En Tiempos del Coronavirus No Hay Cama para Tanta Gente
En Tiempos del Coronavirus No Hay Cama para Tanta Gente
Enrique E. Batista J., Ph. D.
Estamos en una declarada pandemia que nos no compete a todos con una
actuación comprometida y solidaria. Es muy crucial que reconozcamos que
antes ni mucho menos ahora hay suficientes camas para los enfermos y tampoco
suficientes unidades de cuidados intensivos. Nos compete a todos evitar, con
comportamientos racionales y solidarios, un severo colapso en los servicios de
salud. Entre otros asuntos importantes hay que practicar también la higiene informacional.
El voquible “pandemia” tan en uso en estos días viene
del griego con el significado de reunión de todo el pueblo (pan = todo, dem
= pueblo). Por su parte, el voquible “virus”
viene del latín con el significado de veneno o toxina.
La Organización
Mundial de la Salud - OMS concibe la pandemia como una enfermedad
infecciosa que cubre zonas geográficas extensas o a todo el mundo; se refiere a
la propagación de la enfermedad y no a la letalidad. (https://bit.ly/38Oj63C). En el contexto actual, la BBC de Londres dice que
también “sin duda hay una pandemia de miedo que se vive por primera vez en tiempo real, por todos los medios de comunicación,
todo el día, todos los días, en todo el planeta”. (https://bbc.in/38Xmucx).
Quien está sano tiene el derecho a no ser infectado
y quien lo esté el deber de no enfermar a los demás. Ese es un principio
superior de sanidad y de alta, especial y necesaria urbanidad. Comportamiento
que debe ser una conducta generalizada, de siempre, y no sólo en estos momentos
del coronavirus. Vivimos una oportunidad de alto valor formativo para convivir
y ser solidarios en situaciones de emergencia, las cuales no serán
extraordinarias, sino que se dan y se darán con bastante frecuencia. Entonces,
estamos en un contexto mundial de solidaridad para que aprendamos todos sobre
cómo cuidar nuestra salud y la de los demás, cómo usar adecuadamente las
medidas protectoras y de contención de la pandemia que han recomendado las
autoridades sanitarias con reiteración en estos días.
Todos somos educadores y también personas que
aprendemos a diario. Compete que nos ayudemos a comprender qué es un virus,
cómo se transmite, porqué enferma, los efectos que produce y también la misma
idea de la mutación en los virus.
Se hace también necesario comprender esta situación
excepcional, ayudar a otros a comprenderla, tomar la emergencia sanitaria
mundial con seriedad y aplicar las medidas de precaución que han sido
ampliamente recomendadas.
Como se indicó arriba, hay que practicar también la
higiene informacional. Abrumados y hastiados de la hiperinformación y hasta de
un insoportable y continuo sobresalto hay que bajar el miedo ante la situación
mundial que vivimos, miedo que puede llevar a decisiones nada sensatas o racionales.
Siempre convendrá tener acceso a información médica confiable y no al decir de
otros o a tanta información desorientadora que circula en las redes sociales.
El miedo y la hiper información puede ser
tan peligrosa como el mismo virus.
En mitad del miedo generado todos debemos
comprender que la OMS ha señalado que el 80% de los infectados por el coronavirus
sólo tendrá síntomas leves, un 14% los tendrá severos, mientras que un 6%
sufrirá una enfermedad grave, en especial en poblaciones adultas o personas con
enfermedades prexistentes.
Aun así, la regla esencial a seguir es la
prevención. La sobrerreacción de miedo puede llevar a agotar recursos médicos
que sólo usan los especialistas y a un colapso de los servicios de salud y
hospitalarios, complicando la situación para quienes efectivamente necesiten
ser atendidos dada la gravedad que experimentarán algunos por causa no sólo del
coronavirus sino de muchas otras enfermedades.
Ante la
propagación de la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID -19) las
autoridades sanitarias en el mundo han recurrido al aislamiento social, el cual
incluye limitación de circulación en regiones geográficas enteras, cierre de
fronteras de los países, cancelación vuelos nacionales e internacionales, de
eventos masivos y deportivos, cuarentena obligatoria y cierre temporal de
instituciones educativas de todos los niveles. Ese aislamiento social, al lado
de medidas preventivas sanitarias, se ha concebido como un método eficaz de
reducir la difusión del virus, asunto que parece haber sido logrado en la
provincia de Wuhan en China
donde se originó este mal convertido en pandemia y en Corea del Sur donde ha
sido combatido con eficacia.
Han
clarificado las autoridades de salud en el mundo la regla de lavarse las manos
con agua y jabón. Se ha reiterado por esas autoridades que el principal método
o acción preventiva es evitar la exposición al virus, a la vez que han sido
insistentes en que la mejor opción es el lavado frecuente de manos (palmas,
dorso, muñecas, uñas y entre los dedos), con agua y jabón por lo menos durante
20 segundos.
El
uso del gel antibacterial ha crecido en su demanda de manera exponencial en
todo el mundo. Los geles o desinfectantes con al menos 60% de alcohol se deben
usar de manera temporal mientras se tiene acceso a agua y jabón. Su acción
desinfectante no dura mucho tiempo. Si el jabón debe ser antibacterial la Administración
de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos - FDA de los Estados
Unidos ha sido bastante tajante: “No lo necesita; use agua y un jabón normal”. (https://bit.ly/39ZiIk0). Científicamente
se sabe que el coronavirus, del que se conocen 39 especies distintas, tiene una
capa de grasa que lo hace altamente sensible y combatible con la desinfección
con agua y jabón. O sea, no hay que correr a las tiendas y supermercados a
acaparar los geles y jabones antibacteriales y vaciar sus estantes de estos
productos.
En cuanto al uso de mascarillas los virólogos son escépticos
respecto a su total efectividad. Señalan que hay evidencia
que sugiere que pueden ayudar a prevenir las transmisiones de boca a boca. No
son una protección efectiva contra los virus o bacterias transportadas en el
aire, pero pueden ayudar a bajar el riesgo de contraer un virus por medio de
estornudo o tos. La implementación simple de las medidas de higiene es mucho
más efectivo. Hay una percepción psicológica de seguridad en quien las usa,
pero ellas han sido de mayor utilidad en los ambientes clínicos. (https://bbc.in/2Qo5qWt).
En la edición digital de Washington Post de marzo
16 de 2020 (https://wapo.st/2Ug7GQJ) el doctor Saad B. Omer Director del Yale Institute for Global
Health analiza cinco mitos sobre el
coronavirus. Uno de ellos es sobre las máscaras faciales o “tapabocas”; anota
que ellas son importantes para personas que ya están enfermas, personas que
atienden a enfermos y para los trabajadores del área de la salud; son
importantes pero no tan eficaces, como se anotó arriba, para prevenir el
contagio. Destaca, además, el Dr. Omer la incidencia de muertes por este virus:
Muertes en China 3.4%; en Corea del Sur 0.7% y se espera que muchos lugares del
mundo la cifra alcance el 1% o menos dependiendo del nivel de cuidado que
tengamos con las personas bajo tratamiento y las distintas maneras de prevenir
la enfermedad.
Nos
corresponde actuar con responsabilidad, racionalidad y sin temores desbordados,
de manera solidaria y hacer uso de la experiencia positiva ya recorrida en
otros países con el fin de lograr que la cifra de muertes por el coronavirus
sea tan baja como en Corea del Sur. So pena
de reiteración, hay una reglas elementales y básicas que han sido expuestas en
todo el mundo:
1. Haga uso de la información precisa. O sea, esté
bien informado través de fuentes oficiales como las del gobierno nacional, las
autoridades locales, Cruz Roja, instituciones prestadoras de salud, cuerpos
médicos y centros científicos universitarios. Por ejemplo: https://d2jsqrio60m94k.cloudfront.net/.
2. Practique la higiene informacional. No dé ni circule información sin respaldo médico o
científico. Esa labor compete a los organismos de sanidad.
3. Consulte a su médico. No se auto diagnostique o
se auto recete. No recete a los demás.
4. Recurra como opción prioritaria a la tele consulta, una modalidad
de atención en salud que se apoya en el uso de las TIC. Por ejemplo, los
ciudadanos pueden llamar a las líneas 3218533928, #774 desde el celular o al WhatsApp 3003050295. Priorice la consulta con su médico
o entidad prestadora de salud por teléfono o video chat. Esta última está
disponible en todas las cuentas de WhatsApp.
5. Acate las recomendaciones: cuarentena, no
congestionar consultorios, hospitales y clínicas, evitar aglomeraciones y acatar
el aislamiento social que sea necesario, así como las demás acciones que
recomienden las autoridades de salud. Siga las fáciles reglas preventivas. Es mejor
prevenir que curar.
6. Evite comentarios falsos. No dé opinión ni
recomendaciones médicas. Esos son asuntos de las organizaciones de salud
internacional, de las autoridades nacionales de salud y de los médicos.
7. Consulte fuentes fiables. No divulgue en las
redes sociales información que no haya sido validada. No reenvíe noticias
falsas; muchas de ellas han sido creadas por robots informáticos o por personas
malintencionadas. Esas noticias falsas se extienden y riegan con mayor rapidez
que el mismo virus y hacen mucho mayor daño a todos.
8. No actúe con miedo, ni cause miedo a los demás.
Actúe racionalmente. El 80% de los infectados sólo experimentará una enfermedad
leve.
9. Cuide al personal de trabajadores de la salud.
Si ellos se estresan o se les sobre abruma con consultas no necesarias, pueden colapsar y enfermarse también, y no habrá quien atienda y cure a los
enfermos.
10. Recuerde que todos somos educadores y formamos
en el cuidado de la salud física y psicológica, la propia y la de los demás.
Superada esta fase del coronavirus debemos consolidar
una sociedad más solidaria, más cuidadosa y mejor formada para garantizar
nuestra salud colectiva.
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