Alfabetización Informática y Digital para la Ciudadanía del Siglo XXI


Alfabetización Informática y Digital para la Ciudadanía del Siglo XXI

Enrique E. Batista J., Ph. D.


Los estudiantes de hoy ya no son el tipo de personas que nuestro sistema educativo fue diseñado para formar - Marc Prenky 

¿Somos analfabetas informáticos? Si no lo somos, podemos caer pronto en la categoría de analfabetas informáticos funcionales.

La afirmación del epígrafe la hizo el profesor Marc Prenky hace dos décadas, el mismo que introdujo las designaciones de nativos e inmigrantes digitales. Con él hay que seguir reiterando que el modelo educativo con el que nos formamos no funciona para las expectativas y necesidades formativas de los estudiantes de hoy, como tampoco los modos y estrategias de orientación vocacional para un mundo laboral lleno de nuevos campos ocupacionales o laborales y frente a la anticipación de muchos más que no existen todavía.

Todos, incluidos quienes participan ya en el mundo laboral, requieren tener formación informática y también digital para ser personas y trabajadores socialmente productivos en este siglo.

Algunos de los avances cotidianos que se presentan en el campo de las tecnologías digitales se leen a diario: Computación en la nube, impresión en 3D, e- learning, inteligencia artificial, machine learning, realidad XR, block chain, bitcoin, MOOC, hacker, drone, influencers, MBPS, Big Data, 5G, agricultura de precisión, streaming, fake news, vehículos autónomos, podcasts, modificación genética, app, visión artificial, Internet de las cosas, y muchos más que con frecuencia no tienen traducción posible.

Estamos así forzados a diario para poder entender algo de las noticias. Veamos algunas recientes en los medios impresos y digitales:


Cabe entonces la pregunta: ¿Somos analfabetas informáticos? Si no lo somos, podemos cada uno sumirnos en un proceso de ese analfabetismo que impedirá comprender el mundo, hablar sobre él, tomar decisiones fundamentadas, identificar problemas e imposibilidad de plantear soluciones acertadas. Progresivamente se podría acabar encerrado en un mundo pasado, con incapacidad para entender y desenvolverse con seguridad en una variedad de contextos sociales. Ni siquiera se podrán entender las noticias, el periódico (impreso o en línea) e incluso de mantener una conversación fluida sobre asuntos que cada día se vuelven más de la cotidianidad de la vida.

Además del analfabetismo básico, del funcional, del cultural y del moral, hay una quinta clase: El analfabetismo informático, también llamado computacional, el cual es un componente que está presente en los tres primeros mencionados arriba.

Para comprensión, comunicación y producción efectiva, además de leer, escribir y realizar las operaciones básicas aritméticas, toda persona requiere hoy hacerlo mediante es uso eficiente de recursos informáticos básicos para comunicarse y ejercer variedad de derechos y deberes en línea como, por ejemplo, peticiones, consultas, certificados, compras en línea, asociaciones para defensa del bien público o de la democracia, uso apropiado del correo electrónico y de participación con reglas de urbanidad y del lenguaje en las redes sociales, banca y pagos en línea, matrículas en línea, teletrabajo y gobierno en línea. La alfabetización informacional básica es parte esencial para la formación del ciudadano es esta época ciberespacial.

No basta hoy poder usar lápiz, pluma fuente o bolígrafo para comunicar por escrito pensamientos, acciones o sentimientos. Hoy es necesario hacer uso de los recursos disponibles en ambientes informatizados como, por ejemplo, estudiar en línea un curso o programa virtual, participar en las redes sociales, en chats, comunidades académicas, podcasts y hasta interactuar con un bot (un robot que simula a un humano en una variedad de situaciones comunicacionales). Para ello es necesario dominar cierto vocabulario especializado, usar de manera creativa y eficiente recursos informáticos básicos, navegar con seguridad en Internet, hacer búsquedas avanzadas, crear y comunicar de formas multimedial, acceder a información pertinente y validar a la que accede y poder discernir entre realidades y noticias falsas y evitar la difusión de estas últimas.

La alfabetización informática apunta a lograr que las personas accedan de modo equitativo y sin exclusiones a los recursos de la sociedad de la información.  Esta alfabetización, la ha destacado la UNESCO como un requisito evidente para el ejercicio del derecho individual a la comunicación y acceder, buscar, recibir y circular información y propuestas. (https://bit.ly/1lbmOrH). En la alfabetización digital (también denominada alfabetización multimedia) se enfatiza no sólo lo computacional, lo asociado a máquinas y su funcionamiento, sino también al conjunto de efectos visibles y previsibles sobre las relaciones sociales, la política, la naturaleza transformada de los procesos económicos, el bien común, la equidad, la ética y nuevos modos de control social, de producción y distribución de la riqueza.

Es claro que todos necesitamos entender la diferencia entre software y hardware y el lenguaje básico sobre los componentes de un computador y de los procesos computacionales: bits, bytes, Kilobyte, Megabyte, Gigabyte, y Terabyte, CPU, RAM y ROM, sistemas operativos (Android, iOS y otros), Internet, la Web, software propietario y libre, fotografía y video digital.

Es claro que la alfabetización informática y digital no se refiere al simple hecho de acceder a información, sino al acceso y procesamiento crítico de la misma, para aprender y comunicar, cooperar y realizar trabajo colaborativo en equipo, ser solidarios, expresar y compartir valores. Esta alfabetización dual, informacional y digital, no crea personas receptoras o consumidoras pasivas de contenidos sino, por el contrario, creadoras, críticas, de pensamiento divergente, con una orientación clara y socialmente productiva. Y muy importante, enfatiza un comportamiento acorde con las normas de urbanidad que se han generado para los contactos y comunicaciones en ambientes digitales. No se puede relegar el ciudadano del siglo XXI a la ofensiva condición tan generalizada de “usuario” a la que pasivamente podemos acostumbrarnos.  La educación forma personas, ciudadanos, seres sociales y no “usuarios”.

También debe ser evidente que no todos deben dominar los muy distintos campos de las ciencias y las tecnologías con sus avasalladores avances cotidianos. Es muy importante el concepto de inteligencia distribuida en la medida en que podemos conformar grupos de interés con personas de distintos niveles de experticia, de intereses y conocimientos para trabajar juntos en la identificación de necesidades, solución y problemas o en la ejecución de proyectos de interés general. Subyace ahí la idea de construir una sociedad en la sociedad informatizada basada en la colaboración y en el trabajo armónico y complementario en grupos solidarios para avanzar todos hacia el bien común.


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