Nueva Educación para una Ciudadanía Digital



Nueva Educación para una Ciudadanía Digital

Enrique E. Batista J., Ph. D.

El futuro ya está aquí y sólo existen dos posibilidades: Ser digital o no ser. – N. Negroponte

El adjetivo digital (del latín digitalis, digitus) se ha usado desde hace por lo menos seis siglos, referido a cualquier número entero entre 1 y 9, y lo alusivo a los dedos de la mano (de ahí las huellas digitales). El lenguaje de los computadores trabaja con dígitos, lenguaje binario de ceros y unos. Así, el número doce binario es 1100 y el 100 es 1001100100. Los nudos y líneas de los quipus incas han sido considerado como un registro numérico binario, de unos y ceros precursores, según algunos, del sistema digital que tenemos hoy. Hay libros y revistas digitales, TV digital, economía digital, foto digital, universidad digital, revolución digital y también ciudadanía digital.

Hace ya cerca de un cuarto de siglo que Nicholas Negroponte, profesor del MIT, escribió un libro best seller que tituló Ser Digital (Being Digital). En ese texto planteó con claridad el futuro cercano que se nos venía encima con la era digital plena. Así, entre otras predicciones, destacó lo que hoy se denomina el Internet de las cosas, los carros sin conductores, la computación en las nubes, los adminículos (wearable) que se usan como las prendas de vestir, hogares inteligentes, la computación omnipresente, la realidad aumentada, generalización en el uso de GPS, violación a derechos de autor y a la privacidad personal, piratería digital, robo de datos y de identidad digital, y la desaparición del empleo vitalicio.

Anotó el profesor Negroponte que la diferencia entre la enseñanza hace 150 años y la de hoy es casi nula, pero que los desarrollos digitales han promovido la posibilidad real de transformación de la escuela y de sus prácticas consuetudinarias, con integración de los distintos saberes. Así, por ejemplo, aprender música puede ser la mejor forma para aprender matemáticas, física o antropología.

Simultáneamente, en 1995, con el libro de Negroponte, el cofundador de Microsoft, Bill Gates, publicó, su libro “Camino al Futuro” (“The Road Ahead”), en el cual destacó el comienzo de la revolución digital, señalando que los principales cambios que ocurrirían serían en los modos en que la gente se comunicaría entre sí. En educación, escribió, ha habido lentitud en adopción de nuevas tecnologías, pues han estado regidas por el conservadurismo pedagógico y didáctico, pero que el aula cambiará en muchos de sus detalles con el uso ampliado de la multimedia. El futuro de la enseñanza lo vio promisorio porque la revolución digital llevaría energía y creatividad a la enseñanza (uso de videos y animaciones, modelaciones, de hipertextos, procesadores de texto, hoja de cálculo, uso de recursos educativo en la Web, sistemas expertos e inteligentes, enseñanza (y aprendizaje) asistido por computador como un trampolín para el aprendizaje sin el computador. Señaló que la mejor forma de resolver problemas generales es a través de la educación y que la revolución digital es más importante que nunca y el medio más fácil de lograr igualdad.

Agrupados en tres grandes categorías se han propuesto nueve elementos esenciales para una formación escolar en ciudadanía digital: Respetar, Educar y Proteger (https://goo.gl/Y6BTzS). La organización de estándares internacionales para la formación informática en las escuelas ISTE (International Society for Technology in Education; https://goo.gl/Kf0pw8) las resume así:

             Defender la igualdad de derechos digitales y del acceso para todos.
             Tratar a los demás con respeto en las interrelaciones en línea y nunca realizar ciberacoso.
             No robar o dañar el trabajo digital, la propiedad o la identidad de otros.
             Tomar decisiones apropiadas cuando se comunica por cualquier canal de comunicación digital.
             Usar herramientas digitales para mejorar el aprendizaje y mantenerse actualizado frente a los cambios en tecnología.
             Tomar decisiones responsables de compras en línea y proteger la información de pago.
             Mantener y respaldar los derechos humanos en todos los foros digitales.
             Proteger la información personal de fuerzas extrañas que puedan causar daño.
             Reducir los riesgos de enfermedades físicas o psicológicas en el uso de las tecnologías.

El gobierno colombiano realiza esfuerzos para impulsar la ciudadanía digital, con los que busca consolidar un ecosistema de ciudadanía digital para que los colombianos comprendan la nueva economía digital, conozcan oportunidades académicas y ofertas laborales, accedan a contenidos y obtengan certificación de sus habilidades como tales, conozcan las leyes digitales, y participen de una comunidad virtual. Con formación digital en alfabetización, etiqueta, comunicación salud y bienestar, comercio electrónico, responsabilidades y derechos digital, se busca con el ecosistema el acceso y aprovechamiento por los ciudadanos de la tecnología para el desarrollo de la capacidad de tomar decisiones acordes con los avances en el mundo digital, acercamiento al Estado a través del programa de gobierno en línea, aumento de las posibilidades laborales y optimización del uso de Internet en la cotidianidad. (https://goo.gl/D7YcHg; https://goo.gl/NqX4x). 

Una concepción más sólida para una ciudadanía digital indica que las propuestas de ISTE y de los Ministerios de Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y de Educación Nacional, necesitan ser clarificadas y complementadas.

La ciudadanía digital no es una asignatura, ni el uso de alguna aplicación o conjunto de ellas en la Web. Tampoco se refiere a desempeño en una prueba escrita nacional o internacional. Se trata de un propósito formativo nuevo que tienen las escuelas en la sociedad de la información regida por una variedad amplia de medios digitales. El estudiante, en cuanto ciudadano, tiene que ser formado para desempeñarse en esos ambientes conscientes de deberes y derechos, cumplir los primeros y ejercer los segundos y evitar su vulneración. Todo ello en la medida en que el ciberespacio, con todos sus medios digitales, es un ambiente real de comunicación, transacción y colaboración entre personas, con grandes ventajas y también inmensos riesgos. Al estudiante le corresponde aprender a reducir estos último y potenciar las primeras.

En los ambientes digitales prima la sana conducta, la solidaridad, el cuidado mutuo de todos, la aplicación de los principios del Estado Social de Derecho, la democracia participativa, la veeduría de los programas y acciones de los gobiernos, la garantía de los derechos, el trabajo por la igualdad y la inclusión social, y también la aplicación de todos los principios éticos para una buena ciudadanía y para la promoción de ambientes escolares pacíficos y de una sociedad en paz. Esos ambientes son un medio para preparar a los estudiantes para que sean ciudadanos productivos, aprendan a comunicarse y trabajar en ambientes digitales, y para formarse en una cultura de la legalidad. 

De igual modo, la formación en la ciudadanía digital tiene como objetivo participar en comunidades reales y en virtuales para la promoción y defensa de los derechos humanos, promover la mejora en el acceso, permanencia y la calidad de la educación, la salud, vivienda y agua potable, promover el acceso libre a recursos de formación, impulsar la producción artística y cultural  y la defensa del patrimonio cultural propio y mundial, de la multiculturalidad y de la preservación de la diversidad biológica. El ciudadano digital impulsa el desarrollo sostenible y participa activamente en distintas organizaciones, cívicas, culturales, políticas, económicas y profesionales, sin perder de la perspectiva de las organizaciones solidarias internacionales que lo habilitan, a la vez para la denominada ciudadanía global. Entonces, la formación para la ciudadanía digital engloba una multiplicidad de propósitos ínsitos en los fines más elevados de las metas educativas y complementa los demás esfuerzos, escolares o no, para formar en la buena ciudadanía. 

Es claro que maestros y directivos escolares, padres de familia y adultos en general requieren ser, a la vez, ciudadanos digitales para así poder apoyar a hijos y alumnos para que también lo sean. Unos y otros deben conocer la naturaleza y fines de la ciudadanía digital enunciados, así como aprender a hacer uso de las herramientas y recursos educativos digitales, los modos de ejercicio pleno de la ciudadanía apoyados en ellos, las reglas de la ciber navegación y la netiqueta con énfasis en comunicación clara, seguridad y privacidad propia y de otros, la legislación nacional sobre delitos digitales (ley 1273 DE 2009) y otras normas aplicables en el ciberespacio.

También se requiere que los proyectos educativos institucionales incluyan entre sus metas la formación en la ciudadanía digital y se incorpore ésta en las distintas acciones pedagógicas y didácticas que promueven el desarrollo de la capacidad creativa y el razonamiento crítico frente a usos lícitos y abusos de la información de diversa índole que circula y se accede de modo digital.

Se observa que el propósito de formación en la ciudadanía digital va más allá de una compilación de normas sobre usos apropiados de nuevas tecnologías, más allá del saber hacer con aplicaciones informáticas o de ser un ducho ciber navegante. Se trata de formación para ejercer de modo más amplio y preciso la ciudadanía plena en el mundo real dentro del Estado Social de Derecho, y con ello incrementar de modo sustancial la pertinencia de los procesos educativos escolares.

La formación como ciudadanos digitales es hoy una meta, con sus respectivos objetivos e indicadores para una educación calidad. En el modelo educativos que se propone en Antioquia se ha señalado ésta como uno de los principios iluminadores del cambio y transformación de la educación.

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