiento de la información y de múltiples recursos en la Web avanza a ritmos impresionantes. El primero de enero de 2018 había en el mundo 3,812,564,450 personas que usaban Internet. Había 1.3 mil millones de sitios webs; el primero fue creado el 6 de agosto de 1991. Cerca del 40 % de la población mundial tiene una conexión a Internet. Google procesa más de 6,586,013,574 búsquedas cada día, el 15 % de las cuales son hechas por primera vez; el 80% de las personas omite la propaganda comercial y el 75% de ellas no pasa de la primera página de resultados. Un poco más de la mitad del tráfico en Internet se hace mediante herramientas de hackeo, de spam, suplantación de identidad, bots (software o robots digitales que imitan la actuación humana) y los scrapers (escarbadores para extraer información de manera automatizada de la Web).   Se espera que en 2019 haya cerca de tres mil millones de suscriptores a redes sociales. (https://www.websitehostingrating.com/internet-statistics-facts-2018/).   

El tráfico en Internet es altísimo, a veces inimaginable por cada uno de nosotros. Como referencia tómense esto datos del viernes 20 de abril de 2018 a las 4 y 14 p. m. Los datos por cada segundo (cada segundo, no minutos, ni horas, mucho menos días) eran así: 55.969 GB de tráfico en Internet, 66.547 búsquedas en Google, 3.101 llamadas por Skype, 73.533 videos vistos en YouTube, 841 fotos subidas a Instagram, 2.685.027 correos electrónicos enviados, el 67% de los cuales eran spam (correo no solicitado, correo basura) y 8.006 tweets. En el siguiente enlace el lector podrá ver los datos en crecimiento acelerado, segundo a segundo, en el momento, hora o día que lo desee: http://www.internetlivestats.com/one-second/.

Cerca del 50% de la población mundial hará en 2018 compra en línea, alrededor de seis billones de dólares serán los perjuicios monetarios por el cibercrimen en 2021. El costo del ransomware (secuestro informático; captura de un sistema informático en el que se exige dinero para el desbloqueo; ransom = rescate, de los cuales hay cerca de 4.000 cada día) fue en 2017 superior a cinco mil millones de dólares. (https://goo.gl/UaXS3h).  

La compañía SPACEX, la que tiene como meta evolucionar la tecnología espacial con la meta central de posibilitar que podamos vivir en otros planetas (http://www.spacex.com/), lanzó en febrero de 2018 dos satélites de órbita baja como un comienzo de cerca de los 12.000 que lanzaría  para ofrecer  Internet de ancho de banda a cada sitio del planeta. (https://goo.gl/soXvnS). El gobierno chino tiene la misma intención. O sea, el mundo estará cada vez más interconectado, muy posiblemente a más bajo costo, y podrán todos los habitantes de la tierra tener acceso a los recursos de Internet, ayudando así a superar parte de la denominada brecha digital que genera tanta desigualdad en el mundo.

En Colombia, a diciembre de 2017 había 31.275.567 usuarios de Internet, con una penetración que ha evolucionado así: 2.1 % en 2000, 11.5% en 2005, 54.3% en 2011 y 63.02% en 2017.  En el mismo año había 57.327.470 suscriptores de teléfonos móviles que entre 2009 y 2016 creció en más del 499% (263.9% en banda ancha y 1622.1% en Internet móvil) y había 29 millones de suscriptores Facebook con un 58.6% de penetración.  (https://www.internetworldstats.com/south.htm#co).   

Hay que saber vivir en el ciberespacio y tener tanto y mayor cuidado que cuando circulamos por calles y campos. También hay que aprovechar los valiosos recursos para la información de los ciudadanos, el gobierno en línea, libros, revistas y bibliotecas digitales, los ambientes colaborativos para la formación escolar, las redes académicas, la colaboración altruista alrededor de problemas globales como la defensa de la biodiversidad y las acciones a favor del desarrollo sostenible y contra el calentamiento global, entre muchos otros recursos que ofrecen los distintos servicios disponibles en Internet. Hay que defender la neutralidad de Internet y promover las acciones ciudadanas y de los Estados contra los delitos informáticos y mantener aislados a mañosos empresarios, torcidos políticos, manipuladores de mentes y a la multitud de delincuentes que con amplia variedad de mañas pastan y rumian voraces en diversos sitios ocultos en la red de redes y de los importantes servicios que ésta presta.


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